viernes, 27 de abril de 2012

Instintos y emociones subconscientes (Ciclo control y desarrollo emocional - I)



Empezamos aquí una serie de artículos sobre control emocional que humíldemente pretenden orientar al lector hacia el autoconocimiento, control y desarrollo de las emociones. Si bien marcan una serie de pautas e informaciones que nos podrán hacer reflexionar inmediatamente, el camino se hace andando y le ruego encarecidamente que practique los pequeños ejercicios que iremos proponiendo o se cuestione sinceramente las diversas preguntas que formularemos. Los mayores avances en el nivel emocional conllevan una toma de conciencia. El autoconocimiento será por tanto la premisa fundamental, el estudio nos mostrará los pasos por donde investigarnos y la fe y la oración nos darán la voluntad necesaria para la autotransformación, muchas veces dolorosa por las pérdidas y renuncias que conlleva. "Porque el que pide, recibe; el que busca, encuentra; y al que llama, se le abrirá." (Lucas 11,10).

La emoción
Podemos definir emoción, como un estado afectivo que experimentamos, una reacción subjetiva al ambiente que viene acompañada de cambios orgánicos (fisiológicos y endocrinos) de origen innato, influidos por la experiencia.
No hay duda de que las emociones forman parte del mecanismo interno que permite adaptar nuestro organismo al entorno que nos rodea.
Ante un suceso imprevisto, una amenaza o expectativa, la emoción surge como señal de alarma alcanzando al hipotálamo, en el cerebro medio, como verdadera sala de máquinas de la emoción, respondiendo al instante impulsando al sistema vegetativo y a las glándulas de secreción interna, a que segreguen las necesarias hormonas que nos permitan prepararnos para la acción (tiroxina, dopamina, adrenalina, etc.).
La emoción es responsable de nuestra palidez ocasional, por la contracción de los vasos sanguíneos, del rubor, por su dilatación, de la dificultad de tragar, cuando sufrimos tensión en la faringe, sofocamiento e hiperventilación debido a la tensión sobre los pulmones, taquicardias cuando es el corazón el que nos oprime e indigestión cuando desviamos la tensión al estómago, normalmente debido a excesivos nervios o fuertes enfados.
Podemos decir que las emociones corresponden a un determinado lenguaje, pues transmiten información de un sistema a otro en nuestro interior. Transmiten desde nuestros sistemas de defensa alojados en nuestro subconsciente, la información precisa a nuestro sistema vegetativo y glándulas de secreción interna para prepararnos físicamente y adaptarnos al entorno hostil.

Las tres regiones de la mente
El subconsciente es una de las tres regiones de la mente, según lo expuesto por André Luiz, en su obra “En el Mundo Mayor”. Dichas regiones son el superconsciente, el consciente y el subconsciente.
El superconsciente es la región más elevada de la mente. Es "la casa de las nociones superiores", donde adquirimos nuestros ideales y metas de la vida, donde conectamos con la espiritualidad superior mediante la intuición o inspiración normalmente y sobretodo, donde tomamos contacto con nuestra conciencia y sabiduria interna de nuetro propio espíritu.
Guarda por tanto materiales de orden sublime que la criatura humana conquista gradualmente, representa la parte más noble de nuestro organismo divino en evolución. En él, permanece el ideal y la meta superior a ser lograda, representando por tanto el futuro próximo a alcanzar.
En el cerebro se localiza principalmente en los lóbulos frontales, detrás de la frente.

El consciente, por otro lado, se localiza en la región del córtex motor y zona intermedia entre los lóbulos frontales y los nervios. El consciente representa el domicilio de las conquistas actuales, donde se yerguen y consolidan las cualidades nobles que estamos edificando, guiados por el superconsciente, influenciado este por los espíritus guías y la propia sabiduría propia de nuestro espíritu.
En el consciente reside el esfuerzo y la voluntad, representando por tanto el presente, la atención y el pensamiento claro.
Cada una de ellas merecería un tratado especial, pero es el subconsciente, la región que tiene mayor relación con las emociones, porque en ella residen los instintos, las pasiones, los impulsos automáticos, memoria, etc.

