Leyes morales y mediumnidad
La mediumnidad es un fenómeno natural que nos acompaña desde el inicio de la humanidad, prueba de ello es que la creencia en los espíritus y la vida después de la muerte se han encontrado prácticamente en todas las culturas. Fue con la llegada del Espiritismo de Allan Kardec, y en particular de la publicación de su tratado "El Libro de los Médiums", cuando se desveló y desmitificó la comunicabilidad con los espíritus, poniendo este conocimiento al alcance de todo el mundo.Estudiando "El Libro de los Médiums" podemos entender que si bien todos somos médiums de alguna forma, normalmente de inspiración, la facultad de mediumnidad ostensible, menos común, es una característica puramente fisiológica que "depende del organismo; es independiente de la moral." (1), puesto que es encontrada en personas de muy diversos tipos, caracteres y formas de ser.
A pesar de que la moral del médium no tiene efecto sobre la facultad fisiológica de la mediumnidad, es el aspecto más importante para su práctica pues determina con precisión el tipo de comunicaciones que se le van a permitir realizar, livianas, serias o incluso mistificaciones (engañando al médium), en virtud de la aplicación de los principios de afinidad y sintonía. Podemos decir que la moral del médium, cuando sea elevada, será la llave que de acceso a la comunicación con los buenos espíritus, su sabiduría y amor universal. Por el contrario, cuando la moral del médium sea inferior, o sintonice con conciencias inferiores, entregará entonces en bandeja la llave de su psiquismo al plano espiritual más próximo a su condición, quedando desprotegido frente a posibles influencias psíquicas inferiores que podrán adueñarse de su psiquismo mediante la obsesión.
La moral
Etimológicamente el término moral viene del latín "moralis", que significa costumbre. La moral de los hombres va ligada a sus costumbres y creencias que establecen los actos permitidos en su sociedad y que conforman sus leyes temporarias. Tenemos por tanto una moral temporal para cada conjunto de creencias, social, religiosa e individual, quedando únicamente fuera del tiempo y de las creencias, la Moral Universal o Divina basada en las Leyes Universales.
Siendo la mediumnidad un fenómeno completamente natural únicamente va a verse influenciado por leyes naturales y por tanto solo por la Moral Divina asociada al cumplimiento o no de las Leyes Universales. La moral de los hombres tendrá mayor o menor influencia sobre la mediumnidad en la medida en que se asemeje a la moral divina. Por tanto todo desarrollo de la mediumnidad deberá ser precedido antes por una apropiada educación de la moralidad según las leyes universales.
Educación moral
Hablamos en términos de educación y no únicamente de desarrollo para incidir en la importancia del esfuerzo voluntario que necesita la sublime tarea de superarse a sí mismo. Educar implica estudiar, esforzarse y practicar lo aprendido. El examen será la vida y los resultados no se harán esperar porque todos cosechamos continuamente los frutos de aquello que anteriormente sembramos.
El estudio necesario para la educación moral puede resumirse en tres grupos: estudio de las leyes universales a través de la ciencia, a través de la filosofía y a través de las consecuencias morales que conlleva su práctica.
a) Estudiar ciencia y en particular la ciencia espírita nos acercará al conocimiento de las Leyes Universales más próximas al plano físico. El libro "La Génesis" de Allan Kardec nos abre la puerta de la ciencia espírita y junto a "El Libro de los Médiums" son compendios básicos para todo trabajador de la mediumnidad que quiera entender la fenomenología mediúmnica.
b) Estudiar la parte moral del Espiritismo a través de las palabras de Jesús explicadas por los espíritus superiores en el libro "Evangelio según el Espiritismo" de Allan Kardec. Jesús normalmente hablaba con metáforas que encerraban verdades universales independientes de toda época de forma que hoy son igualmente actuales, pero para alcanzar su comprensión es necesario abordarlas desde una perspectiva espiritual con conocimientos espirituales.
c) Estudiar filosofía espírita principalmente a través del estudio de "El Libro de los Espíritus" de Allan Kardec nos acercará al conocimiento de las Leyes Universales aplicadas más allá de la física, llevándonos conceptualmente a planos superiores del conocimiento transcendiendo el tiempo, la vida, la materia aproximándonos al mundo espiritual desde donde los seres inmortales nos contemplan y a donde nosotros mismos pertenecemos.
