martes, 9 de febrero de 2010

EDITORIAL ENERO 2010

¡Ya llegó el 2010! Y con él, un año nuevo lleno de oportunidades, lleno de trabajo y de buenos propósitos, todos realizables. Al comenzar el año, más que proponernos nuevos retos, deberíamos hacer recuento de todos aquellos que hemos logrado o que se nos han quedado a
mitad en los 365 días anteriores. Con esto me refiero a ese querido examen de conciencia que nos enseña San Agustín en la pregunta 919 de “El libro de los Espíritus”, ese inventario que las empresas hacen para contabilizar sus pérdidas y ganancias.
No debemos olvidar que todos somos los dueños, los jefes de nuestra empresa íntima, la del alma. Al reencarnar firmamos el contrato de gerentes de nuestras propias vidas y este incluye una serie de de responsabilidades que, al llegar el final de la encarnación, repercutirán en nuestra nómina espiritual, dependiendo de si hemos o no cumplido con nuestro trabajo.
Además, este año tenemos un “trabajo extra” el del VI Congreso Espírita Mundial que, como ya sabéis, se celebrará del 10 al 12 de Octubre en Valencia.

Sabemos, por experiencia, que el Espiritismo da consuelo a quien no lo tiene, ánimo al que lo perdió, conocimiento al que lo busca y amor a todo el que se arrima a él, independientemente de su sexo, raza, religión, estatus social, etc. ¡Que triste es ver a las personas mayores, que no conocen la realidad espiritual, esperar día tras día a que llegue el fin de su existencia sobre la Tierra! ¡Que desconsolador es ver a las familias llorar por la pérdida de sus familiares más queridos, a causa de una enfermedad, accidente o catástrofe!

Démosles una explicación perfectamente lógica, como es toda la enseñanza espírita, hablémosles a la razón y al corazón y ellos encontrarán el consuelo que necesitan.
Semana tras semana lo vemos en nuestro propio centro espírita, personas que decían “no creer”, que “nada existe más allá de la materia” que “buscan pruebas” las obtienen, sólo hay que saber buscarlas. No nos cansaremos nunca de decirlo “La doctrina Espírita es totalmente actual” llena de profundas enseñanzas que los buenos espíritus supieron hacernos llegar. ¡Aprovechémonos de lo que se nos da!

A través de nuestro “Ángel del Bien” es que contribuimos con la obra de los buenos espíritus, escribiendo páginas humildes que ayuden a corazones necesitados.
Este año redoblaremos nuestros esfuerzos para que este Ángel llegue a más lugares iluminando con la antorcha del Espiritismo.

¡¡Feliz año 2010!!

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