El Subconsciente
Realmente sólo somos conscientes de una pequeña parte de nuestros procesos mentales, el resto, en su mayoría, son subconscientes, puesto que estamos todavía muy alejados de alcanzar nuestro potencial superconsciente (sabiduría y conciencia superior, intuición y mediumnidad con los espíritus superiores).
El subconsciente es un archivo inmenso con todos nuestros instintos, hábitos, experiencias, de esta y otras vidas, con una función principal: velar siempre por nuestra seguridad y progreso. Como buen guardián no descansa nunca.
El subconsciente aprende utilizando una inteligencia puramente instintiva, no razona pero aprende por asociación, asimilando pautas y experiencias “positivas” y “exitosas” materialmente. Registra todas las acciones que nos llevan a conseguir dichas experiencias “positivas”, automatizándolas y convirtiéndolas en hábitos. Dichas experiencias que pueden ser vistas como “positivas” materialmente no tienen por qué ser igualmente positivas espiritualmente, puesto que el subconsciente en su origen carece de moral, salvo cuando ha recibido una educación previa, poniéndose entonces a merced del conocimiento superior y moralidad del espíritu. Sin educación moral del espíritu, el subconsciente carece de guía y toma normalmente el camino más recto para sus objetivos, aplicando la frase “el fin justifica los medios”.
La finalidad del subconsciente es la conservación, la supervivencia y nuestro bienestar, clara referencia a la Ley de Conservación (que rige el instinto de supervivencia e instinto de conservación, ver “El Libro de los Espíritus” capítulo V) y a la Ley de Progreso (ver “El Libro de los Espíritus” cap. VIII), que tiene en el bienestar y el placer los primeros acicates para nuestra evolución. Por tanto tenemos una correspondencia directa entre los instintos y las emociones, como lenguaje de nuestro subconsciente.

Los instintos: base de las emociones primarias
El instinto de supervivencia es el motor de las emociones primarias: MIEDO, SORPRESA e IRA. Miedo como anticipación de una amenaza o peligro que produce ansiedad, incertidumbre, inseguridad y de la cual no podemos escapar. Sorpresa como reacción de sobresalto que nos permite focalizar todos nuestros sentidos hacia un punto o indicio. Ira como reacción frente a un obstáculo que nos causa frustración e impide la realización de nuestros deseos u objetivos, infundiéndonos rabia, enojo, resentimiento, furia, irritabilidad como impulso desesperado de erradicarlo.
El instinto de conservación utiliza la AVERSIÓN como emoción que le permite mantener a raya una posible amenaza. Es un temor a poner en peligro nuestra seguridad o bienestar por entrar en contacto con ello. Origen de los primeros sentimientos de orgullo, racismo, discriminación,...
El instinto de progreso emplea la ALEGRÍA y la TRISTEZA, como lenguaje emocional que nos incita a luchar por nuestra propia evolución. La voluntad de progreso, como poderoso corcel tiene dos impulsos, la zanahoria que es la alegría y la espuela, la tristeza.

Sistemas de defensa
Nuestro subconsciente posee por tanto un complejo sistema de defensa sustentado por los instintos de supervivencia y conservación y basado en las emociones primarias:

Emoción primaria:    Sistema de Defensa:
Sorpresa               -->         Sistema de Alerta
Miedo y aversión    -->         Sistema de huida
Ira                          -->         Sistema de lucha


Automatismos obsoletos
En el hombre primitivo, el instinto de supervivencia le instaba a luchar contra amenazas físicas reales, a huir cuando valoraba que no tenía posibilidad alguna de victoria, de inmovilizarse para no ser descubierto o de permanecer en alerta frente a cualquier indicio de peligro.
El estrés y la angustia eran precios necesarios para afrontar los peligros reales, mediante las transformaciones hormonales correspondientes.
En la actualidad dichas reacciones son completamente desproporcionadas, en la mayoría de las ocasiones y nos pueden causar desastrosas consecuencias de estrés y enfermedad, cuando son mantenidas en el tiempo.
Sufrimos, por tanto, los daños colaterales consecuencia de la inadaptación de nuestro subconsciente a la nueva realidad que nos rodea en la actualidad.

