domingo, 21 de noviembre de 2010

PADRES E HIJOS


El momento de tener hijos es uno de los más importantes de nuestra vida. Un mundo nuevo se abre para los recién estrenados papás, lleno de alegrías y responsabilidades. Es muy importante tener claro cuáles son nuestros deberes para con estos pequeños.

En los días en los que vivimos todo es muy rápido. Los papás y las mamás trabajan sin tener, desgraciadamente, todo el tiempo que desearían para poder dedicar a sus hijos. A esto se le suma el cansancio de después de trabajar, los agobios, las preocupaciones, etc. Sin darnos cuenta nos vamos metiendo en un bucle que desgraciadamente tiene una consecuencia muy grave: La falta de atención hacia nuestros hijos.

Cuántos hijos tendremos, quienes serán nuestros hijos, a qué edad nacerán… son decisiones muy importantes que asumimos antes de comenzar esta nueva encarnación. Muchas veces, nuestros hijos son amigos del pasado que vienen a ayudarnos y acompañarnos en esta vida para superar juntos las dificultades que nos harán aprender y evolucionar. Otras veces son enemigos encarnados para que dentro del núcleo familiar podamos solucionar, a través del cariño, los conflictos contraídos en vidas anteriores.

Una de las responsabilidades mayores que tenemos como padres es la de educar a nuestros hijos. Y digo educar, no instruir. Está claro que como padres queremos lo mejor para ellos y que haremos todo lo posible porque nuestros hijos estudien y se hagan personas cultas, con un porvenir mejor que el que nosotros tuvimos o al menos igual. Cuando hablo de educar me refiero a formarles dentro de unos valores de responsabilidad, de ayuda a los demás, de humildad, de comprensión… en resumen, de amor hacia sí mismos y hacia el prójimo. Aunque la instrucción y la educación son dos ramas que deberían ir parejas, lamentablemente la segunda tendemos a darle menor importancia e incluso, en algunos casos, ninguna.

La falta de atención hacia nuestros niños nos lleva ineludiblemente a la falta de educación. El problema mayor llega cuando estos pequeños se hacen adolescentes, se sienten solos, incomprendidos y lo peor, sin confianza en sus padres para poder apoyarse cada vez que se sienten en alguna dificultad. Esto conlleva una falta de comunicación y a las continuas quejas por parte de los adultos sobre el mal comportamiento de los jóvenes, sin pararnos a pensar que a estas alturas de la carrera no podemos exigir que nuestro niño “desatendido” sea un niño modelo que estudie, sea obediente, no conteste, etc. y convirtiéndose esta situación en una pescadilla que se muerde la cola. Siempre he pensado que es mejor prevenir que curar, por lo que vamos a hablar de la importancia de la educación.

El espiritismo nos dice que todos somos espíritus inmortales, con un pasado, un presente y un futuro. Tenemos libre albedrío y esta misma capacidad de tomar decisiones es la que nos hace, en muchas ocasiones cometer errores, hacer daño a las personas de nuestro alrededor, etc. Gracias a la reencarnación es que podemos subsanar y corregir todas esas equivocaciones que cometimos en vidas pasadas debido a nuestras imperfecciones morales. Todos, absolutamente todos los espíritus que vuelven a la vida corporal lo hacen con la finalidad de mejorarse y evolucionar y la delicadeza de la edad infantil nos torna moldeables y accesibles a los consejos de la experiencia y de los que deben hacernos progresar, principalmente nuestros padres. En la infancia del cuerpo, el espíritu encuentra la oportunidad de renovar las bases de su propia vida.
Los primeros siete años de vida son fundamentales dentro de la educación de nuestros niños. Hay que tener en cuenta que al nacer, aún su espíritu no está completamente ligado al cuerpo, por lo que son más susceptibles para aprender cosas nuevas y de esta manera integrarlas dentro de sí mismos para que cuando llegue la adolescencia y por supuesto la etapa adulta, puedan enfrentarse a los problemas con una mayor seguridad. Pasado este tiempo es mucho más difícil, ya que el espíritu se integra completamente dentro del cuerpo físico y sale a la luz su verdadero carácter, con sus virtudes y sus defectos traídos de la experiencia de sus vidas anteriores. Si llegado a la etapa adolescente no hemos conseguido inculcarles valores morales, bases del sentimiento y del carácter, que les hagan discernir entre lo que es correcto y bueno para ellos, de lo que está equivocado, será la propia vida con sus pruebas las que les hará aprender de una manera más violenta y desagradable, ya que no poseerán las herramientas necesarias para poder enfrentarse a ella. Fuera, en la calle, en el colegio, universidad…nuestros hijos se instruyen, pero sólo dentro del hogar es que se educan. Fuera ellos oyen lo que deben hacer, en casa ven cómo se hace, siguiendo siempre como ejemplo la conducta de sus padres. La sociedad está en condiciones de formar al ciudadano, pero sólo dentro del núcleo familiar se puede formar al hombre.

Desde que nacen hasta que pasan la adolescencia necesitan de toda nuestra atención, cariño, tiempo, dedicación y sobre todo necesitan de nuestro ejemplo.

El espiritismo es muy claro referente al tema de la educación. En “El Libro de los Espíritus”, obra primordial dentro de la doctrina, podemos encontrar observaciones muy interesantes acerca de la cuestión:

Prg. 208- “Los Espíritus de los progenitores ¿no ejercen influencia sobre el del niño después del nacimiento de éste?

- Tienen una influencia muy grande. Como ya dijimos, los Espíritus deben contribuir a su progreso recíproco. Pues bien, los de los padres tienen por misión desarrollar el de sus hijos mediante la educación. Para el Espíritu del padre es esta una tarea: si falla, será culpable.”

Prg. 582. ¿Se puede considerar a la paternidad como una misión?

- Es, sin disputa, una misión. Se trata al mismo tiempo de un deber muy grande y que compromete, más de lo que el hombre cree, su responsabilidad para el porvenir. Dios ha puesto al hijo bajo la tutela de sus padres para que éstos lo encaminen por la senda del bien, y facilitó su tarea dando al niño una organización frágil y delicada, que lo torna accesible a todas las impresiones. Pero hay quienes se ocupan más en enderezar los árboles de su huerto y lograr que den muchos y buenos frutos, que en corregir el carácter de su hijo. Si éste sucumbe por su culpa, a ellos corresponderá la pena, y los sufrimientos del niño en la vida futura recaerán sobre los padres, porque no habrán hecho lo que de ellos dependía en pro del adelanto del hijo por la senda del bien.

Prg. 583. Si un niño se vuelve malo a pesar de los cuidados de sus progenitores, ¿son éstos los responsables?

- No, pero cuanto peores sean las disposiciones del niño, más pesada resultará la labor y mayor será el mérito si los padres logran apartarlo del falso camino.
Indiscutiblemente, la educación de nuestros hijos no es un trabajo sencillo, pero sí debe ser algo prioritario en nuestras vidas. De ello depende que nuestra sociedad sea más justa, honesta y responsable. En estos días que tanto y tanto se habla de crisis, no nos paramos a pensar que la crisis mayor que hoy en día existe es la crisis del carácter, causante de todas las demás. Este momento necesita la acción de mujeres y hombres morales, justos y responsables. Es imprescindible reformar a la sociedad y la manera más efectiva es educando a nuestros niños y jóvenes, que son el futuro.

Yolanda Durán.
Coordinadora dpto. Infanto-Juvenil de la Federación Espírita Española.

QUE ES UN MEDIUM

"Haga lo mejor que pueda, en cualquier situación, con tanta devoción a la felicidad ajena, que no sufra arrepentimiento o remordimiento en tiempos de crisis."
André Luiz-Espíritu.

Es esta una pregunta que a veces nos puede ser planteada por personas que no están relacionadas con el Mundo Espiritual, o que inclusive dentro de él, no lo tienen demasiado claro y desearían que con la explicación de unas pocas palabras pudieran adquirir el conocimiento de algo tan complejo que todo ser humano tiene en grados distintos, según nos enseña El Espiritismo. Siendo éste un fenómeno psíquico de origen orgánico, pero con la manifestación espiritual.

Indudablemente estudiando “El Libro de los Médiums” de la Codificación Espírita, encontraríamos amplia documentación informativa a este planteamiento que es desconocido en su profundidad por una inmensa mayoría de seres. Ellos han tenido la referencia a través de los medios de comunicación o de terceras personas de forma ambigua, que no representa formalmente la realidad, formándose así un concepto confuso y nada esclarecedor del tema que nos ocupa.

Hace unos días visionando una grabación en vídeo del programa de TV “Otra Dimensión” de Tele5, realizado en España por el médium brasileño José Medrado, conocido en Alcázar de San Juan por sus trabajos “Psicopictóricos” pudimos advertir la contestación tan sencilla y al tiempo tan aclaratoria que él mismo dio al presentador de la serie Félix Gracia, que inició la entrevista precisamente con esta pregunta que encabeza este comentario:

“- ¿Qué es un médium?”

“- El médium es una persona que tiene la capacidad de estar entre dos mundos. El mundo de los Espíritus y el mundo físico. El médium es una especie de punto de ligación entre esas dos existencias de una única vida, que es la vida del Espíritu”.

Analizando la respuesta de José Medrado, tan concreta y precisa, apreciamos en su contenido la gran responsabilidad que el médium adquiere.

Responsabilidad en su comportamiento del día a día. Tanto físico como espiritual. Así como en el esfuerzo de su formación basado en el estudio que le llevará a su progreso intelectual y moral. Dedicación constante, pues recordemos que la ignorancia es el alimento de los oportunistas.

Frecuentar un Centro Espírita serio, bien orientado, que esté bien capacitado y armonizado para que el médium pueda adquirir una preparación adecuada y se desarrolle, teniendo siempre presente que es el instrumento de interconexión entre los dos mundos, y que cuanto más “afinado” se encuentre más fácilmente podrán utilizarlo los buenos Espíritus para hacernos llegar sus comunicaciones.

Entre las normas a seguir, nuestros amigos espirituales nos recomiendan, que el alimento a ingerir el día de trabajo mediúmnico ha de ser sólo el necesario. Procurar apartar el uso del tabaco, alcohol, etc. Pensamiento elevado. Si se puede, debido a las obligaciones del día, recogimiento y oración. Y sobre todo, evitar frecuentar lugares donde se agrupen gran cantidad de personas, almacenes, hospitales, reuniones de cualquier tipo, etc., ya que suelen aportar a través de sus estados psíquicos y físicos, vibraciones que no benefician la labor a realizar. Pues el médium, es la fuerza de un imán inimaginable y capta atrayendo hacia sí, lo mejor e inferior de su entorno.

Vigilancia continua es una de las obligaciones fundamentales de un buen médium para no verse sorprendido en sus funciones. Aquellas con las que se comprometió en el Mundo Invisible, cuando se programó con sus “Mentores Espirituales” una nueva reencarnación de su vida física aquí en la Tierra, reparando errores del pasado.

Juan Miguel Fernández Muñoz.