Todo el saber espírita recogido en su filosofía y ciencia tiene claras consecuencias morales en base al cumplimiento o no de las Leyes Universales y su comprensión impulsa a la transformación de las personas, despertando en primer lugar necesidades semimorales y posteriormente completamente morales.
Según "La Génesis" podemos distinguir tres grupos de personas en función del carácter moral de sus necesidades. En las primeras etapas de nuestra evolución despertamos a la "conciencia de sí" únicamente con necesidades materiales. Conforme progresamos moralmente pasamos a otra etapa donde van apareciendo y desarrollándose nuevas necesidades semimorales y finalmente emprenderemos una tercera etapa, donde únicamente tendremos necesidades morales.
Comprendemos fácilmente la inconveniencia de la práctica de la mediumnidad para todos aquellos que mediante un autoanálisis se consideren dentro del primer grupo.
Por otro lado, los miembros del tercer grupo, que por sus méritos morales han abandonado toda necesidad material, han llegado a la recta final de su estancia como encarnados en la Tierra y posiblemente solo permanecerán en ella únicamente mientras dure su misión.
Centrémonos por tanto en el prometedor trabajador espiritual que habiendo conquistado ciertos avances morales despierta una nueva concepción de la vida en sí mismo y se pone al servicio de los demás a través de la mediumnidad salvadora. En este grupo vamos a distinguir tres etapas relativas al trabajo mediúmnico:
1º- Etapa de trabajo de donación fluídica y vibración, dentro de un grupo bien formado, en trabajos de atención a espíritus sufrientes, considerando que a la vez que auxilia es auxiliado mediante experiencias ejemplificadoras de máxima utilidad para su desarrollo moral. En esta etapa descubre la gran ayuda que resulta de la lectura y comprensión, diarias, de las palabras de Jesús, del Espíritu de Verdad y de los buenos espíritus en el "Evangelio según el Espiritismo", y de la importancia de trabajarnos la afinidad y sintonía con los buenos espíritus. Afinidad en el día a día a través de tener buenos pensamientos, buenos sentimientos, lecturas edificantes, controlando nuestras emociones y mejorando nuestros defectos morales que nos separan de ellos. Y sintonía como ejercicio mediúmnico, ayudados por la oración sincera, a través de la cual nos conectamos con ellos periespíritu a periespíritu recibiendo sus inspiraciones que nos sirven de guía fiel.
2ª- Etapa de trabajo en grupo mediúmnico preparado para atención de espíritus endurecidos. Este tipo de espíritus es muy variado, pero generalmente, sin estar inclinados completamente al mal no hacen tampoco ningún bien por nadie. No tienen ninguna motivación por mejorarse porque no tienen ninguna fuerza moral que les impulse a empezar el camino de reforma moral que necesitan. Su sufrimiento les ayuda a intuir que no están haciéndose ningún bien a sí mismos en la posición y actitud en que se encuentran pero además de no ver posible salida, temen más al futuro incierto ante cualquier cambio que permanecer en su estado por tiempo indefinido. Se ven desprovistos de cualquier posibilidad de ayuda y no confían en nada ni en nadie.