Daños colaterales
No podemos ser felices con algún sistema de defensa “en alto”. Muchas veces no nos damos cuenta pero estamos constantemente huyendo de algo, o bien no nos permitimos relajarnos ante una expectativa de pérdida, lo que nos lleva a fundamentar ciertos miedos e inseguridades.
Normalmente nuestros deseos y pasiones nos crean necesidades que terminan por ser “adoptadas” por nuestro sistema de defensa como objeto que necesitamos conservar, afianzando nuestro materialismo en un nivel subconsciente difícil de trabajar posteriormente.
Por ello tendremos que reaprender nuevas pautas morales automáticas que desplacen en el subconsciente los antiguos automatismos materiales, fomentados durante milenios de errores continuos en el campo de la experiencia.

Sistema de Huida
El Sistema de Huida activo nos puede llevar a sentir miedos y fobias que terminan en ansiedad o en problemas de socialización, con miedos a relacionarnos con los demás, timidez,...
Podemos preguntarnos: ¿De qué huimos? De los demás, por miedo a relacionarnos y exponernos a decepciones o a ser heridos. Huimos también de nosotros mismos, cuando no queremos hacer examen de conciencia y nos abruma la culpa. Huimos de la responsabilidad, por falta de confianza en uno mismo. Y finalmente, las clásicas fobias, claustrofobia, agorafobia, acrofobia, etc., que necesitan normalmente ayuda terapéutica para mejorar o sanar.
Síntomas claros de tener el sistema de huida activo es la timidez, vergüenza, dolores musculares que paralizan y no nos dejan afrontar nuestra responsabilidad. También puede ocurrir incluso que caigamos malos para faltar a ese evento al que no quiero acudir... Nos salen en ocasiones eczemas por callarnos las cosas y huir del enfrentamiento...

Sistema de Alerta
El Sistema de Alerta activo nos puede causar ansiedad como reacción emocional ante un anuncio o peligro que nos amenaza o preocupa.
Debemos preguntarnos: ¿qué tenemos miedo a perder? el bienestar material, posesiones, afectos, etc. Un sistema de alerta activo muestra normalmente una inseguridad o falta de confianza en nosotros mismos o inestabilidad con una situación.
Podemos diferenciar tres tipos de inseguridades: Inseguridad material, que nos lleva a desarrollar estrés por mantener nuestras posesiones. Inseguridad afectiva o emocional que fomenta los celos, la posesividad en la pareja o la manipulación emocional en sus diversas variantes, trabajar la pena, chantaje emocional, etc. Y por último la inseguridad psicológica, que podemos llamarla inseguridad en uno mismo y que es el fundamento principal del orgullo, utilizando el orgullo para crear una falsa seguridad que tape nuestras carencias. Podemos decir que el orgullo es el autoengaño que nos construimos para fortificar la seguridad en uno mismo cuando carecemos de elementos superiores que sustenten nuestra conciencia.