IDEOPLASTIA

Actualmente podemos encontrar programas televisivos y radiofónicos, que emiten comunicaciones, vivencias y reportajes, algunos de éstos confusos y sensacionalistas, en los que se mezcla catolicismo, brujería y espiritismo como si se tratara de un exquisito cóctel, para la degustación única y exclusiva de la obtención del mayor número de audiencia. Es más necesario que nunca generar conciencia de conocimiento.

El trato con el mundo de los espíritus conlleva la necesidad de un conocimiento profundo del tema, precisamente para evitar malas interpretaciones y peores consecuencias.

Para la persona que no cree en estas comunicaciones, le puede hacer pensar el hecho de que alguien les cuente algo que solamente ellos sabían. Y para aquellos a quienes la palabra “espiritismo” atemoriza, su aprendizaje les dará la libertad necesaria para no ser manipulados a través del miedo y la sugestión.

Una de esas innumerables cuestiones de las que trata esta ciencia es la importancia que puede tener el pensamiento. Detenerse a apreciar los propios pensamientos es un hecho que resulta casi siempre impracticable en los altibajos del día a día.

Utilizar con sabiduría y discernimiento este recurso es sacar un beneficio incalculable de las propias facultades inherentes de cada uno.

Pensar es crear. Cuando lo hacemos, estamos emitiendo una forma de energía dotada de movimiento y de vida, que se exterioriza alrededor del ser pensante, generando al mismo tiempo un circuito de acción-reacción.

Nunca tenemos la mente en blanco, pensamos normalmente sin prestar atención en el valor de este sencillo acto. Es pues de cabal importancia, concienciarnos de la responsabilidad de lo que pensamos.

¡Es muy importante saber pensar y pensar en el bien! En el capítulo VIII y XXVIII de "El Evangelio Según el Espiritismo", tenemos dos citas, respectivamente:

-“La verdadera pureza no reside tan sólo en las acciones, sino está también en el pensamiento, porque quién tiene puro el corazón ni siquiera piensa en el mal.”

- “La forma no es nada, el pensamiento lo es todo.”

Al tener un pensamiento emitimos una onda. Éstas pueden ser mecánicas o electromagnéticas. Las mentales son del segundo tipo, que se caracterizan por no necesitar de ningún medio material denso para propagarse.

Para tener una idea gráfica, sólo hay que imaginar el típico “bocadillo” de los tebeos definido por la Real Academia de la Lengua Española como: “espacio, generalmente circundado por una línea curva que sale de la boca o cabeza de una figura, en el cual se representan palabras o pensamientos atribuidos a ella”.

Bien y ¿cómo funciona eso que en los gráficos se ve tan claro y yo, sin embargo, soy incapaz de verlo en la cabeza de mi vecino?

Empezaremos por explicar su origen y significado.

El vocablo “ideoplastia” fue creado por el Dr. Durand de Gros, en 1860.

Alrededor del año 1912 el renombrado médico y catedrático Doctor Charles Richet, premio Nobel de medicina y fisiología en 1913, empieza a utilizar esta palabra para designar las formas mentales exteriorizadas.

Del griego “ideo”= idea + “plastos” = forma + “ia” = acción. Acción de dar forma a una idea.
Existe un fluido cósmico universal que rodea absolutamente todo. Una de sus modificaciones es el fluido espiritual que forma la atmósfera en la que actúan los seres desencarnados, y es el vehículo de propagación de las ideas, así como el aire lo es del sonido. De allí, ellos extraen los elementos sobre los cuales operan y forma el ámbito en el que ocurren los fenómenos perceptibles a la vista y el oído del espíritu, pero que escapan a nuestros sentidos materiales.

Los espíritus actúan sobre estos fluidos a través del pensamiento, que es el que crea y la voluntad que es la fuerza impulsora. De ese modo le dan a esos fluidos una dirección, los unen, los cambian o los dispersan. Cambian sus propiedades, del mismo modo que un químico puede cambiar la de un gas u otros cuerpos, combinándolos de acuerdo a ciertas leyes.

Esas transformaciones pueden ser el resultado de una intención o idea inconsciente. A un espíritu le basta pensar algo para que se produzca una ideoplastía de lo que piensa. Ese hecho pone en acción al cuerpo fluídico, el cual reproduce todos los matices. En ese medio se ejecuta el acto y la escena aparece como en un cuadro. Así es como otro espíritu (encarnado o desencarnado) en sintonía con él puede leer en esa imagen, como si de un libro abierto se tratara. Viendo esa intención pueden presentir su cumplimiento, pero no podrán determinar el momento ni precisar detalles ni siquiera afirmar qué ocurrirá, ya que, circunstancias posteriores lo pueden modificar.

La creación mental, originada en cada ser, tendrá asociada una onda de determinada frecuencia, amplitud y duración, que dependerá de la persistencia en lo que se exprese y la intensidad de la voluntad que lo impulse.

Ahora bien ¿qué significa estar en sintonía con otro ser?

En física se sabe que cuando un sistema es alcanzado por una onda, éste vibra con la frecuencia de la onda y con una determinada amplitud. Hay algunas frecuencias y amplitudes que absorben la máxima energía y la amplitud de oscilación es cada vez mayor. Se dice, entonces, que el sistema entra en resonancia.

Eso ocurre también cuándo decimos que entramos en sintonía con otro pensamiento, significa que entramos en resonancia con otra onda, anteriormente emitida.

Por tanto, el hecho de controlar los pensamientos es una importante adquisición espiritual. Ya dijo León Denis: “Unas de las funciones del espiritismo es que controles tu mente.”

Las ideas impuras, de índole inferior, que nos hacen regocijarnos en los placeres y vicios, son perjudiciales. Son pensamientos tóxicos que nos causarán perjuicios en el cuerpo periespiritual y físico. En contrapartida, las ideoplastias de carácter ennoblecido nos enriquecen y elevan, dándonos una sensación de paz y bienestar interior.

Podemos utilizar la facultad de pensar durante el período en que estamos despiertos y durante el sueño.

Aprovechémonos de las enseñanzas espirituales y actuemos en consecuencia, vigilando nuestras ideas.

En el estado de vigilia, podemos acceder al control de ellas, a través del intento de permanecer en un estado de vibración mental sano, deteniéndonos en apreciarlos y observarlos, para poder detectar la especie de ondas que solemos emitir. Ya que onda que emitimos, onda que sintonizamos.

Y durante el sueño, si antes de dormir, realizamos una reflexión honesta de las acciones e ideas, realizadas o tenidas, durante el día, nos armonizamos con una lectura del Evangelio, hacemos una oración o irradiamos sentimientos de cariño, amor o bienestar a quienes nos rodean, sean o no, amigos.

Cláudia Bernardes de Carvalho y Ana Mª Sobrino.
Centro Espírita “Entre el Cielo y la Tierra”.

BIOGRAFIA DE MIGUEL VIVES Y VIVES


Nació en Barcelona en 1842 aunque durante muchos años vivió en Sabadell. Tuvo una infancia difícil ya que no llegó a conocer a su madre y perdió a su padre con tan sólo once años, pasando a hacerse cargo de él su hermano Augusto, unos años mayor.

Debido a esta orfandad, Miguel pasó sus años de infancia sumido en una enorme tristeza y atravesando grandes dificultades.

Se casó en 1866 a la edad de 24 años con la que había sido su novia durante algunos años y que había conseguido devolver la alegría a la vida de Miguel. Pero la causalidad volvió a hacer mella en su felicidad cuando en su luna de miel su mujer muere repentinamente. Este suceso fue uno de los golpes más duros en su camino. Debido a esto se sumió en una profunda depresión que le llevó a no salir de su casa en cinco años. Esta inmensa tristeza le hizo enfermar tanto física como psíquicamente y su encierro provocó la desaparición de la mayoría de sus amigos.

En 1871 se mudó, con sus cuñados, a la ciudad de Tarrasa y un día su hermano Augusto, con la intención de sacarle de su depresión, le habló de algo que en principio le causó desconfianza, pero que viniendo de su hermano, persona seria y responsable, le generó cierta curiosidad: El Espiritismo. Augusto le regaló las obras de Allan Kardec y al comenzar a leer “El Libro de los Espíritus” fue que Miguel comprendió el sentido de todo lo que había sucedido en su vida y tuvo ánimo para seguir a delante. Poco tiempo después Miguel empieza a divulgar todas las enseñanzas de la doctrina espírita, agradeciendo de esta manera todo el consuelo recibido por esta filosofía.

A finales de este mismo año, Miguel ya conoce a más espíritas de la zona y mantiene con ellos reuniones privadas de estudio y mediumnidad. A principios del año siguiente, 1872, abre junto con sus compañeros, un centro espírita llamado “Fraternidad Humana” dedicado a estudiar y divulgar todas las enseñanzas de la doctrina espírita, dando prioridad y mayor importancia a la parte moral y considerando la parte mediúmnica como algo más accesoria, concordando con Allan Kardec.

Durante esta época desarrolló facultades mediúmnicas y de sanación, compaginó el estudio del espiritismo con sus estudios de medicina y homeopatía. Gracias a todo esto pudo ayudar a sanar a muchos necesitados, aunque jamás se atribuyó el mérito, cediéndoselo a la espiritualidad superior que era quien le guiaba.

Pocos años después, dentro de su círculo de amistades espíritas, conoció a quien sería su segunda mujer y con la que más adelante tuvo dos hijos.

En 1873 participó en la propuesta que se hizo al parlamento español solicitando que la doctrina espírita se impartiera en las escuelas de enseñanza pública.

Siguiendo el precepto espírita “Fuera de la Caridad no hay Salvación” Miguel vives se hizo conocido en Tarrasa por su gran calidad humana ayudado a los más necesitados no sólo a través de sus conocimientos sino también de una manera más tangible, dándoles comida. Como anécdota podemos contar que llegó, incluso, a invitar a un gran número de indigentes amigos suyos a la boda de su hija mayor, Micaela, a los cuales quería como hermanos.

Pero en 1882 vuelve la desgracia a la vida de Miguel cuando muere su hijo pequeño a la edad de 9 años. En este caso se toma este terrible acontecimiento de una manera más positiva, aceptándolo al comprender que todo tiene una razón de ser, que la muerte no existe y sabiendo que algún día volvería a reencontrarse con sus seres queridos en el mundo espiritual.
En este mismo año crea la “Federación Espírita del Vallés” a la cual pertenecían las asociaciones y centros espíritas pertenecientes a la provincia de Barcelona. Tiempo después esta unión se convirtió en la “Federación Catalana de Espiritismo”.

En 1888 organizó y participó en el primer Congreso Espírita Internacional que tuvo lugar del 8 al 13 de septiembre en Barcelona y al año siguiente participó también en el congreso que tuvo lugar en París. Dirigió durante cuatro años “El faro Espiritista” órgano de la federación, fue el fundador de la revista espírita “Unión” y socio honorario de la revista “La Doctrina”.