La atención a este tipo de espíritus requerirá más vigilancia, autodominio de sí y pureza de sentimientos que el ciclo anterior. Vigilancia para no caer bajo los ataques de conciencias arraigadas en el mal que quieran retrasar nuestro trabajo en el Bien. Autodominio de sí mismo para vencer las imperfecciones y ser ejemplo vivo de lo que decimos en la mesa mediúmnica. Es común que un espíritu endurecido en fase de tratamiento acompañe durante unos días a los participantes de la mesa mediúmnica para observarlos y concluir si son de confianza y plenamente sinceros con lo que le dicen en la reunión. La confianza la ponen muy cara pero es requisito indispensable para todo trabajo posterior. Y finalmente pureza de sentimientos como única forma de generar los fluidos espirituales necesarios para que, proyectados por impulso de la voluntad durante las reuniones mediúmnicas, penetren en las capas endurecidas del periespíritu del espíritu ayudado, le remuevan por dentro, le conmuevan y le ayuden a transformarse.
3ª- Etapa de trabajo en grupo mediúmnico preparado para atención de espíritus obsesores. La atención a espíritus obsesores requiere la máxima preparación del grupo en los aspectos doctrinarios y morales, alcanzando elevados niveles vigilancia y autocontrol de uno mismo, sublimación de sentimientos por el prójimo siguiendo el Evangelio de Jesús y plena sintonía con los buenos espíritus a través del desarrollo de toda virtud elevada, renuncia, paciencia, templanza, gratitud, caridad, humildad y Fe.
Leyes morales, emociones y centros de fuerza
Profundizar en el desarrollo moral de la persona y en particular del médium, implica profundizar en el conjunto de leyes morales que nos enseña "El Libro de los Espíritus", su relación con los instintos, necesidades básicas, emociones, sentimientos y su correspondencia con los centros de fuerza sutiles que gobernando el cuerpo psicosomático influyen en nuestro psiquismo.
1º- En el primer nivel tenemos la Ley de Destrucción, la Ley de Reproducción y la necesidad básica de supervivencia (instinto de supervivencia), del individuo y de la especie. Varias emociones básicas trabajan en este nivel como son el miedo y la ira, principalmente como respuestas naturales a peligros reales o imaginarios. El centro de fuerza relacionado con este nivel es el centro genésico, responsable, por tanto, de la voluntad de vivir y de afirmar su capacidad delante de las tribulaciones naturales de la vida. Es el centro preponderante en la conciencia del hombre primitivo.
Los desequilibrios principales del centro genésico son debidos a excesos y adicciones que pongan en peligro nuestra vida, conflictos que nos lleven a vivir con miedo e ira, o por lo contrario pensamientos que nos lleven a no querer vivir. Todo apego que integremos como necesidad básica será fuente de sufrimiento, estrés (miedo e ira) y en ocasiones incluso enfermedad.
El equilibrio del centro de fuerza genésico impondrá la necesidad al médium de llevar una vida sencilla y sin apegos materiales, alejada de excentricidades, reduciendo las necesidades básicas poniendo más la mirada en el bienestar de los demás que en el de uno mismo.
En la reunión mediúmnica este centro de fuerza proveerá de fluidos vitales esenciales para el tratamiento de las capas periespirituales más densas de espíritus sufrientes, como por ejemplo los suicidas, los cuales dañaron físicamente su periespíritu mediante en el acto desgraciado de quitarse la vida.
Este centro de fuerza, en estado de congestión o sobreexcitación, "irá a generar la temeridad, en la cual el individuo no siente miedo de nada"(2), siendo víctima fácil de vicios y pasiones que le pondrán en sintonía con la espiritualidad inferior que intentará aprovecharse de él y de sus fluidos vitales.
La inhibición o bloqueo del centro genésico será síntoma de grave inseguridad ante la vida, "miedo de todo y de todos"(2), y dependencia psicológica en relación a la aprobación de otros, siendo una puerta abierta a influencias obsesivas externas que le inhabilitarán para el trabajo mediúmnico, como ocurre igualmente en el estado congestivo.
2º-En el segundo nivel tenemos la Ley de Conservación y la necesidad básica de protección y conservación (instinto de conservación) del individuo, de la familia, su sociedad, etc. La emoción natural es la preocupación que vela por nuestra seguridad, y que moviliza a la inteligencia hacia la Ley de Trabajo para el bien común de todos. El derecho al placer surge en este nivel como recompensa al trabajo realizado. El centro de fuerza relacionado con este nivel es el centro gástrico.