Sistema de Lucha
El Sistema de Lucha activo nos creará problemas de carácter y disminución o pérdida de la capacidad de razonar, así como diversas dolencias físicas musculares, estomacales, úlceras, etc.
La frustración y la insatisfacción son las causas principales de tener el sistema de lucha activo. Como definición “la frustración es una respuesta emocional común a la oposición relacionada con la ira y la decepción, que surge de la percepción de resistencia al cumplimiento de la voluntad individual” (fuente Wikipedia).
Alguien satisfecho no se enfada nunca, no entra en conflicto con otra persona. Es lo suficientemente flexible para no romper a discutir con otra persona gracias a su capacidad de empatizar.
Debemos preguntarnos: ¿Son proporcionales nuestras reacciones frente a las vicisitudes de nuestra vida? ¿Son necesarios todos los deseos que no puedo conseguir y me causan frustración? ¿Mi reacciones son proporcionales frente al objetivo a conseguir? ¿Me puedo permitir perder la razón o disminuir mi autocontrol por algún motivo?
El origen de nuestras insatisfacciones son el egoísmo y el orgullo. El egoísmo por cuanto nos impone necesidades y deseos  superficiales y el orgullo porque nos crea expectativas sobre los demás, como si tuviéramos derecho sobre ellos o ellos deberes hacía con nosotros. Esto es de alguna forma poner la felicidad en las manos de otros.
Debemos centrarnos en nuestros objetivos personales y no dejarnos frenar por las dificultades de los obstáculos. El obstáculo deja de ser el blanco de nuestros esfuerzos, muchas veces podemos bordearlo para acercarnos al objetivo real, el cual requiere normalmente de una buena siembra para garantizarnos una buena cosecha.
José Ignacio Modamio
Centro Espírita "Entre la Tierra y el Cielo"


CICLO COMPLETO (4 artículos)

http://www.elangeldelbien.com/2012/04/instintos-y-emociones-subconscientes.html
http://www.elangeldelbien.com/2012/10/la-alegria-y-tristeza-ciclo-control-y.html
http://www.elangeldelbien.com/2012/12/cerebro-y-emociones-ciclo-control-y.html
http://www.elangeldelbien.com/2013/03/pensamiento-y-voluntad-ciclo-control-y.html


El dolor y el sufrimiento



El dolor es una experiencia sensorial (objetiva) y emocional (subjetiva) generalmente desagradable, que pueden experimentar todos aquellos seres vivos que disponen de un sistema nervioso.

La enfermedad y el dolor han estado unidos con la vida, durante la historia de la humanidad. Durante milenios el dolor y sus remedios se enmarcaron en una  concepción mágica de la enfermedad, aunque para ello se aprovecharan gran cantidad de hierbas, cortezas y raíces en una especie de farmacopea donde lo eficaz y lo ineficaz se mezclaban bajo el aura de lo sobrenatural.

Pienso que, el ser humano tiene que prepararse física y mentalmente para cuando le toque pasar por alguna enfermedad o accidente en el transcurso de su vida. Y la pregunta que nos podemos hacer es ¿de qué forma se puede una persona preparar, para algo que no sabe si le va a suceder? En el transcurso de mi vida me he dado cuenta de que uno mismo es su mejor amigo y su peor enemigo. Con esto estoy diciendo que nuestra mente es tan potente que es capaz de cosas insospechadas. Nuestros pensamientos dependiendo de cómo los encaucemos o focalicemos nos darán un resultado u otro, en lo referente al dolor. Me di cuenta de que si trasladamos nuestros pensamientos a cosas positivas y muy agradables que nos han pasado y recordamos lo felices que hemos sido en esos momentos, nos daremos cuenta de la importancia que tiene el estar bien y que no queremos sentir dolor de ninguna clase. Así al poner de nuestra parte, le quitaremos importancia al dolor y poco a poco irá disminuyendo pudiendo llegar a desaparecer.