Escribió el libro “Guía práctica del Espiritista”, obra básica y fundamental dentro del espiritismo en España y “El tesoro de los espíritas” entre otras.

Miguel Vives desencarna en la ciudad de Barcelona, donde se trasladó, el 23 de Enero de 1906 a las ocho de la tarde. Tuvo una gran despedida, más de 5000 personas salieron a la calle para decirle un “hasta luego”. Las fábricas y comercios cerraron sus puertas para que los trabajadores pudiesen asistir a su entierro.

Le apodaron el "Apóstol del bien" y pusieron en su honor una calle con su nombre en Tarrasa "calle Miguel Vives" está situada en una travesía de la Av. Barcelona, cruzando las barriadas de Can Anglada y Escuelas.

Todo el mundo le quería por ser una persona humilde, sencilla y que siempre ayudaba sin esperar nada. ¡Cuánto nos queda por aprender!

Yolanda Durán.
Centro Espírita “Entre el Cielo y la Tierra”.

Editorial

La marcha del Espiritismo sigue su curso. Después de las épocas de represión, donde llegó casi a desaparecer el movimiento espírita español, que era la cabeza del mundo como dijo Gabriel Delanne, hoy resurge con más fuerza. Lentamente pero seguro vemos como día a día se forman nuevos grupos serios de estudio. No podemos pedir que sean perfectos, porque nadie lo es, pero sí tienen la voluntad de instruirse y de seguir por la senda marcada por Kardec.
La espiritualidad vuelve a poner su confianza en nosotros y apoya los pasos firmes y sinceros que damos.

¡Que habrá detractores! Ya contamos con ellos. ¡Que algunos grupos se saldrán del camino! Lamentaremos su pérdida, pero siguiendo la ruta marcada por Jesús y los buenos espíritus, estaremos seguros de que progresaremos y los centros se multiplicarán para enseñar el camino marcado por la espiritualidad.

Espíritas, trabajemos unidos en esta gran obra que consuela lágrimas y alegra corazones. Hagamos el bien a todo el que podamos, ya que la encarnación tiene un sentido y es el de que juntos hagamos que esta sociedad cambie, volviéndose mucho más justa y equilibrada, ayudando a aquel que menos tiene.

Parece que fue ayer cuando felicitábamos el año a nuestros lectores y hoy, con este número, despedimos nuestro cuarto año de publicación, fruto del esfuerzo de todos. Este año se cierra con varias alegrías a nivel personal y colectivo. En primer lugar, hemos logrado dirigir a nuestro “Ángel del Bien” por buena senda y prueba de ello es que cada vez más lugares nos abren sus puertas, teniendo que ampliar nuestras tiradas. En segundo lugar, porque el 2010 quedará para los anales de la historia del Espiritismo. Por cuarta vez los espíritus nos traen la posibilidad de organizar un evento a nivel internacional. No podemos olvidar aquello que hicieron los pioneros de nuestra doctrina en 1888 y 1934 en Barcelona, tampoco el congreso realizado en Madrid en 1992 por Rafael González Molina, quien tuvo el valor de legalizar el Espiritismo en nuestro país, con los tiempos que corrían y donde se pudo crear el organismo internacional CEI “Consejo Espírita Internacional” y que hoy reúne 35 federaciones de distintos países www.spiritist.org.

Queridos lectores, como bien sabemos, nada se consigue sin esfuerzo y todo aquello que se hace para el bien obtiene sus frutos. Propaguemos las ideas espiritistas, que nos dan un porqué a nuestras existencias, que nos hacen comprender de donde venimos, a donde vamos y que después de la muerte hay un mundo maravilloso que continúa y con el cual estamos en continuo contacto.
La redacción.

miércoles, 18 de agosto de 2010

POESIA

Ramos de violetas
llenan las ventanas,
niños juegan,
gente habla,
la humanidad se regenera,
el Espiritismo avanza.

Miles de lágrimas consoladas
llenarán tu jornada.
Amor y felicidad,
todo en una palabra, Caridad.

El congreso se presenta,
divina oportunidad llegada,
haced cuanto en vuestras manos esté,
Dios aguarda.

Hermanos espíritas,
vuestra hora es llegada,
amaros unos a los otros
uniros en esta fuerte batalla.

El campo está listo,
la cosecha será abundante
siempre que vosotros
cumpláis vuestra parte.

Si Dios con vosotros está,
¿quién contra vosotros puede?
Estad seguros, pero vigilantes,
siempre llevando en alto el divino mensaje.

Las violetas nos agradan,
llenan siempre mi ventana,
que el amor sea en vosotros,
se despide vuestra hermana

Amalia Domingo Soler

LA PACIENCIA


Esta virtud, (según el diccionario de la lengua) “nos enseña a sufrir y tolerar los infortunios y trabajos en ocasiones que irritan o conmueven; es el sufrimiento y tolerancia en las adversidades, penas y dolores, es la espera y el sosiego en las cosas que se desean mucho”.
He aquí una virtud, que casi es desconocida en la Tierra, pues aunque muchos parecen que viven resignados y conformes con su destino más o menos adverso, se cumple en ellos el adagio: “que a la fuerza ahorcan y quedan bien ahorcados”. Una cosa es considerarse impotente para luchar con la adversidad y otra es sonreír en medio del infortunio, sin misticismo, sin exageración, sin alterar las leyes naturales, conservando una perfecta serenidad en las grandes tribulaciones de la vida, en la paciencia hay racionalismo o idiotismo, es una virtud que aun no está bien definida.

No hace mucho tiempo, que salí una tarde par un pueblo cercano y al llegar a la estación de Gracia, tuvimos que esperar cerca de media hora a que pasara el tren ascendente, nos sentamos, nos pusimos a leer como de costumbre, cuando oímos una voz agradable que nos decía:
¿También ha hecho usted tarde como yo?

Levantamos la cabeza y vimos a una mujer del pueblo que contaría probablemente 60 inviernos, delgadita, con ojos pequeños pero vivos, chispeantes, muy expresivos, sonrisa benévola y frente serena coronada de cabellos grises cuidadosamente peinados, su traje era pobre, pero muy limpio.

Sin saber por qué, la miramos atentamente y encontramos en su rostro algo simpático que nos agradó y nos atrajo hasta el punto que dejamos de leer para hablar con aquella mujer que se expresaba en buen castellano.

Hablamos de cosas indiferentes y por último recayó la conversación en la conveniencia de tener más o menos familia.

¿Sabe usted lo que yo creo más conveniente? Dijo nuestra interlocutora; tomar con paciencia las penas de la vida y venga lo que viniere.

Pues no pide usted poco, ¡tener paciencia! ¿y quién la tiene en este mundo?
El que la quiere tener, mire usted, yo la tengo, la he tenido y confío que la tendré y no crea usted que tengo motivos para tener acopio de paciencia, porque he pasado muchas penas, y tanto va el cantarillo a la fuente hasta que se rompe.

Pues nadie diría que usted ha sufrido, porque su semblante revela perfecta tranquilidad.
¡Ah! Es que yo vivo muy tranquila, mas no por eso he dejado de sufrir todo cuanto hay que padecer en el mundo. A los tres años perdía a mi padre, a los once a mi madre, a los quince me casé, a los veintidós ya estaba viuda y contres hijos que parecían tres soles, me casé por segunda vez y hace más de veinte años que perdí a mi marido y a seis hijos, total nueve muertos, contando mis dos maridos y mi madre, porque la muerte de mi padre por mi corta edad no puede sentirla. Ya ve usted si mi paciencia ha sido puesta a prueba y para que no me quedara nada que perder, trabajando de día y de noche, conseguí ahorrar cuatrocientos duros, que los puse en una empresa de ferrocarriles, quebró la compañía y ¡adiós! Mis cuatrocientos duros, fruto de mi trabajo y de mis privaciones.

Otras compañeras que también había puesto allí sus economías se desesperaron, dos cayeron malas y una hasta se murió del disgusto, yo no , pues aunque al saber la pérdida lo sentí, como es natural, en seguida me hice la cuenta siguiente:

No lo he perdido todo, me queda un banquero que me guarda un gran capital, ¡me queda Dios! Que no me dejará perecer pues que me da salud y deseos de trabajar y el que quiere trabajar antes se juntará en el Cielo con la Tierra que él se quede sin comer.

Tiene usted talento práctico para vivir.

Yo no sé lo que tengo, lo que sí le puedo asegurar es que no conozco la envidia, miro a los ricos que viven en la abundancia y digo: cundo lo disfrutan, lo merecerá, porque Dios no puede dar a uno lo que quite a otro, eso se queda bueno para los hombres, no para el rey de los cielos, si ellos disfrutan de lo suyo, ¿por qué he de desear yo lo que no me pertenece? Que soy pobre, es verdad, que si no trabajo no como, es muy cierto, pero tengo salud y buena voluntad y ningún día he dejado de probar la gracia de Dios. ¿Quiere usted más felicidad cuando hay centenares de infelices que se mueren de hambre poco a poco?

Que hay madres que ven renacer en sus hijos, florecer en sus nietos y yo me he secado como el árbol quemado sin echar retoños, esto es triste… pero…¿qué le hemos de hacer?... todavía hay otros más desgraciados que están en un asilo de mendicidad o rodando por las calles implorando caridad y yo siquiera, siempre tengo de sobra donde ir a trabajar, y de noche me voy a mi cuartito, me acuesto en mi buena cama, se que al otro día no me quedaré sin comer, no me remuerde la conciencia de haberle hecho daño a nadie y vivo sin envidiar y sin ser envidiada, que a mi modo de ver, es la única felicidad que se goza en este mundo.

Veo que comprende usted la gran filosofía y admiro su buen criterio.

Yo no sé si sé pensar, pero sí le diré que me fijo mucho en todo lo que veo, en mi larga vida, que ya soy muy vieja, he conocido a mucha gente, porque mi oficio primitivo fue planchadora, después me dediqué a la cocina y voy a muchas casas de los grandes los días que tienen concite, o se van de temporada al campo y cuantas señoras, momentos antes de llegar los convidados, no saben como hacerlo para ocultar sus penas, y lloran por los rincones unas con motivo sobrado y otras por envidiosas, porque no pueden estrenar un vestido mejor que el de fulanita o menganita, he visto tantos sustos, tantas agonías entre esas personas que el mundo llama felices, que francamente, en comparación de ellas, más de una vez me he considerado dichosa, porque he tenido tranquila mi conciencia y no he desconfiado nunca de la justicia de Dios.
Ya tiene usted razón en creerse feliz.

Sí señora que lo soy, porque gracias a Dios nunca me he desesperado en medio de mi desgracia y he tenido paciencia para sufrir, porque he comprendido que nadie tiene más que lo que se merece y que todos podemos ser felices si queremos serlo.

Es cierto, ciertísimo.