El egoísmo, que tiene también su origen en instinto de conservación según "Obras Póstumas"(3), junto al deseo y a la pereza son los principales factores de desequilibrio de este centro de fuerza. El centro gástrico es preponderante en la conciencia del hombre común.
En estado de congestión tendremos como consecuencia el apego al placer y sensualismo, perjudicando la salud y desperdiciando energías sutiles que podrían ser utilizadas en cometidos más elevados, como es la práctica mediúmnica y la donación de fluidos vitales en este caso.
Cuando está inhibido por la hipoactividad, "puede generar una disminución, o abolición completa, del propio placer de vivir"(2) y tendencia al estado depresivo. En este estado será incapaz de donar nada y tenderá a robar la energía de su entorno puesto que no es capaz de generarla por sí mismo. Por su estado mental asociado sintonizará por el pensamiento con los espíritus inferiores y estará expuesto a posibles problemas con la obsesión. Ambos estados inhabilitan a todo médium para la práctica mediúmnica.
3º-En el tercer nivel tenemos la Ley de Progreso (instinto de progreso) y la necesidad básica de reconocimiento y bienestar en la interrelación con los demás, la sociedad y con uno mismo (autoestima). Las emociones básicas relacionadas son la alegría y la tristeza fruto de las victorias y derrotas que nos trae el progreso. El centro relacionado con este nivel es el centro esplénico.
El mayor escollo para el desarrollo de este centro es el orgullo que nos lleva a sobrevalorarnos por encima de los demás alejándonos de la gran Ley de Unidad que rige la Creación. El orgullo deja al hombre sólo frente a las consecuencias de la Ley de Acción y Reacción como mecanismo necesario de reajuste.
En el tercer nivel de la conciencia tenemos el autoamor que despierta en nosotros la sensación de poder y libertad para llevar a cabo todo lo que nos propongamos, ayudados de la Providencia Divina que siempre nos provee de todo lo que realmente necesitamos en el momento justo en que lo necesitamos. El centro esplénico es preponderante en la conciencia del hombre emprendedor.
Cuando la mediumnidad despierta el orgullo se agita y una gran dosis de humildad es necesaria para admitir que solamente se es un intermediario, un servidor al servicio de la espiritualidad superior.
Este centro, cuando está congestionado alimenta el orgullo de energías estancadas que aíslan a la persona de la realidad mostrándose superior, dominante y prepotente, idealizando su inteligencia y capacidad por encima de los demás y de sus derechos.
Cuando este centro se encuentra inhibido, no es raro ver caer al orgulloso en el agujero de la negatividad, sensación de incapacidad, impotencia y de falta de autoestima, porque todo orgullo encierra en su interior un grave complejo de inferioridad e inseguridad psicológica del que intenta huir y ocultar.
En este estado el médium está completamente expuesto al peligro de la fascinación por mediación de la estimulación de su orgullo. En estado de inhibición es presa fácil al halago que alimenta y sobreexcita el orgullo llevando a este centro a la congestión donde la fascinación quedará fuertemente arraigada y aislada de toda ayuda exterior.
4º-En el cuarto nivel tenemos la primera parte de la Ley de Amor, Justicia y Caridad, el amor y la necesidad de amar y ser amado. Es la puerta que separa el reino de las emociones básicas del de los sentimientos elevados. El centro de fuerza relacionado es el cardíaco.
Si bien el mayor escollo de este centro es el odio, con consecuencias gravísimas a nivel energético y para el desarrollo de la conciencia superior, el factor más frecuente y preocupante es justamente la falta de desarrollo del sentimiento del Amor que mucha veces termina en el estado de endurecimiento del corazón, que al desencarnar generará grandes sufrimientos en el individuo, pasando a recibir la calificación de "espíritu endurecido".