Ejemplo: El otro día me quemé la palma de la mano con un objeto de plástico muy caliente, se me enrojeció al instante y pensé: “no puedo dejar de trabajar por esto”. Me mojé la mano con agua, la sequé y seguí  trabajando como si no hubiese pasado nada… ¡Claro que sentía dolor, la mano me estaba ardiendo, no podía ni cerrarla! Pero en ese instante pensé: “el dolor es una reacción, voy a reaccionar yo también” y comencé a pensar que lo que me había pasado no era para tanto, que hay cosas peores. Pensé “¡qué suerte , aunque me duela, puedo seguir trabajando!”, me mire la mano  y se estaba como hinchando . Pensé: “bueno ya falta menos para que  salga una ampolla” y seguí trabajando moviendo la mano como podía y continuando la conversación  que había comenzado antes del accidente. Focalicé mi mente  en el trabajo que estaba realizando y le quité toda importancia  a lo que me había pasado , como si no hubiese sucedido… al cabo  del tiempo, cuando termine de trabajar, me miré la mano ( ya que la había ignorado durante todo el rato, a pesar del dolor) y …¡Sorpresa!  El dolor había casi desaparecido y no me salió ninguna ampolla, me puse contento y me dije a mi mismo: “aquí no ha pasado nada.”

Si mi reacción hubiese sido la contraria, o sea, dándole importancia al dolor, quejándome, dejando de trabajar , vendándome la mano, recordando el dolor en cada momento… estoy seguro de que hubiese sufrido más de lo que lo hice.

Hay una frase de San Agustín que podemos aplicar a nuestras vidas y dice así: “¡conócete, acéptate, supérate!” En lo concerniente al dolor seria así ¡conócelo, acéptalo y finalmente, supéralo! .El espíritu, que es tranquilo, domina el cuerpo y el buen humor es la salud del alma. Si Dios no quisiera que los sufrimientos corporales fuesen en ciertos casos suprimidos o al menos mitigados, no habría puesto a nuestra disposición medios curativos. A este respecto su previsora solicitud, de acuerdo con nuestro instinto de conservación, indica que nos corresponde el deber de buscar y aplicar tales medios, al lado de la medicación usual, elaborada  por la ciencia medica.

Como dice un proverbio anónimo “¡el  dolor de ahora es parte de la felicidad futura!”  Y  “¡el dolor existe para disfrutar más, de la felicidad después!”.

El dolor y el sufrimiento, ya sea físico o moral, es un poderoso medio de desarrollo y de progreso. Las pruebas que sufrimos nos ayudan a conocernos y a dominar nuestras pasiones.

El dolor es la purificación suprema, la escuela donde se aprende la paciencia, la resignación y todos los austeros deberes. Es el horno donde se derrite el egoísmo y se disuelve el orgullo. Todos los males de la vida contribuyen a nuestra elevación. Por medio del dolor, de las pruebas de las humillaciones, de los achaques y de las desgracias, lo mejor nace de lo peor. Por esto hay en este mundo más penas que alegrías.
Hay infinidad de casos en los que después de una enfermedad muy grave, de un accidente de tráfico, de un infarto cerebral o coronario, al verse cerca de la muerte, la reacción positiva de la persona es tan grande que cambia radicalmente de forma de pensar y de vivir. Las cosas materiales que antes eran el centro de su vida ya no les resultan importantes. Al reflexionar sobre lo que han pasado y lo cerca que han estado de la muerte, se ha despertado en ellos  la necesidad de analizarse  y preguntarse qué están haciendo  con sus vidas y en esta introspección, descubren que les sobra casi todo lo material y les falta lo espiritual. La mayoría no descubren ningún centro espirita, pero sí se dan cuenta de todo lo que les rodea, la grandiosidad de la naturaleza, la paz, la armonía y si se dejan impregnar por ella  descubren sensaciones  profundas que tenían adormecidas , el sol que sale cada día es diferente, brilla más, calienta más, es más grande, las nubes tienen un azul diferente y unas formas más perfectas, los insectos ya no son tan desagradables, el agua sabe mejor, saben valorar más el tiempo, la familia, la amistad, las pequeñas cosas de la vida, ven con otros ojos a las personas, tienen más paciencia, más alegría, se ríen más… en definitiva saben apreciar y valorar todo lo que  la naturaleza y la vida nos da.