Vaya si lo es, la prueba la tengo en mí, que a pesar de la orfandad en la niñez, de haber formado dos veces familia y haberla perdido, tener que trabajar para vivir, sin disfrutar de ninguna diversión, sin ir a ninguna parte, únicamente de mi casa al trabajo y de este a descansar, no me conceptúo por esto desgraciada, veo que todos sufren, que todos padecen, unos más, otros menos, y que los más envidiados suelen ser los que tienen más tribulaciones, siendo condición de esta vida el sufrimiento ¿por qué desesperarse?¿por qué oponerse a la ley cuando una sabe que esto no ha de durar para siempre, que al fin nos hemos de morir y que Dios nos dará el descanso eterno?

Cuántos que pasan por entendidos y por filósofos quisieran tener el buen sentido que usted posee.

Yo no se si soy tonta o discreta, lo que le puedo asegurar es que no me quejo de mi suerte y que todas las noches cuando me acuesto, no me asusta la idea de la muerte, porque estoy segura que nadie me maldecirá cuando me muera. Vaya, buenas tardes, me alegraré de volverla a encontrar.

Yo también, porque he aprendido hablando con usted, y estrechando la mano de la anciana subimos al coche que nos condujo al lugar que deseábamos.

Desde aquella tarde, vive en nuestra memoria el recuerdo de la noble anciana que sin ser espiritista, comprende perfectamente la ley de la vida, y reconoce en Dios lo que muchos sabios se obstinan en no reconocer: “su estricta justicia”.

¡Qué espíritu de tan buen sentido el de aquella anciana! ¡Qué tranquilidad en su frente! ¡Qué alegría tan pura en sus ojos!¡qué expresión tan agradable la de su rostro! Así debíamos vivir todos los que comprendemos el espiritismo, la paciencia se confunde muy a menudo con el fanatismo, que también entre los espiritistas hay fanáticos que creen buenamente que se han de cruzar de brazos ante las pruebas de la vida, sin permitirse el justo desahogo de exhalar una queja, ahogando el sentimiento que es la palpitación de la vida. ¿Para qué entonces la razón del hombre, si no le sirve para apreciar los dolores de su expiación? Una cosa es exasperarse y decir que Dios es injusto, y otra lamentar el atraso en que hemos vivido, que nos obliga a sufrir tantas penalidades, la verdadera paciencia es tolerar los infortunios sin llegar a la desesperación, es esperar con sosiego lo que más se desea, pero de esto a ocultar el llanto, a reprimir la queja, a no dar expansión al sufrimiento, hay una distancia inmensa.

Nadie puede practicar mejor la paciencia, que aquel que sabe que cuanto sufre es consecuencia de sus actos, conociendo la causa, no puede culpar ni a Dios ni a su destino, pero tiene el derecho de culparse a sí y hasta un deber sagrado le impone reconvenirse, pidiéndose cuenta de sus hechos anteriores.

La paciencia no debe ser una virtud pasiva, sino activa, se debe emplear en un trabajo lento y continuado, e indudablemente es la virtud que mejor puede practicar el espiritista racionalista.
La paciencia, no es la impotencia encadenada a la fatalidad, es el trabajo perseverante y metodizado, y en los sufrimientos y tribulaciones, no es dominarse hasta el sacrificio, truncando las leyes de la naturaleza, no es cerrar la fuente de las lágrimas que son la evaporación del sentimiento, el llanto del alma no es la expresión de la rebeldía del espíritu, es el justo tributo rendido a la memoria de los seres que se van antes que nosotros.
El hombre para vivir en la Tierra necesita familia, amigos, almas simpáticas que comprendan la suya y cuando pierde alguno de esos elementos que le ayudan a vivir, necesariamente tiene que languidecer y el verdadero espiritista, el que conoce que sólo de él depende la felicidad de su porvenir, emplea su paciencia en trabajar sin impaciencia confiando como la anciana, cuyo relato hemos referido, en la estricta justicia de Dios.

Uno de nuestros grandes defectos ha sido nuestra impaciencia, siempre hemos adelantado las horas y los acontecimientos, sólo el estudio del espiritismo nos ha hecho conocer la verdad del antiguo adagio, que no por mucho madrugar amanece más temprano, y hemos comenzado a tener paciencia trabajando en nuestro progreso, sin aspirar a inmediata recompensa.
La paciencia es una virtud, y sin quizá, la más necesaria para el adelantamiento del espíritu; esperar con sosiego es vivir, es trabajar, meditar, analizar, buscar el porqué de las cosas y el estudio del espiritismo nos induce indudablemente a tener calma, porque mientras más largo se presenta el plazo de la vida, más esperanza hay de rehabilitación y de felicidad; y como las comunicaciones de los espíritus nos manifiestan que la eternidad es nuestro patrimonio, el más impaciente, el más descontentadizo, el más exigente ha de reflexionar y decir: ¡Tengo tiempo!....¡nada tengo perdido, todo lo puedo recuperar!... y de creerse desheredado, a considerarse dueño de una gran fortuna, hay la misma distancia que del todo a la nada.
¡Bendita la hora que comenzamos el estudio del espiritismo! Por él hemos alcanzado a tener paciencia, y creemos firmemente que cuando lleguemos a comprender el valor inmenso de esa virtud, quizá la primera entre todas las virtudes, habremos escrito en el libro de nuestra historia, la primera página digna de ser leída.

Tengamos paciencia para no cansarnos nunca de trabajar en la propaganda del espiritismo; los iniciados en la verdad suprema tenemos un deber sagrado en decir a las multitudes:
¡No os desesperéis! La vida no tiene término, el progreso es indefinido, ¡nunca acabarán los mundos! Siempre habrá soles que darán vida al universo ¡siempre Dios será la fuerza motora que mantendrá el movimiento y la renovación continua de la naturaleza!

Siempre los espíritus irán ascendiendo por sus virtudes, obteniendo lo que es justo.
Amor, el que haya amado.
Gloria, el que se haya complacido en glorificar a su prójimo.
Riqueza al que haya procurado enriquecer a su prójimo.
Instrucción, al que se haya sacrificado por instruir a los ignorantes.
¡Cuán grande es la vida en su origen!
¡Cuán espléndido su porvenir!
¿Hay algo más consolador que el progreso indefinido?
Si la paciencia nos induce a progresar, ¡bendita sea esa virtud! Ella es la estrella polar que nos guía y nos salva de los innumerables escollos que hay en el mar turbulento de la vida.
¡Paciencia! ¡Tú eres la melancólica sonrisa de los infortunados!
¡La que apartas del abismo a los suicidas!
¡La promesa bendita del infinito!

Amalia Domingo Soler
12 de Septiembre de 1889*“La Luz del Porvenir”

¡NO SOY FELIZ!

A lo largo de nuestras vidas habremos escuchado esta expresión repetidas veces, no solamente a personas que por su angustiosa situación se podría considerar justificable, sino a otras muchas que gozan aparentemente de todo lo que ambicionaron en este mundo: riqueza, poder, posición, popularidad, etc. Y quizá alguno de los que les observan se preguntan ¿Qué le falta para ser feliz si posee "todo"?

La Doctrina de los Espíritus a través del estudio, nos enseña que cuantos estamos encarnados en este planeta vivimos dominados fundamentalmente por el dolor y el sufrimiento debido al estado evolutivo en el que nos encontramos. Recordándonos así que la Tierra es un “mundo de expiaciones y pruebas” donde debemos progresar espiritualmente con el esfuerzo, ante la necesidad del libre desenvolvimiento individual. Siendo la libertad moral proporcional al estado de avance del ser, colaborando asimismo en el mejoramiento general de la Humanidad, que nos llevará a la felicidad universal como resultado definitivo de la evolución.

La gran mayoría de aquellas personas que disfrutan de “todo”, pero que sienten persistentemente el vacio interior, ni siquiera se plantearon la necesidad de adquirir, para añadir a su amplio abanico de propiedades, la riqueza más natural y gratuita: la grandeza espiritual. Lucharon durante años para conquistar aquello que era tangible y tocaban con las manos, lo que podían mostrar a amigos y enemigos, engordando su orgullo y vanidad, olvidando que la felicidad no consiste en atesorar bienes materiales aquí en la Tierra. Bienes conquistados que no se podrán llevar al otro lado de la vida física, ignorando que el único equipaje que les acompañará serán las virtudes y las imperfecciones que acumularon en su encarnación.

El evangelio según el Espiritismo, Capítulo XXV, Ítem. 6 ya nos alerta al respecto: “No amontonéis tesoros en la Tierra, donde el orín y los gusanos los consume, donde los ladrones los desentierran y roban; más amontonad tesoros en el cielo, donde ni el orín ni los gusanos los consumen, porque donde está vuestro tesoro, allí está también vuestro corazón”.
Cierto es que la riqueza es una de las pruebas más difíciles de superar. Ella nos predispone a cometer acciones que nos apartan del camino idóneo, pero recordemos también que gracias a ella, utilizándola debidamente, se puede adquirir el bagaje moral que nos hará el regreso a la Patria Espiritual mucho más apacible.

Si todos los que sienten la frase que encabeza estas líneas dedicasen tan solo unos instantes de su tiempo para meditar sobre esta situación, elevando el pensamiento a lo Alto buscando respuestas, estamos seguros que las encontrarían. Nuestros amigos los Espíritus, observándonos con esperanza, se encuentran siempre dispuestos a colaborar en el bien. Ellos tienen el compromiso de inspirarnos, intuirnos y encaminarnos apartándonos del entorno materialista que nos domina y que nos tiene sumergidos en le negatividad. Tan solo esperan nuestra llamada para acudir a nuestro lado.

Juan Miguel Fernández Muñoz
Asociación de Estudios Espíritas de Madrid

OLVIDO TEMPORAL

Si miramos la historia de las sociedades humanas, constatamos que tenemos un pasado de barbarie, con guerras sanguinarias y destrucción.

No obstante, ha habido hechos buenos que trajeron beneficios a la población, gracias a lo cual la sociedad ha ido avanzando poco a poco a través de los siglos en dirección a la civilización en la que nos encontramos hoy en día. Pero nuestro presente es aún muy sombrío.

El estudio del Espiritismo nos demuestra que el proceso de la reencarnación es un hecho, por lo tanto fuimos nosotros quienes escribimos, por medio de sucesivas encarnaciones, nuestra propia historia en la Tierra, a la cual somos atraídos por afinidad.

Nuestras imperfecciones morales son la causa que nos atrae a ella. Para alzar vuelos más altos en el porvenir, es imprescindible la corrección de las debilidades morales, y actuar conforme a los designios de Dios.

El espíritu sobrevive a la muerte, retornando a la vida corporal por el proceso del nacimiento que es el hito que marca una nueva encarnación. Traemos al empezar cada nueva existencia las tendencias buenas acumuladas de encarnaciones pasadas, el bagaje intelecto-moral que cada uno conquistó, las aptitudes, las facilidades en el aprendizaje, los gustos, las afinidades y simpatías. También traemos las tendencias malas, en las que nos deberíamos centrar como objeto de reforma.

