jueves, 31 de octubre de 2013

Editorial - Octubre 2013


En el largo caminar de los años, década tras década, vida tras vida, nos damos cuenta de que nada se consigue sin esfuerzo.
Observando la vida, vemos como las personas se frustran, abandonan sus sueños, sus preferencias y tuercen sus destinos por falta de voluntad.
Muchas personas se preguntan el porqué de las cosas, quieren saber por qué sus vidas son estas y no otras. Se acercan a la doctrina intentando hallar la respuesta que dé luz a su vida, pero pronto se desaniman  al encontrarse con el estudio.
En nuestra trayectoria hemos conocido personas con facultades mediúmnicas que, dirigidas hacia el bien, serían excelentes médiums de trabajo. Hemos visto personas que sufren mucho en esta encarnación, las que con sólo  un poco de voluntad, cambiarían su futuro haciéndolo más provechoso, más feliz. Hemos visto y vemos como “grandes amantes y apasionados espíritas” al poco tiempo de tener contacto con el Espiritismo, creen saber ya demasiado y hasta pretenden “actualizar” las bases de Kardec. ¡Pobres hermanos de camino que creen haber llegado a la meta, cuando no han dado dos pasos más allá de la salida!
Todos, en la medida de nuestro progreso y nivel de consciencia, elegimos nuestro nuevo caminar en la Tierra, en forma de reencarnación. A todos nos es dada la oportunidad de un nuevo comienzo, un espacio breve de tiempo, comparado con la eternidad, donde venir no sólo a corregir los errores del pasado, sino a aprender, vivir y sentir nuevas experiencias que nos harán crecer en el futuro. A todos, sí, pero todavía no conozco a quien se le dio esta oportunidad sin esfuerzo, ya que sería contraria a las leyes divinas, leyes inmutables que rigen el universo y que se basan en el Amor y el Progreso constante.
Debemos despertar a esta realidad, ser conscientes del porqué de la vida, de las normas del juego y del premio al final del camino que no es otro que la perfección. ¿Se vio ya la construcción de un edificio sin el trabajo y esfuerzo del arquitecto diseñando, el maestro construyendo y el peón apoyando? ¿Alguna vez el pan que comemos a diario llegó a los comercios sin el esfuerzo del panadero, que se levantó temprano para abastecernos? ¿Acaso vimos la cura de un enfermo sin el esfuerzo del médico que estudió e investigó para ofrecer el tratamiento más adecuado? Si todo en la vida requiere de un esfuerzo impulsado por la voluntad ¿Por qué nuestra vida debería ser distinta? El problema es el enfoque que le damos. Queremos obtener todo al momento, lo mejor e inclusive algo más y es donde caemos en el error y en la decepción. ¿Quieres ser un buen atleta? Entrena. ¿Un gran profesional? Estudia, practica. ¿Quieres alcanzar un sueño? ¡Corre tras él! ¿Te gustaría salir de la apatía, la depresión o el malestar interior? Crece, busca, pregúntate, muévete, el movimiento es vida. ¿Crees ser médium? Instrúyete, mejórate moralmente, ama a tu prójimo, a fin de que sintonices con los espíritus elevados que aconsejan, enseñan y nos dan Amor. ¿Quieres llamarte Espírita? Entonces empieza a caminar.
  • No leas, sino estudia a Allan KardecNo pidas, da de ti mismo.
  • No juzgues más que tu propio comportamiento.
  • No te conformes, busca.
  • No te acomodes, siempre hay algo que hacer.
  • No te rindas en la lucha, Dios siempre nos da lo que podemos soportar.
  • No reniegues, comprende que todo tiene un porqué y que muchos males de esta vida los hemos provocado nosotros en la actualidad con nuestro comportamiento.
  • No aceptes si no has razonado antes.
  • Nunca pierdas la fe, Dios confía en ti.
La redacción. 

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