El dolor y el sufrimiento, es un aviso necesario, un estímulo para la actividad del hombre. Él nos obliga a reconcentrarnos y a reflexionar, nos ayuda a vencer nuestras pasiones. El dolor es el camino del perfeccionamiento. No se puede juzgar una cosa si no se sabe todo lo que de ella resulta y por esa razón, nadie podrá comprender la vida si no conoce su finalidad, ni sus leyes morales.

El dolor y el sufrimiento, bajo sus múltiples formas, son el remedio supremo  para las imperfecciones y para los achaques del alma, sin él no hay curación posible. Así como las enfermedades orgánicas son, a menudo, el resultado de nuestros excesos, las pruebas morales que nos alcanzan lo son de nuestras faltas pasadas. Tarde o temprano, estas faltas recaen sobre nosotros con sus consecuencias lógicas. Esta es la ley de justicia y de equilibrio moral. Sepamos aceptar sus efectos como  aceptamos los remedios y las operaciones dolorosas que deben devolver la salud  y la agilidad a nuestro cuerpo. Suframos con paciencia, pues tan sólo la ignorancia de las leyes universales, nos hace odiar nuestras penas. Si comprendiésemos cuán necesarias son para nuestro adelantamiento, si supiéramos apreciar su amargura, ya no nos parecerían una carga.

Como nos dice el “Evangelio según el Espiritismo” “¡Bienaventurados los que lloran porque ellos recibirán consolación! Debéis conceptuaros dichosos de padecer porque vuestros dolores de este mundo son de la vida que habéis adquirido a causa de vuestras pasadas faltas y si soportáis con paciencia en la Tierra esos dolores, os ahorrareis siglos enteros de sufrimiento en la vida futura, por lo tanto, debéis sentiros felices por el hecho de que Dios reduzca vuestra deuda permitiéndoos pagarla hoy , lo cual os asegura tranquilidad en el futuro”.

Explicándolo de otra manera a modo de ejemplo: Imaginemos que la persona que está padeciendo y sufriendo los dolores de este mundo, fuese parecida a la que tiene una deuda muy grande con un banco y un día nos llamase el director y nos dijese: “hemos pensado una manera  para solucionar su deuda, si me abona, ahora el 1% del importe total de lo que debe, queda  liquidada su deuda y ya no debe nada, si por el contrario, no lo hace, sabe lo mucho que debe” ¿No te sentirías feliz con esta proposición? ¿Aunque tuvieses que pasar toda clase de privaciones, con tal de poder pagar “solo el 1% “del importe total de la deuda y quedar con ello libre? ¿No le darías las gracias? Pero si pagamos por un lado y nos volvemos a endeudar por otro, tardaremos más en alcanzar nuestra liberación.

En el “Evangelio según el Espiritismo” encontramos una oración para ser leída por un enfermo y dice así:  “Señor, bien se que eres todo justicia, por eso, la enfermedad  que determinaste enviarme debo haberla merecido, ya que tu no afliges nunca sin que exista una causa para ello .A ti me encomiendo, a tu infinita misericordia para mi curación. Si te place devolverme la salud, bendito sea tu santo nombre, pero, si es que debo aun seguir sufriendo, sea igualmente bendito. Me someto sin quejarme, A tus divinos designios, porque todo lo que haces, solo puede tener por objeto el bien de tus criaturas. Haz, ¡Oh, Dios mío! que esta dolencia que me aqueja sea para mí un saludable aviso y me haga recapacitar sobre mis faltas. La acepto como expiación de mi pasado y como prueba para mi fe y sometimiento a tu santa voluntad.”
Que Dios nos bendiga a todos.

Lorenzo

La oración



La oración es una invocación, a través de la cual, entramos en contacto con el Ser a quien nos dirigimos.
Este deseo anhelado, se proyecta, con una fuerza, capaz de vibrar en una frecuencia determinada, la cual, es sintonizada por las Inteligencias que nos rodean.

Cuanto más elevado es el porcentaje de cualidades de estas Entidades, más amplia es su capacidad de colaborar, en nombre de Dios, para responder a las solicitudes realizadas.