Con el velo del olvido de quién fuimos y qué hicimos, comenzamos este nuevo presente. Junto a este olvido, Dios nos brinda una nueva oportunidad de progresar. En cada encarnación se abre un abanico de experiencias para ejercer las cualidades adquiridas y enderezar tendencias equivocadas, poniendo en práctica las Leyes Morales dictadas por los espíritus en “El Libro de los Espíritus”.

¿Cuál es el objeto del olvido?

El recuerdo de los hechos cometidos otrora nos causaría, en la conciencia, el sentimiento de culpa, ya que nuestro pasado es principalmente de muchos errores. Si nos acordásemos de lo que practicamos en otras vidas, probablemente dificultaría nuestra evolución, reavivando antiguos rencores sobre verdugos y víctimas. Ese recuerdo ocasionaría o bien el disimulo de una antipatía falseando así nuestros verdaderos sentimientos, o bien la determinación de seguir enfrentándose a esa persona, avivando así los sentimientos inferiores de aquél que se considera perjudicado. Ambas situaciones impiden alcanzar el objetivo de progreso.

Por tanto, el olvido sirve al espíritu encarnado como aliciente en la vida, como una especie de tregua para coger aliento y trabajar sus sentimientos en la actual existencia, modificando la escala de valores mayormente errónea hasta entonces adquirida.

Sin embargo, no estamos abandonados a nuestra suerte, tenemos lo que llamamos intuición.
La intuición aflora en nuestra mente en los momentos en que debemos tomar una actitud, dándonos opciones a elegir. Estas opciones pueden provenir de la experiencia de vidas anteriores que surgen en la consciencia en ese momento, o también por consejo de algún espíritu. Esta voz de la conciencia nos aconseja para no cometer la misma falta, mostrando qué opción deberíamos tomar. Pero el libre albedrío que todos poseemos es el que, según la madurez de cada uno, hace oír o no estos consejos dados por la conciencia y así elegir un camino u otro.

¿Cómo corregir las malas inclinaciones?

Es verdad que no nos acordamos en general de quién fuimos, pero corrigiendo las malas inclinaciones estaríamos modificando un patrón equivocado de comportamiento, reestructurando ese comportamiento erróneo por uno más correcto.

Podemos averiguar las malas inclinaciones a través de un auto-análisis diario, reflexionando sobre qué es lo que hicimos en el día de hoy en favor del prójimo o qué hicimos que sería censurable. Todo aquello que perjudica al prójimo, es motivo de reflexión para intentar corregirlo. Haciendo un estudio verdadero de las actitudes tomadas diariamente, damos un paso positivo, comprometiéndonos con la propia conciencia, consolidando sistemáticamente la reforma interior.

Estaremos pues, con este procedimiento metódico de auto-análisis, trabajando interiormente para identificar y corregir fallos en nuestra moral, sembrando un porvenir individual mejor.
De esta manera, a través de las encarnaciones sucesivas dentro de la ley de causa y efecto estamos ejecutando las expiaciones de lo que hemos hecho en disonancia con las Leyes Morales y vamos transformando gradualmente el mal cometido en el pasado, en buenas obras.
Cambiar ese mal por acciones buenas puede suceder más rápida o más lentamente, conforme la predisposición de enmienda de cada uno. Por eso, aprovechar la vida para cambiar a mejor debería ser lo prioritario de esta existencia para cada uno de nosotros.

¿Qué papel juega el olvido tras el retorno a la vida espiritual?

El espíritu, una vez ha regresado al mundo espiritual, accede a los recuerdos. Se observa ya como espíritu, haciendo también un auto-análisis de las acciones cometidas en su vida anterior. Si se ha equivocado, se siente mal por ello y, buscando entonces la manera de corregir el daño causado contra él mismo o contra el prójimo, solicita una nueva oportunidad de encarnar.

En conclusión, deberíamos mirar el olvido temporal como una bendición que nos es concedida, ofreciéndonos la oportunidad de avanzar en actitudes nobles y de acuerdo con las Leyes Divinas, aprovechando las virtudes y abriendo así el rumbo que nos conducirá a un futuro mejor, destinado para todos.

Claudia Bernardes de Carvalho
Centro Espírita "Entre el Cielo y la Tierra"

LA MUERTE NO EXISTE


¿Por qué se sigue temiendo la muerte?
La muerte, es ese capullo que se abre, para poder liberar en toda su hermosura a la flor, e impregnar con su dulce perfume esa patria tan añorada.

La muerte, es ese paso trascendental, para el que debemos prepararnos a diario, como si fuera mañana el día definitivo. ¡Qué no nos sorprenda!. Y tengamos que arrepentirnos por el tiempo perdido, o aún peor, por el mal cometido.
La muerte, te miro sin miedo, con el semblante tranquilo, el espíritu calmo, sabiendo que regreso, pero que volveré, ampliando la familia universal, dilatando nuevos horizontes, nuevas experiencias que enriquecen el alma y le dan flamantes vuelos.

La muerte, qué palabra tan mal comprendida, queridos hermanos. Dios, padre universal, que nos atiende y asiste a todos por igual, no nos abandona nunca. ¿Cómo nos dejaría solos en este despertar?. Con esto quiero dar un mensaje de ánimo y consuelo. Consuelo con mayúsculas a todas esas madres que no superan la perdida de un hijo amado, consuelo a todos esos amigos, esposos, parientes, familiares, que se hunden en un fango de pesimismo; consuelo a todos los hermanos que esperan la muerte con el alma constreñida de dolor y miedo.

La muerte, ¡La muerte no existe!, somos almas inmortales, que caminamos de un plano de la vida hacia otro, llevándonos nuestras experiencias y conocimientos, y querido lector, nuestra conciencia. Conciencia que puede ser un mar de alegrías espirituales, o un valle de lágrimas; Ahí está el cielo y el infierno de los católicos, sin embargo esto nunca será eterno.

La muerte, la naturaleza nos ofrece ejemplos gráficos sobre esta transformación, mostrándonos las leyes de la vida. El gusano que muere dentro de la crisálida, para dar paso a la bella mariposa, igual como nosotros nos desharemos del cuerpo físico abriendo las alas del alma en todo su esplendor, y sin embrago, ¿Por qué creemos que desaparecemos, cuando realmente la vida espiritual es la única y verdadera?. ¿Por qué nos aferramos a unos desechos materiales; y no disfrutamos de la luz espiritual, que nos alimenta el alma?.

Morir, nacer, renacer, tal es la ley, cuánta verdad y grandeza hay en esta frase de nuestro querido Allan Kardec, cuánta ciencia y filosofía encierra en tan pocas palabras, nada puede resumir tan fácilmente esta maravillosa doctrina.

Amigos, esta alegría interior que experimentamos todos los que tenemos la certeza de que compañeros y hermanos espirituales, están aquí junto a nosotros, que muchas veces y aún sin saberlo mantenemos conversaciones mentales con ellos. Esta paz , que resulta imposible hacerla llegar a través de palabras, esta sensación de no perder los seres queridos, estos lazos de amor que nos unen a determinadas personas aquí en la Tierra, teniendo la certeza que perdurarán por toda la eternidad, este sentimiento de infinito amor. ¿Cómo poderlo hacer llegar al resto de encarnados, que puebla nuestro querido planeta?. Esta paz que te hace ver la muerte como un simple viaje, un viaje en el cual debemos tener las maletas bien hechas. Pero este equipaje querido lector, no es mas que nuestra propia conciencia, la fiel compañera, por los siglos de la eternidad, es lo único que nos llevamos, nada material nos acompaña por ese maravilloso éxodo al infinito. Al contrario que aquí en la Tierra, que dedicamos los últimos momentos, para confeccionar el equipaje, que nos llevaremos a otro país lejano; resulta un grave error, pensar que dedicando los últimos momentos de la existencia carnal, tendremos nuestro mundo interior en orden y listo para enfrentar el otro plano. Esta tarea es algo que debemos cultivar todos los días, no es difícil, un examen de conciencia, pensar lo que hicimos mal y tratar de mejorarlo, “ya que no somos perfectos, aunque muchos se lo crean”. Este trabajo nos dará una satisfacción en el otro mundo incalculable. Este es un deber que toda persona de bien tiene que poner todos sus esfuerzos y energías diarias, no dejes para mañana lo que puedes hacer hoy , porque puede ser que mañana sea demasiado tarde, y las medidas reparadoras sean más dolorosas que las actuales.

Queridos compañeros de encarnación, todos anhelamos vivir en un mundo mejor , está en camino, ya nos dicen los espíritus, que el mundo de regeneración está viniendo, pero es trabajo de cada uno que se dé más tarde o temprano, y si permanecemos en nuestra ignorancia y obstinación en el mal, retardaremos la felicidad.
Morir, no es el fin; es parte del camino de la vida , que nadie puede eludir. Las personas en general tienen mucho que aprender acerca del estado que les espera después del sepulcro, no hay dos espíritus que tengan que pasar por la misma experiencia, al igual que no hay dos personas que piensen exactamente igual, ningún caminante de la Tierra entra en el mundo espiritual por la misma puerta. Cada uno tiene sus particularidades, aunque hay rasgos generales.

Si analizamos nuestra forma de vida, nuestras tendencias y pasiones, si profundizamos en el tipo de pensamientos que tenemos, nos podremos dar una idea de que tipo de muerte ó despertar nos espera.

Para toda persona que desee enriquecerse, conociendo cual será su futuro, invito de todo corazón a realizar un estudio objetivo de su persona y comparándose con los tipos de desencarnaciónes, que Allan Kardec nos ilustra en el libro “El Cielo y el Infierno” (segunda parte capitulo I al VII). En líneas generales podrá hacerse una idea de su porvenir.

Tras un análisis, de las comunicaciones de los desencarnados, los detalles fundamentales a cuyo respecto concuerdan los espíritus, acerca del mundo espiritual, son los siguientes:

Todos afirman haber encontrado la forma humana; muchos ignoran durante algún tiempo, que estaban muertos.

Tienen un recuerdo sistemático de los acontecimientos de la existencia que terminó, juzgándose a sí mismos sus actos.

Inmediatamente a la desencarnación pasa por una especie de sueño reparador ó turbación, los que tienen la conciencia tranquila se encuentran en un medio espiritual radiante y han sido recogidos por familiares o espíritus amigos, mientras que los moralmente depravados nos narran un medio tenebroso.

Se deduce una analogía entre el mundo terrenal y el espiritual donde el pensamiento es una fuerza dinamo creadora, y la transmisión de pensamientos es la forma de lenguaje habitual, aunque algunos tardan un tiempo en darse cuenta, por la influencia material que aún guardan.
La visión espiritual difiere a la humana en que percibe desde todos los ángulos en su interior, y a través de los objetos.

Los espíritus pueden trasladarse por efecto de la voluntad de un lugar a otro, a la velocidad del pensamiento, cuando han recuperado sus facultades.

Por la ley de afinidad se encuentran en planos donde los compañeros espirituales son análogos, así el criminal se encuentra entre criminales y el hombre de bien goza ante espíritus de la misma condición.

Sin más, el mejor medio de perder el miedo a la muerte, es conocer lo que hay en el otro lado, y esa información se puede encontrar en: “El libro de los espíritus” de Allan Kardec.

