domingo, 21 de noviembre de 2010

QUE ES UN MEDIUM

"Haga lo mejor que pueda, en cualquier situación, con tanta devoción a la felicidad ajena, que no sufra arrepentimiento o remordimiento en tiempos de crisis."
André Luiz-Espíritu.

Es esta una pregunta que a veces nos puede ser planteada por personas que no están relacionadas con el Mundo Espiritual, o que inclusive dentro de él, no lo tienen demasiado claro y desearían que con la explicación de unas pocas palabras pudieran adquirir el conocimiento de algo tan complejo que todo ser humano tiene en grados distintos, según nos enseña El Espiritismo. Siendo éste un fenómeno psíquico de origen orgánico, pero con la manifestación espiritual.

Indudablemente estudiando “El Libro de los Médiums” de la Codificación Espírita, encontraríamos amplia documentación informativa a este planteamiento que es desconocido en su profundidad por una inmensa mayoría de seres. Ellos han tenido la referencia a través de los medios de comunicación o de terceras personas de forma ambigua, que no representa formalmente la realidad, formándose así un concepto confuso y nada esclarecedor del tema que nos ocupa.

Hace unos días visionando una grabación en vídeo del programa de TV “Otra Dimensión” de Tele5, realizado en España por el médium brasileño José Medrado, conocido en Alcázar de San Juan por sus trabajos “Psicopictóricos” pudimos advertir la contestación tan sencilla y al tiempo tan aclaratoria que él mismo dio al presentador de la serie Félix Gracia, que inició la entrevista precisamente con esta pregunta que encabeza este comentario:

“- ¿Qué es un médium?”

“- El médium es una persona que tiene la capacidad de estar entre dos mundos. El mundo de los Espíritus y el mundo físico. El médium es una especie de punto de ligación entre esas dos existencias de una única vida, que es la vida del Espíritu”.

Analizando la respuesta de José Medrado, tan concreta y precisa, apreciamos en su contenido la gran responsabilidad que el médium adquiere.

Responsabilidad en su comportamiento del día a día. Tanto físico como espiritual. Así como en el esfuerzo de su formación basado en el estudio que le llevará a su progreso intelectual y moral. Dedicación constante, pues recordemos que la ignorancia es el alimento de los oportunistas.

Frecuentar un Centro Espírita serio, bien orientado, que esté bien capacitado y armonizado para que el médium pueda adquirir una preparación adecuada y se desarrolle, teniendo siempre presente que es el instrumento de interconexión entre los dos mundos, y que cuanto más “afinado” se encuentre más fácilmente podrán utilizarlo los buenos Espíritus para hacernos llegar sus comunicaciones.

Entre las normas a seguir, nuestros amigos espirituales nos recomiendan, que el alimento a ingerir el día de trabajo mediúmnico ha de ser sólo el necesario. Procurar apartar el uso del tabaco, alcohol, etc. Pensamiento elevado. Si se puede, debido a las obligaciones del día, recogimiento y oración. Y sobre todo, evitar frecuentar lugares donde se agrupen gran cantidad de personas, almacenes, hospitales, reuniones de cualquier tipo, etc., ya que suelen aportar a través de sus estados psíquicos y físicos, vibraciones que no benefician la labor a realizar. Pues el médium, es la fuerza de un imán inimaginable y capta atrayendo hacia sí, lo mejor e inferior de su entorno.

Vigilancia continua es una de las obligaciones fundamentales de un buen médium para no verse sorprendido en sus funciones. Aquellas con las que se comprometió en el Mundo Invisible, cuando se programó con sus “Mentores Espirituales” una nueva reencarnación de su vida física aquí en la Tierra, reparando errores del pasado.

Juan Miguel Fernández Muñoz.

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