Se habla de colaboradores  porque cuando se ruega a otros seres, que no sean  la Inteligencia Suprema del Universo, sólo es con el título de intermediarios, ya que nada sucede sin la voluntad del Creador.

¿De qué forma se puede orar?

El Maestro Jesús a través de sus enseñanzas nos indicó rogar en silencio, sin exponerse a la evidencia,  de forma concisa, ya que es la sinceridad de las palabras las que serán tenidas en cuenta y no la cantidad. Además, si se tuviera  alguna cosa en contra de alguien, perdonarla con anterioridad, porque la oración no sería agradable a Dios si sale de corazones con sentimientos contrarios a la caridad, ya que del corazón del egoísta, que ora sólo de palabra, no puede salir la fuerza que proyecte la piedad que da todo su poder a la oración.

¿Para qué sirve una oración?

Algunas personas niegan su eficacia bajo la creencia de que Dios conoce nuestras necesidades y por tanto, no es necesario exponérselas.

Pueden,  incluso, argumentar que puesto que todo el Universo se eslabona bajo unas Leyes Divinas, nuestras plegarias no pueden cambiarlas.

No cabe duda, que existen leyes naturales e inmutables, no obstante, Dios creó al hombre con libertad, inteligencia, voluntad y capacidad de actuar, generando en consecuencia, circunstancias que escapan a la fatalidad, es decir, a que todo esté predeterminado y sea inamovible.

Por eso, Dios puede acceder a ciertas súplicas sin derogar las Leyes naturales.
Así mismo, sería ilógico deducir de la máxima: “Pedid y se os dará”, que es suficiente con requerir algo para obtenerlo, acusando después a la Providencia si no accede a esa petición.

Hay que tener en cuenta que los males de la vida se dividen en dos partes:
- Los que el hombre no puede evitar.
- Los que su causa es el propio hombre como consecuencia de su abandono y su desmesura.
Estas últimas, sabemos que superan con creces a las primeras y no son más que el resultado de pasar el límite de lo necesario.

De manera, que, aún admitiendo que el hombre no puede nada sobre las otras circunstancias, y que todas las oraciones fueran ineficaces para preservarse de ellas; ¿No sería bastante, poder evitar todo aquello que viene de sus propias acciones?

¿Cómo actúa, entonces una oración?

“La oración, cualquiera que ella sea, es acción provocando la reacción que le corresponde”. (1)
Tenemos en cuenta que se puede orar para nosotros mismos, para otros, para los vivos y para los muertos.
Si  todos los seres, encarnados y desencarnados nos encontramos dentro de un fluido universal que ocupa el espacio,  el pensamiento que emitimos, es impulsado por la voluntad, a través de él hasta el infinito. Cuando ese pensamiento está dirigido a un ser, se establece una corriente fluídica entre ambos, cuya fuerza  está en relación a la idea y la intensidad con la que fueron formuladas. Así, la oración es escuchada por los Espíritus en cualquier parte que se encuentren.

A través de ella, el hombre recibe las inspiraciones e ideas necesarias, para alcanzar la fuerza moral suficiente que le ayude a vencer las dificultades, pudiendo desviar de sí, los males que se atrae por sus propias faltas.

Utilidad de la oración para los espíritus desencarnados y sufrientes

A través de las plegarias que realizamos por ellos, notan que son recordados y se sienten menos abandonados; aumenta su ánimo, les incita al arrepentimiento y la reparación.
En ese sentido se puede abreviar su pena.

Si por su parte colabora con buena voluntad, ese deseo de mejorar, estimulado por la oración, atrae junto a ellos, otros espíritus mejores, que acuden a instruirlo, consolarlo y darle esperanza. (2)

Sin embargo, aquellos, que incitados por el orgullo, persisten en sus extravíos, e incluso los exageran, la oración no puede producir ningún efecto ni podrá hacerlo hasta el día en que una chispa de arrepentimiento se manifieste en ellos. (3)

La oración siempre está recomendada. Cuando la rehusamos, estamos ignorando la Bondad de Dios, es decir, renunciamos a su asistencia, no sólo para nosotros mismos, sino para los demás y el bien que podemos realizar.