Javier Gargallo
Centro Espírita "Entre el Cielo y la Tierra"

miércoles, 21 de julio de 2010

CONTROL EMOCIONAL


Internamente estamos llenos de pensamientos, sensaciones, sentimientos y emociones. En cuanto a los sentimientos y emociones, frecuentemente utilizamos sus términos indistintamente, confundiéndolos en la mayoría de los casos. Para un análisis en profundidad será necesario aclarar sus diferencias para conseguir una mayor conciencia de nuestros procesos interiores.

Podemos sentir sensaciones, emociones y sentimientos. Las sensaciones son principalmente impresiones más o menos fuertes de los sentidos, sensación de calor, frío, etc... No se puede decir "sentir una sensación de amor" sino "un sentimiento de amor". En cualquier caso la palabra sentimiento nos da idea de una percepción interior, mientras por otro lado, la palabra sensación da una idea de una percepción exterior mediante los sentidos, evidentemente material.

Estudiando las partes que conforman al ser humano como el conjunto de cuerpo, espíritu y periespíritu, podemos comprender como a través del cuerpo físico, poseedor de los sentidos materiales, se imprimen las sensaciones del mundo material, que a través del periespíritu, el espíritu siente dichas impresiones provenientes del cuerpo.

Por otro lado, paralelamente, el periespíritu posee igualmente sus propios sentidos, evidentemente más sutiles y sin la limitación de la materia. Son estos sentidos mediante los cuales, los llamados "sensitivos", pueden manifestar percepciones psíquicas de pensamientos, emociones, visiones, sonidos, etc. En las personas no sensitivas, estos sentidos están enmudecidos por los sentidos físicos materiales, los cuales no paran de reportar información al espíritu, anulando la capacidad de percibir percepciones sutiles. Conforme la persona se espiritualiza, dando menos importancia a lo material, ganando en valores espirituales, aprende poco a poco a escuchar su interior y a apartar, por momentos, las sensaciones de los sentidos, alcanzando estados de conciencia donde se le abren las riquezas del mundo espiritual.

Si definimos sentimiento como estado vibratorio, comprendemos que el espíritu percibe su propio estado vibratorio como sentimiento, y a través del periespíritu percibe los sentimientos de los demás consecuencia de las vibraciones que transmiten sus emanaciones fluídicas. Ocurre que en ocasiones no sabemos cuando los sentimientos percibidos son propios o extraños, contagiándonos por tanto de aquellas vibraciones, reproduciéndolas en nuestro interior.
Energéticamente somos verdaderas dinamos. Nuestros estados vibratorios, los sentimientos, marcan el tenor de la vibración que constantemente emitimos, modificando nuestro entorno. Nuestra casa, nuestras cosas están impregnadas de nuestras emanaciones psíquicas fluídicas. Somos responsables de que nuestra casa sea un lugar confortable y agradable, de que en nuestro entorno brille la paz y el amor, porque constantemente, si lo llevamos en nuestro interior, lo estamos transmitiendo, modificando sutilmente todo lo que nos rodea. Las personas que se relacionan con nosotros se benefician o perjudican de nuestras emanaciones. También nosotros nos beneficiamos o perjudicamos de las emanaciones de los demás, pero si en nuestro interior predomina la armonía, será mínimo el daño recibido y máximo el beneficio ofrecido. Estados armónicos crean vibraciones que refuerzan la armonía. Estados inarmónicos son controlables en la medida en que podemos ser conscientes de ello y podemos cambiar de estado vibratorio, con las herramientas de la voluntad y el pensamiento creador, alcanzando el Control Emocional.

Podemos confundir emociones y sentimientos. Tanto el sentimiento como la emoción son estados vibratorios, pero mientras que en los sentimientos, podemos entender que nuestra reacción siempre es suave y armónica, conservando el ritmo y la normalidad fisiológica (sentimiento deriva de la palabra "sentir"), en las emociones (que derivan de la palabra "mocion"-"mover") la reacción, cuando es negativa o inferior, termina perturbando de alguna forma nuestro estado psico-fisiolósico. Las emociones positivas, tanto en cuanto no desarmonizan nuestro estado psico-físico, podrían ser llamadas, de forma más precisa, sentimientos. Análogamente, intentaremos utilizar los términos emociones negativas, y no sentimientos negativos, cuando nos refiramos a situaciones que perturben nuestro estado vibratorio. Lejos de intentar atribuir a las emociones un significado negativo y a los sentimientos uno positivo, entendemos que es importante utilizar, en un estudio profundo, términos diferenciados para las causas desequilibradoras y para las causas armonizadoras.
Las emociones, de forma abrupta, y los sentimientos de forma sutil, ambos, modifican el estado vibracional del espíritu, que a su vez, a través del periespíritu, terminan modificando el estado del cuerpo físico, por mediación del hipotálamo, que segregará las correspondientes hormonas y neurotransmisores, alterando el estado psico-físico de la persona. Los sentimientos, por un lado, generarán modificaciones suaves en los estados psicofísicos de la persona, re-equilibrándola, con tanta sutilidad que pasarán desapercibidos en mayor número de ocasiones. Las emociones, al contrario, caerán como un torrente de reacciones psico-físicas que desatarán el desequilibrio orgánico con fin de conseguir las mejores disposiciones para enfrentar la nueva situación de temor, enfado, tristeza, etc.

Estas reacciones, por su intensidad y fuerza, si se van repitiendo, afectarán a todo el organismo o a las partes más débiles produciendo enfermedades y dolores psicosomáticos: somáticos porque afectan al cuerpo (soma) y psíquicos por ser producidos por las ideas y emociones (psique).

Si la reacción tensiona los vasos sanguíneos, al contraerse su envoltura muscular por el temor, palidecemos. Otras emociones los dilatan y nos ruborizamos. Cuando se estrechan los vasos sanguíneos del cerebro producen dolores de cabeza. En el corazón, la mayoría de las taquicardias suelen venir por vía emotiva. Las malas noticias o mal humor suele producir inapetencia o indigestión. Un estado continuado de enfado puede producir problemas gástricos o úlceras, etc.

Si la mayoría de las enfermedades son psicosomáticas, causadas por las emociones descontroladas, podemos entender, por tanto, que somos justamente nosotros los responsables de ellas mismas, tanto en cuanto somos los responsables de nuestras emociones y falta de autocontrol.

Frente a las emociones se pueden dar dos reacciones:

A) Irracional, donde la imaginación toma el poder de nuestro pensamiento y forma de ver el problema.

En los casos donde la voluntad es la tabla salvadora, gracias al esfuerzo y tesón, podremos una vez solucionado el problema recuperar el equilibrio perdido. Cuando la solución no está a nuestro alcance, la respuesta irracional termina en la mayoría de los casos en la obsesión psíquica, fijación o exageración.

En la obsesión psicológica, el pensamiento del daño sufrido o peligro, no nos deja en paz un momento, a menos de que nos ocupemos de algo muy interesante. Está pugnando constantemente por ocupar el centro de nuestra atención. El escrúpulo no es más que una obsesión de temor. Se vencerá quitando importancia al peligro eterno que imaginamos y apartando la mente del pensamiento que lo produce, no queriendo emplearla ni siquiera en salir de la duda, sino despreciándola prácticamente.

En la fijación esas impresiones o pensamientos desagradables tienden a grabarse y fijarse en nuestra mente, repitiéndose continuamente sin que acertemos a olvidarlas o a desentendernos de ellas. Se grabarán más si les damos importancia y las tememos. Se borrarán poco a poco, si las apartamos de nuestra mente y procedemos prácticamente como si no los tuviéramos.
En la exageración, amplificamos el problema, los males o peligros, llegando a aterrarnos o enfurecernos por cosas sin importancia. Si nos vemos por un instante en esta situación, una gran fuerza de voluntad será necesaria para corregir nuestra reacción optando por la racionalización del problema y alcanzar el autocontrol.

B) Racional o autocontrol. Utilizando la razón para pensar serenadamente sobre el acontecimiento y sus consecuencias. Descubrir que no es necesario modificar nuestro estado de ánimo y que las consecuencias vistas desde un punto de vista espiritual siempre tienen un aspecto positivo donde aferrarnos.

El control emocional se va adquiriendo conforme vamos racionalizando nuestros procesos internos gracias al autoconocimiento interior y al dominio sobre nuestros pensamientos, evitando alterar un estado vibratorio equilibrado.

La realidad que nos rodea nos bombardea información constantemente. Ciertos sucesos son percibidos por nuestro subconsciente, en base a pautas aprendidas y lo traduce en impresiones que determinan nuestro estado emocional, modificando nuestro estado vibratorio.
Es en este nivel donde procesos internos determinan constantemente como nos vamos a sentir frente a las alegrías de la vida o frente a la adversidad.

Por tanto, cada persona vivencia de forma particular una misma realidad exterior. La moral de uno mismo dependerá por tanto de la forma en que encaramos las distintas vicisitudes. El humilde no se derrumbará ante la derrota. El manso no devolverá la ofensa. El justo no prejuzgara ni criticara. El caritativo dará también la capa si le piden la bolsa.

El egoísmo y el orgullo, podemos verlos como aquellos procesos internos que nos hacen vivenciar la vida con inseguridad material y mental, de forma que respondemos con acciones y emociones egoístas y orgullosas, alterando nuestro estado vibratorio, como intento vano de conseguir dicha seguridad.

Ser menos materialistas, nos permitirá tener una perspectiva menos desalentadora frente a las pérdidas materiales, facilitando nuestro autocontrol.

Tenemos que ser menos egoístas, y por tanto, tenemos que modificar internamente aquellos procesos que nos generan inseguridad material. Por ejemplo, si nos cuesta dar, tendremos que dar con mayor intensidad. Si estamos apegados a algo material, debemos deshacernos de ello. Si ansiamos algo material, debemos aprender a pasar sin ello, etc. De esta forma, ejercitaremos nuestra voluntad y corregiremos el proceso subconsciente que nos crea angustia por miedo a carecer tales cosas materiales.

El ejercicio de la caridad es el mejor corrector moral que disponemos, de ahí la frase de Allan Kardec: "Fuera de la caridad, no hay salvación".

Si analizamos todo aquello que nos crea angustia y lo miramos a la luz del Evangelio, tendremos con toda seguridad, el comportamiento correctivo a seguir, "porque mi yugo es suave y mi fardo ligero". Fuera del Evangelio el yugo es pesado, lleno de situaciones angustiosas, aparentemente sin explicación. Dentro del Evangelio, el yugo, que es la observancia de la Ley Divina, es ligero y suave al imponer por deber el amor y la caridad.
Haciéndonos conscientes de nuestros procesos internos, tenemos la oportunidad de ejercer nuestra voluntad en el dominio de uno mismo. Conseguir en cada momento dominar nuestras emociones (control emocional) y pensamientos (control mental). Este nivel consciente nos acerca a la autorrealización en la medida que elegimos el punto de vista de cada circunstancia, no solo para no caer en emociones negativas, sino para potenciar las positivas, acercándonos en lo posible a la máxima felicidad relativa posible en este mundo.