El centro cardíaco y superiores se corresponden con niveles que hay que trabajar y desarrollar, no sólo equilibrar. El equilibrio del centro cardíaco lo habilita para amar pero solo su desarrollo le permitirá florecer y dar fruto. Solamente sustentando en el autoamor del centro esplénico, el amor brotará incondicional y altruistamente hacia los demás. El centro cardíaco es preponderante en la conciencia del hombre de bien.
El desarrollo de la capacidad de amar es una de las principales pruebas de la humanidad en su actual estado evolutivo y en particular de todo médium. Para el médium, todo trabajo mediúmnico serio será una oportunidad de desarrollo de los sentimientos de amor, compasión y empatía como preciosos instrumentos de ayuda y autoayuda.
En estado de inhibición de este centro "tenemos la indiferencia, en la cual el individuo tiene una actitud egoista"(4). No seremos capaces de amar y nos embargará la indiferencia, potenciando el orgullo y egoísmo, desarmonizando los centros inferiores generando poco a poco el endurecimiento del corazón empeorando cada vez más la situación. Negándonos a dar amor terminaremos por dejar de recibirlo, entrando así en el mecanismo de reparación de este conflicto mediante el sufrimiento emocional y psicológico.
En estado de congestión llevaremos el apego, característico del centro gástrico, hasta nuestro corazón en el centro cardíaco, esclavizándonos con el amor posesivo que fomentará los celos, la envidia, etc. impidiéndonos vivir nuestra vida libremente. Recordemos que Jesús nos dijo: "donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón" (5).
Ambos cuadros, congestión e inhibición serán condiciones que desarmonizarán el resto de centros inferiores incapacitándonos para el trabajo mediúmnico y poniéndonos en grave peligro de obsesión.
5º-En el quinto nivel tenemos la segunda parte de la Ley de Amor, Justicia y Caridad, la caridad, la compasión y la necesidad de expresar, enseñar, comunicar y crear. El centro de fuerza relacionado es el laríngeo.
Este centro se desarmoniza con la mentira y la manipulación verbal en lo relativo a la comunicación y con la excentricidad inarmónica que sobrexcite la imaginación, en lo relativo a la creatividad.
Para el médium es indispensable equilibrar este centro adquiriendo y transmitiendo conocimientos superiores, predicando con el ejemplo y siendo coherente con lo que se hace, se dice y se piensa. No solo hay que desarrollar amor por los demás sino que además hay que expresarlo, mantenerlo y demostrarlo mediante la caridad. Para todo ello es necesario indagar en el autoconocimiento.
La práctica de la caridad desde el centro laríngeo es la puerta a estados de conciencia superiores una vez que hemos purificado suficientemente los sentimientos mediante el estudio y examen de conciencia diario. Este centro es preponderante en la conciencia del hombre caritativo.
Este centro se congestiona cuando abusamos del conocimiento con el fin de adquirir poder sobre los demás, manipulando, imponiéndonos de alguna manera o influyendo en su voluntad. Estas actitudes obviamente influyen en el orgullo desequilibrando también el centro esplénico y en menor medida el gástrico.
El médium que busca el conocimiento espiritual pero que sigue viviendo una vida materialista no puede tener muy desarrollado este centro por la ausencia de esfuerzo y voluntad de cambio. Según nos dice "El Libro de los Espíritus", preg. 646: "El mérito del bien reside en la dificultad. No hay mérito en hacerlo sin trabajo y cuando nada cuesta". Son los que se llaman médiums improductivos.
6º-En el sexto nivel tenemos la tercera parte de la Ley de Amor, Justicia y Caridad, la Justicia y la necesidad de alcanzar la sabiduría y conocimiento superior de la creación y las Leyes Universales. El centro de fuerza relacionado es el centro cerebral.
Este centro se desarmoniza principalmente cuando utilizamos la inteligencia para la práctica del mal y con fines egoístas. Por el contrario, cuando está equilibrado es el centro de la inspiración y la intuición como auxiliares para alcanzar el conocimiento superior sintonizando con los buenos espíritus. Este centro es preponderante en el hombre justo y sabio.
