jueves, 13 de junio de 2013

Los dos lados de la vida



Todas las filosofías religiones y culturas, han tratado de explicar y dar forma cada una a su manera el futuro del alma, pero con el espiritismo podemos constatar en primera persona el porvenir. Tras ver como narran sus experiencias los espíritus vemos un abanico con un colorido sin igual; desde los que sufren hasta los que narran una felicidad portentosa, coincidiendo muchos en que no tienen palabras para explicarnos las visiones y sensaciones del otro lado.

Esto lo explica nuestra filosofía con la ley de acción y reacción (recogemos lo que sembramos), solo que la ley divina no suele ser inmediata, por eso podemos ver personas muy buenas que padecen grandes desgracias y otras perversas a las que la suerte parece favorecer. Realmente  desconocemos lo que traen en su archivo espiritual, es decir lo que hicieron en sus vidas pasadas, tal vez la persona muy buena no lo fue tanto y a la persona perversa se le está dando una oportunidad para cambiar su rumbo, entonces nuestro raciocinio al solamente poder ver  esta vida (la actual)  no encuentra explicación a muchas cosas. Así que si conseguimos elevarnos aunque solo sea con el pensamiento y asimilar que lo que nos está ocurriendo en la actualidad es lo mejor que nos puede pasar para nuestro adelantamiento, si podemos enfrentar nuestra situación con resignación y confianza en nuestros guías espirituales y sobre todo en Dios, seremos más felices y relativizaremos nuestras desgracias porque al fin ay al cavo aquí solo estamos de paso nuestra verdadera vida es la espiritual ya que antes de personas somos espíritus inmortales creados por Dios dotados de inteligencia y libre albedrío, con esto no quiero decir que tengamos olvidarnos de todo y llevar una vida de oración o reclusión, estamos encarnados con unas responsabilidades y obligaciones materiales. (Como me dijo en una ocasión un amigo espiritual: Cuidado que no te puedo pagar el recibo de la luz”). Con esto quiero decir que hay que vivir con un pie en la tierra y el otro en el cielo, no hay que dar más importancia a las cosas materiales que a las espirituales pues nadie viene para quedarse aquí. Hay que administrar bien nuestro tiempo que es un regalo divino ya que no sabemos si mañana vamos a desencarnar y debemos aprovechar cada día como si fuera el último en la tierra para que cuando lleguemos allí no tengamos pesar por no haber cumplido algo.

Tenemos cientos de libros que hablan sobre la vida espiritual y cuanto más sabemos más queremos conocer y con todo esto no vislumbramos más que un 10%  quedando deslumbrados. La teoría es sencilla, asimilarla y llevarla a la práctica es otra cosa, nos dicen los espíritus que con la codificación de Alan Kardec  para llevarla a la práctica y asimilarla del todo tenemos para varias encarnaciones y aun así hay quien dice que ya se lo sabe todo y que se le queda corto, esto quiere decir que leyeron pudieron estudiarla pero no la comprendieron. Tenemos un tesoro en nuestras manos, la llave de nuestro porvenir, en nosotros está el dejarla guardada en nuestro bolsillo o intentar abrir la puerta, el comienzo es sencillo: Tratar de ser mejor persona. Todas las religiones tienen o deberían tener esta finalidad y es que el mejorar y el acercarnos cada existencia un poco más a Dios no es patrimonio ni del espiritismo ni de ninguna filosofía, doctrina o religión, de ninguna raza, casta o color de piel.

Profundizar en los dos lados de la vida es una aventura maravillosa que nos hará ser más felices, valorar más a los que nos quieren y a todos los talentos que Dios nos concedió en esta existencia. nuestro destino es la felicidad y enredarnos en laberintos de dolor y sufrimiento retrasa nuestra dicha.
Recogemos lo que sembramos, así que sembremos amor en lugar de dolor y recogeremos flores que cuando florezcan nos brinden colores y paisajes nunca descritos por el hombre, pues la dicha reservada a los justos y buenos es algo que aún se escapa a nuestros sentidos materiales.

Después de las nubes grises siempre hay un sol que brilla. Todos tenemos uno reservado y un centinela que nos llevará a él. Ese centinela es nuestra conciencia, escuchémosla y seamos fieles a ella.

Nunca estamos solos siempre tenemos una mano amiga en los dos lados de la vida. Abramos nuestro corazón y aprendamos a estrechar esa mano.

Javier Gargallo
Centro Espírita "Entre el Cielo y la Tierra"

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy bonito Javi, me ha encantado ;-)

Anónimo dijo...

. COMO DESARROLLAR INTELIGENCIA ESPIRITUAL
EN LA CONDUCCION DIARIA

Cada señalización luminosa es un acto de conciencia

Ejemplo:

Ceder el paso a un peatón.

Ceder el paso a un vehículo en su incorporación.

Poner un intermitente

Cada vez que cedes el paso a un peatón

o persona en la conducción estas haciendo un acto de conciencia.


Imagina los que te pierdes en cada trayecto del día.


Trabaja tu inteligencia para desarrollar conciencia.


Atentamente:
Joaquin Gorreta 55 años