En cierta forma esto mismo ya se está utilizando en diversas terapias hipnóticas. En estos casos se busca modificar el subconsciente de la persona con técnicas que permitan su reimpresión, a base de anular temporalmente el consciente en mayor o menor medida. De esta forma se puede curar, por ejemplo, una fobia a espacios abiertos visualizando, en un estado alterado de consciencia, como la persona puede salir de casa sin ninguna consecuencia para su seguridad. Esto se llama disociación, proceso por el cual te visualizas desde fuera del cuerpo y reaprendemos la nueva idea descartando la antigua incompatible.

En otras palabras podemos decir que controlando el pensamiento podemos controlar nuestras emociones abriéndonos la puerta hacia la felicidad. Esto explica porqué funcionan tan bien los libros de autoayuda y como sus efectos pueden ser un primer paso para descubrir nuevos conocimientos que desarrollen la conciencia y la moral.

Llevando esto al terreno práctico podemos aplicarlo, por ejemplo, en los enfados. El enfado se presenta como respuesta ante una situación molesta y por tanto nos perturba enfadándonos. Si nos dejamos llevar bajamos la vibración y nos volvemos más irracionales, entrando en la frecuencia de posibles estímulos que quizás nos sugestionen hasta límites que más tarde nos harán arrepentirnos. Es por tanto una actitud limitadora puesto que merma nuestra capacidad racional. Sumamos a esto el efecto nefasto que produce esta emoción en nuestro cuerpo físico, sube la tensión, la adrenalina, etc., causándonos en los días sucesivos malestar en el aparato digestivo y excretor.

Una vez que hemos reaccionado con el enfado tenemos que conseguir el suficiente autocontrol para sugestionarnos con pensamientos que nos saquen de dicho estado. Haciéndonos conscientes de esto iremos conociéndonos mejor a nosotros mismos. Cada vez nos será más fácil modificar nuestra vibración, reconociendo que ideas funcionan mejor que otras. El estudio del Evangelio nos instará a la práctica de la Caridad, indulgencia, perdón, humildad, que indudablemente serán recursos determinantes para alcanzar el autocontrol y dominio de las pasiones. Habremos superado esta prueba no cuando podamos corregir el enfado antes de que se llegue a producir, aunque será señal de un gran avance. La prueba superada supondrá la completa aceptación y resignación de lo sucedido en base a una elevada concepción espiritual, una comprensión total de lo ocurrido, con todas sus consecuencias, viendo la luz oculta detrás de cada prueba, lo que nos permitirá actuar conscientemente, en todo momento, manteniendo nuestra armonía vibratoria.

Mientras no alcancemos dicho estado, nuestros automatismos subconscientes tienen un gran poder sobre nosotros, nuestros comportamientos y elecciones. La guerra más difícil es con uno mismo, donde derrotamos los hábitos viejos para levantar una nueva moral en uno mismo, que se irradie hacia los demás, mediante el ejemplo, y la trasmisión fluídicas de los nuevos sentimientos.

Sentimientos de amor y fraternidad tienen un doble efecto. Hacia uno mismo, donde su vibración penetra todas las moléculas de nuestro cuerpos físico y periespiritual, llenándonos de armonía psicofísica, equilibrando nuestros procesos neurológicos, hormonales, etc., corrigiendo temporalmente o completamente (si perdura lo suficiente en el tiempo), el origen de nuestras enfermedades tanto físicas como mentales (neurosis y psicosis). Y hacia los demás, donde la recepción fluídica del amor producirá efectos análogos, vinculando las almas por toda la eternidad.

Por ello podemos decir que el Amor es la mayor terapia existente, libremente a nuestra disposición, gracias a la infinita bondad y justicia del Padre.

José Ignacio Modamio
Centro Espírita "Entre el Cielo y la Tierra"
San Martín de Valdeiglesias (Madrid)

BIOGRAFÍA DE SALVADOR SELLÉS


Salvador Sellés Golsálbez nació el 21 de Abril de 1848 en Alicante, en la plaza del Cuartel nº 1.
Hijo de Francisco Sellés y María Antonia Gonsalbez es considerado uno de los mejores poetas alicantinos, sin menospreciar a Gabriel Miró.

Era un gran filósofo, poeta, dramaturgo y dibujante. A la edad de trece años pintó a lápiz “La Santa Faz” del que a día de hoy se desconoce su paradero, aunque no es por el dibujo que se le conoce, sino por su gran arte de escribir poesía.

Por sus escritos y otras referencias que hemos encontrado de él, sabemos que era un hombre de grandes valores morales. Simple trabajador de correos, cuando ya estaba en una edad avanzada renunció a un ascenso a favor de un compañero más joven, que necesitaba mucho más el dinero.
También fue un gran periodista, escribiendo en varios periódicos como “El Luchador” y la “La Revelación”. Este último era un periódico espírita publicado en Alicante por Sr. Ausó y Monzó.
Gran espiritista, considerado por sus amigos y por él mismo, el primer espírita de Alicante, entendía y practicaba el Espiritismo interesándose por los más desvalidos. Podemos encontrar en “La Revelación, año 1 nº 1”de Enero de 1872 un escrito de él donde define el Espiritismo de la siguiente manera:

“El Espiritismo es la copa de oro que derrama el bálsamo del consuelo sobre las llagas del infortunio, es el matizado iris que promete una existencia de recompensas, más allá de una existencia de penalidades y es el tribunal benéfico y equitativo, que corona de laureles el mártir corazón que ha caído bajo las formas de la injusticia, en el doloroso anfiteatro de este mundo…”
En 1888 recibió el título de la “Academia Internacional para el Estudio del Espiritismo y del Magnetismo”.

Comprendía la religión sin dogmas, ni ritos. Defendía el Cristianismo primitivo y no creía en la Iglesia Católica, a la que consideraba como aliada de la opresión.

A los trece años ya había leído las ochocientas comedias de Lope de Vega y en su vida escribió obras como “Hacia el infinito” “Giorgiano Bruno” “El Temblor de la Tierra” “La elegía del ciego” “Lázaro” y la que vamos a ir publicando en este periódico “El profeta en su tierra”.
En 1875 fue a vivir a Madrid, aunque tenemos datos que le sitúan en 1872 en Alcazar de San Juan (Ciudad Real), donde fue vicepresidente de la Sociedad Espiritista Española junto con Antonio de Torres-Solanot y Casas (Vizconde de Torres-Solanot) quien era su presidente. Allí tuvo amistad con Nuñez de Arce, Castelar, Amparo López del Baño y Rosario de Acuña, volviendo a Alicante a principios del siglo XX.

Se casó con Lorenza Pastor el 5 de Febrero de 1876, desencarnó. En Marzo 1921 sin dejar descendencia. La desencarnación de su mujer le llevó a meterse en sus libros y se cuenta que se le veía pasear cabizbajo.

Le gustaba discutir sobre el Universo, Unamuno, la pobreza, la riqueza indecente, la vida, el alma… y pocos hablaron como él de Dios: “El hombre no vive solamente en la Tierra. Sus ideas, sus sentimientos, se pierden como la esencia de las flores, en el Cielo. La verdad de la existencia de un Dios infinito, eterno, la encuentra el hombre lo mismo en las maravillas de su alma, que en las maravillas de la naturaleza”.

A la edad de 89 años muere en su residencia habitual, calle Castelar nº 1, el 9 de febrero de 1938 a causa de un colapso cardiaco agravado por una miosclerosis, según el parte médico. Fue enterrado en el Cementerio Municipal de Alicante nicho 2185. Grupo 146. Primer piso. Calle virgen del Pilar, junto a la Capilla (Osario 1), propiedad del mismo, que puede ser visitado a día de hoy.

No podríamos terminar esta biografía sin publicar la poesía que le dedicó nuestra querida Amalia Domingo Soler en 1873:

A SALVADOR SELLÉS

¿De dónde vienes poeta?
¿En qué región, di, en qué mundo
Recogió tu mente inquieta
Algo de bardo profeta,
¿Algo gigante y profundo?

No es de aquí tu pensamiento,
Ni cuanto en tu ser se encierra
De ternura y sentimiento,
¡Es tan distinto tu acento
De los hijos de la tierra!



¡Genio entusiasta y ardiente!
Cuéntame algo de tu ayer,
¿Por qué has dejado tu Oriente?
¿Por qué has venido a Occidente
Para amar y padecer?

¿Tanto has llegado a pecar,
Que a este mundo de expiación
Te tuvieron que enviar?
¿Te llegaste a rebelar
En tu ardiente inspiración?

Algo de esto deber ser;
En tu pasada existencia
Quizá llegaste a creer
Que era omnímodo el poder
De tu osada inteligencia.

Y hoy por eso estás aquí,
En tu humilde rincón,
Soñando en tu frenesí;
Viendo pasar ante ti
Mil sombras de tentación.

Porque tu genio fecundo,
Tu inspiración sobrehumana
Y tu talento profundo,
Non son de este mundo
Pertenecen al mañana.

El que llora sus amores
Cuenta triste desconsuelo,
Y lamenta los horrores
De esos genios destructores,
No es de la tierra, es del cielo.

¡Espíritu noble y fuerte!
¡De otras regiones cantor!
Aquí llorarán tu muerte,
Aquí sentirán perderte,
Genio de paz y de amor.

Mas aquellos que soñamos
En otros mundos mejores,
Tu estancia aquí lamentamos;
Aunque aliento recobramos
Con el ámbar de tus flores.

Pero tú debes vivir
Donde brille la verdad;
Quien cual tú sabe sentir,
¡Su vida..., su porvenir...
Su mundo es..., la eternidad!
Amalia Domingo Soler - La Revelación 1873

Queremos agradecer a la web “Alicante Vivo” www.alicantevivo.org por autorizarnos a publicar algunas de las fotos de este artículo, como parte de los textos.

El Centro Espírita y el Espírita verdadero.

El centro espírita es lugar de reunión, lugar bendito donde se aprenden verdades sobre vuestra y nuestra vida. Ha de ser respetado y cuidado por todos sus adeptos, ha de recibir amor de todos y todos hacerlo suyo.

Estáis en vuestro hogar, vuestro hogar de paz y tranquilidad donde tenéis la posibilidad de recibir los mensajes, las enseñanzas desde nuestro plano y aprender a ayudar a encarnados y desencarnados.

Hasta que los integrantes no sientan esto en sus corazones, el centro no se consolida en el plano espiritual.

Amad este, vuestro hogar y luchar por el.

El espírita es aquel espíritu, encarnado o no, que acude a este paraíso de luz y amor, pero no sólo acude para aprender, sino para enseñar y trabajar. Muchos espíritas así lo entienden y practican. Fijaos en la historia del Espiritismo en vuestro país y hallaréis grandes espíritas verdaderos.