Considerando que todos en menor o mayor medida somos médiums de inspiración, todos tenemos acceso al auxilio espiritual en función de nuestros méritos morales y sintonía.
Este centro desarmonizado alimenta lo que podemos llamar orgullo espiritual, que nos lleva a creernos más espirituales que los demás. "Congestionado en la hiperactividad, tenemos el misticismo, en el cual el individuo cree que está todo el tiempo siendo orientado por seres espirituales superiores, que direccionan su vida"(4), a creernos "enviados" con grandes misiones espirituales o a pensar que todo el tiempo estámos siendo orientados por seres espirituales superiores, lo cual es una gran puerta hacia la fascinación.
Por el contrario, en estado de inhibición tendremos desprecio por las intuiciones e inspiraciones superiores que podamos tener viendo la vida desde una óptica materialista y negando incluso las verdades espirituales. Por otro lado quedaremos al alcance de inspiraciones e intuiciones inferiores que poco a poco podrán ganar terreno en nuestro psiquismo con gravísimas consecuencias.
7º-En el séptimo nivel tenemos la Ley de Adoración (instinto de adoración) y la necesidad de autorrealización, de trascender más allá de uno mismo y sentirse integrado dentro de la gran Ley de Unidad que rige la Creación. El centro de fuerza relacionado es el centro coronario.
Este centro se desarmoniza congestionándose por "el abuso de las funciones psíquicas" "...en el cual el individuo utiliza sus potenciales mediúmnicos para hacer el mal a otras personas y adquirir provecho propio"(4).
Para el médium esto significa que no debe practicar la mediumnidad con fines interesados ni mucho menos utilizar su facultad para ganar influencia o seguidores para satisfacer el orgullo.
Otra desarmonía común de este centro es su inhibición a través de la negación de la mediumnidad "cuando la persona percibe que trae los potenciales mediúmnicos, pero, por miedo de buscar lo transcendente, por el desconocimiento de lo que irá a encontrar, bloquea las funciones psíquicas del centro coronario."(4)
También inhibimos este centro cuando, aunque no negamos la mediumnidad, carecemos de renuncia y entrega necesarias para el trabajo mediúmnico. Nos conformamos con sesiones "light" que no exijan mucho de los presentes y que no nos compliquen la vida dedicándonos a donar fluidos apenas cargados de buena voluntad y deficientes espiritualmente.
Por otra parte, el centro coronario, cuando está equilibrado y desarrollado nos lleva a la transcendencia, mientras, es el responsable del impulso por la búsqueda espiritual y de la búsqueda de la conexión con Dios y la gran Ley de Unidad. Este centro es el preponderante en el hombre espiritual autorrealizado.
Aunque un nivel de conciencia particular conlleve la preponderancia de un centro de fuerza determinado, todos los centros a su vez, están interconectados y dirigidos principalmente por nuestro Espíritu a través del centro coronario, el primer centro en importancia. Es por esto que la oración es el gran antídoto armonizador que nos da Dios para el reequilibrio interno. La oración, a través del centro de la transcendencia, el coronario, tiene el poder de armonizarnos a través de todos los centros, de arriba abajo, alcanzando todo nuestro sistema orgánico.
Estas correlaciones, tomadas como hipótesis de trabajo, nos permitirán mejorar en gran medida nuestro autoanálisis y conocimiento personal, recordando siempre que en el orden moral, ante todo, estamos obligados al estudio y práctica del Evangelio de Jesús.
José Ignacio Modamio
Centro Espírita "Entre el Cielo y la Tierra"
Referencias:(1) "El Libro de los Médiums", cap. XX ítem 226
(2) "Apostila para o curso de passe espiritual e magnético" del "Hospital Espírita Eurípides Barsanulfo" Clase III
(3)"Obras Póstumas" p.233 edición EDICEI.
(4) "Apostila para o curso de passe espiritual e magnético" del "Hospital Espírita Eurípides Barsanulfo" Clase IV.
(5)Mt. 6:21.
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