Objetivos:

1. Un espírita se auto-analiza y esfuerza por corregir sus errores.
2. Un espírita disculpa a su prójimo.
3. Un espírita ama al prójimo como a sí mismo y a Dios sobre todas las cosas.
4. Un espírita recibe mucho con estas enseñanzas y a su vez trabaja por difundirlas sin ponerle velos. “No pongáis la candela bajo el celemín”, luchad por lo que creéis y no le pongáis travas a la verdad disfrazándola con palabras que la desvirtúan.
5. Un espírita es responsable, estudioso, constante, la pereza no cabe en él.
6. Un espírita es generoso, confía en que la providencia le dará lo necesario y justo a sus merecimientos.
7. Un espírita trabaja para la verdad y está al servicio de Dios.

Amigos, nos gustaría que este resumen os sirva como guía para alcanzarlo un día. En el plano en el que estáis el orgullo y el egoísmo predominan, muchas veces cegándoos frente a vuestros deberes.

Un día, cuando la luz del Espiritismo brille en vuestros corazones, hallaréis la felicidad indescriptible del que cumple con su deber.

Estudiad, quereos, trabajad mucho a fin de que cuando llegue el señor encuentre la tarea concluída.

La pereza es un gran enemigo del bien.

Amaos.
Un espíritu protector
Centro Espírita "Entre el Cielo y la Tierra"

AYUDA EN LO INVISIBLE

Hay una doctrina que por su encanto y su dulzura, debería convertir hasta los más incrédulos: la de los ángeles guardianes. ¿No es acaso una idea muy consoladora la de pensar que se tiene siempre cerca de sí a seres que nos son superiores, que están siempre hay para aconsejarnos, fortalecernos y ayudarnos.

Pero a veces fácilmente nos olvidamos de que están deseosos de ayudarnos en decisiones morales y materiales, que nos sean útiles para nuestro progreso y caemos en la desesperación.
Dios como un buen padre que es, nos da los medios y las ayudas que necesitamos para sobrellevar la desesperación en que caemos por las luchas de nuestras vidas. Nuestro ángel protector nos inspira para el bien pero no siempre escuchamos, ese consejo que si siguiéramos nos evitaría muchos sufrimientos. Pero nos obstinamos, y caemos una y otra vez en los mismos errores del pasado. Pero no por eso nos dejan abandonados a nuestra suerte, sino que están deseando hacerse oír en nuestra conciencia, para que en nuestras reflexiones nos inclinemos al bien y no al mal.

Los espiritistas sabemos que los ángeles guardianes tienen la misión de guiarnos para conseguir llevar a cavo los buenos propósitos que planteamos en el mundo espiritual para nuestro crecimiento. Por lo tanto no podremos decir si fallamos en esos propósitos que hemos estado solos en la lucha material.

Hay quien se pregunta, ¿Por qué los ángeles guardianes no se dejan ver para así poder seguir sus consejos? Para que el mérito sea nuestro cuando seguimos sus consejos y con ello hacemos el bien.

Nos es consolador saber que cuando elevamos nuestro pensamiento somos oídos por nuestro protector que nos asiste y nos da la conformidad en nuestras penas más íntimas, en nuestros errores que atormentan nuestra conciencia y siempre nos anima, sin juzgarnos ni reprocharnos nada.

Pero la ingratitud, se manifiesta y nos hace sordos a sus pensamientos de bondad y caridad, sucumbiendo en ocasiones y siguiendo sugestiones de espíritus inferiores que nos incitan a el orgullo y a el egoísmo, que tiene más afinidad con nuestras tendencias. Pero aún así siguen ayudándonos a caminar por la lucha de la vida material.

Centro Espirita Camino de Luz: José

lunes, 12 de julio de 2010

EDITORIAL JULIO 2010

¡Amigos lectores!

¡Qué gran oportunidad se acerca! Espíritas de todo el mundo nos reuniremos en Valencia este mes de octubre con motivo del VI Congreso Espírita Mundial. Es una oportunidad que no se repetirá en los próximos decenios fácilmente. Desde 1934, cuando se celebró el anterior Congreso Espíritista Internacional en suelo español hasta hoy, la situación de la Doctrina Espírita en España ha cambiado completamente. En la actualidad, el número de centros espíritas, publicaciones, conferencistas, médiums, etc. no alcanzan los niveles conseguidos en el pasado. Es por ello que no podemos dejar pasar una oportunidad extraordinaria, como es el Congreso Espírita Mundial, para coger un mayor impulso, acercarnos unos centros a otros y sobretodo, conseguir que los medios de comunicación reflejen el gran interés que puede desatar la Doctrina Espírita en nuestro país. Este congreso no pasará desapercibido por los medios si todos y cada uno de los espíritas lo apoyamos con nuestra participación. La unión de los espíritas se demuestra principalmente con la participación en los eventos nacionales e internacionales, donde el acercamiento de unos y otros, ayuda a establecer grandes afinidades de colaboración y trabajo para el futuro.
¡No estamos solos en el mundo!, somos una gran familia y este mes de octubre tenemos nuestra reunión familiar. Cuánta alegría habrá en el mundo espiritual viéndonos reunidos el mayor número posible de espíritas encarnados y desencarnados en un mismo evento! ¡En España no podemos quedarnos atrás! Hemos sido testigos como congreso a congreso el movimiento espírita mundial va cobrando relevancia. Muchos esfuerzos, económicos, personales y espirituales, han sido necesarios para la creación de estos eventos. ¡Y Tenemos la oportunidad de vivirlo en nuestra tierra!
Todos recogemos justamente aquello que cosechamos. ¡Cosechemos en este congreso un nuevo futuro de luz para el Espiritismo en nuestro país! Tenemos la oportunidad de aunarnos todos juntos en Valencia. Muchos serán los que oigan las campanas de los nuevos tiempos, gracias a eventos como el VI Congreso Espírita Mundial.

La Redacción

PUBLICADOS TEXTOS REVISTA ESPÍRITA INÉDITOS EN ESPAÑOL

Simoni Privato Goidanich nos habla de su trabajo “Trilogía Revista Espírita – Periódico de Estudios Psicológicos”:

1. ¿Qué podrías contarnos sobre este nuevo trabajo?

Este libro es el segundo tomo de la trilogía Revista Espírita – Periódico de Estudios Psicológicos: Colección de Textos de Allan Kardec. Está compuesto de una colección de veinte textos traducidos al español que fueron escritos y publicados por Allan Kardec en la Revue Spirite entre 1862 y 1865. Prácticamente todos estos veinte textos estaban inéditos en español hasta la publicación de este libro.
Toda la traducción fue hecha de los textos originales de Allan Kardec, en francés. Un cuidado especial que pusimos fue el de siempre traducir y jamás interpretar, es decir, buscamos transmitir con precisión la idea original del autor. Además, dedicamos particular atención a la traducción de las expresiones idiomáticas francesas.
Este libro contiene también un prefacio de José María Fernández Colavida, psicografiado por Divaldo Franco en enero, que es un texto muy esclarecedor sobre la Doctrina Espírita y la Revue Spirite.

2. ¿De dónde surge la idea?

Todos los libros que hemos publicado nacen de propuestas que nos son presentadas por la Espiritualidad Amiga.
En el año 2008, un amigo espiritual nos recomendó que releyéramos la Revue Spirite. Cuando concluimos esa etapa, él nos comunicó que habíamos recibido la autorización para traducir textos de la Revue Spirite al español y nos dio la orientación necesaria para realizar el trabajo.
Yo ya había leído las obras de Allan Kardec en el original, en francés, pero jamás había pensado en traducirlas al español. Sin embargo, he aceptado el desafío y me he esforzado para poder cumplirlo de la mejor manera posible. Me he dedicado a estudiar aún más la lengua española y he obtenido el Diploma de Español como Lengua Extranjera – Nivel Superior del Instituto Cervantes. Además, he trabajado personalmente, en la trilogía, con un revisor especializado.

3. ¿Qué aceptación está teniendo?

El primer tomo de la trilogía fue el primer libro espírita publicado y lanzado en Quito. El lanzamiento ocurrió el 18 de abril de 2009 y, en menos de seis meses, ya no me quedaban ejemplares. El libro ha logrado llegar a varios países.
Este segundo tomo fue lanzado en mayo de 2010, también en Quito, y, aun antes del lanzamiento, ya estaba disponible en el extranjero. Después de poco más de un mes de su lanzamiento, este nuevo libro ya puede ser encontrado en siete países.

4. ¿Por qué recomendar este trabajo?

No tenemos ningún interés personal ni financiero en los libros espíritas que publicamos. Todo el producto de la venta se destina a instituciones espíritas. Nuestro único interés es doctrinario: incentivar el estudio, la práctica y la divulgación de las enseñanzas del Espiritismo. De ese modo, entendemos que el contenido de este nuevo libro es muy importante para todos los interesados en la Doctrina Espírita. Entre otros temas, estos textos recientemente publicados en español tratan de los principios fundamentales de los fenómenos espíritas, de la mediumnidad curativa, de la reencarnación, del suicidio, de aspectos científicos del Espiritismo, de orientaciones a grupos y a movimientos espíritas, de la utilidad de las enseñanzas de los Espíritus y de la muerte del obispo responsable del Auto de Fe de Barcelona.

5. ¿Lo podemos encontrar en España?

Sí, en la librería de la Federación Espírita Española (www.espiritismo.cc), en la cual también está disponible la obra Pases a la luz del Espiritismo, que escribimos con Carlos Campetti.

6. ¿Qué dirías a los lectores de nuestro periódico y a los espíritas Españoles?

Cuando llegué a Quito, en el año 2007, hice una investigación histórica sobre el Espiritismo en Ecuador y descubrí un hecho que me emocionó. Aun en el apogeo de la persecución religiosa del Gobierno de García Moreno, cuando las publicaciones espíritas eran quemadas en plazas públicas de Guayaquil y los espíritas ecuatorianos eran encarcelados, Fernández Colavida prestó su apoyo al Espiritismo en Ecuador enviando a Guayaquil su magnífica Revista de Estudios Psicológicos de Barcelona. El «Kardec español» jamás se desanimó y siempre veía las persecuciones como incentivos al trabajo de divulgación doctrinaria. Casi 140 años después de los «autos de fe» de Guayaquil, Divaldo Franco me comunicó sobre el prefacio sin decir, inicialmente, el nombre del autor. Al recibir esa comunicación de Divaldo, volví a sentir la misma emoción que había experimentado cuando estaba haciendo la investigación histórica e identifiqué inmediatamente que el autor del prefacio era Fernández Colavida. Por estas y otras experiencias, tengo el más profundo respeto y gratitud por el movimiento espírita de España.
Además, siento especial aprecio por el equipo de trabajadores del periódico El Ángel del Bien, que, entre otras iniciativas admirables, nos ayudó a divulgar el inicio de los estudios doctrinarios en Quito. Como resultado de esos estudios, pudimos conformar el primer centro espírita de la capital ecuatoriana y el primer centro espírita legalizado en todo el país: el Centro de Estudios Espíritas Allan Kardec.