Ana Mª Sobrino Talavera
Centro Espírita “Entre el Cielo Y la Tierra

(1) “Entre la Tierra y el Cielo”, de André Luiz, a través de la psicografía de Francisco Cándido Xavier.
(2) El Libro de los Espíritus, ítem 664
(3) Libro de los Espíruts, ítem 997

domingo, 22 de abril de 2012

Profilaxis mediúmnica



El Espiritismo es pionero en lo paranormal, precediendo a la Teosofía o la Parapsicología, principalmente con la publicación de “El libro de los médiums”, en 1861.

La doctrina espiritista toma los cultos iniciáticos y  prácticas secretas del pasado, con mirada positivista, retirando el velo del misterio, las connotaciones esotéricas privilegio de minorías escogidas, y le añade método, organización racional y planteamiento humanista.

Contactar con espíritus por contactar, recibir comunicaciones (presuntas o reales) o consultar al mundo invisible como práctica adivinatoria, no es asunto de la doctrina espiritista. Lo paranormal, lo extrafísico, lo misterioso... interesa al Espiritismo sólo en la medida que contribuye a elevar el ser y se hace instrumento de ayuda y esclarecimiento a las almas sufridoras de ambos lados de la vida.

Es por eso preciso distinguir entre Espiritismo y mediumnismo. Ser portador de facultades, por si solo, no nos dice nada... no hace mejor ni peor a un individuo; lo que lo hace especial es el uso desinteresado y ennoblecedor que hace de su facultad.

Con el surgimiento de esta revelación superior, que toma cuerpo con la codificación de Allan Kardec, el Mundo Mayor establece un antes (los oráculos del pasado) y un ahora (el psiquismo como instrumento de trabajo y solidaridad).


Aspectos a tener en cuenta

Aceptación del compromiso
Es el primer paso, producto final de las intuiciones de nuestros guías (que conocen bien nuestra trayectoria espiritual y los compromisos asumidos) y el uso de nuestro libre albedrío, que siempre será respetado.
Todos, en mayor o menor medida, y especialmente aquellos que tienen adquiridos requerimientos kármicos de su pasado, se enfrentarán a las grandes resistencias que nuestro Yo inferior presentará, reaccionando contra todo aquello que lo saque del comodísimo y la inercia.

A medida que va venciendo los disculpismos y las proyecciones de la mente condicionada, el discípulo demostrará que está preparado para colaborar con los trabajadores de la luz y el amor, hecho que además de satisfacción, mucho le reportará a nivel de adquisiciones internas de cara a su progreso.


Escollos
Una vez abrazada la invitación del trabajo mayor, dos cosas deberemos vigilar para que ni nos aparten de la trayectoria abrazada, ni terminemos convertidos en obstáculo para las tareas de la luz: la humildad y el trabajo en equipo.

No dudemos que la confianza, el apoyo fraternal y la tolerancia nos serán puestos a prueba.

Trabajadores de la luz... y de la sombra
Cuando decidimos trabajar en un grupo mediúmnico al servicio de la caridad, se producen dos movimientos paralelos: por un lado recibimos el apoyo y los recursos espirituales de parte de las esferas superiores; y por otro, se produce una reacción desde la parte contraria, pues nos colocamos en el punto de mira de las organizaciones del astral inferior, que todo harán para apartarnos del camino.

Todo colaborador encarnado, como todo mensajero de la paz (incluyendo a los grandes iluminados y redentores del mundo) se hace blanco de las fuerzas contrarias enemigas de la luz y el progreso. Esto será siempre un buen recordatorio de cuan importante es la vigilancia interna, para que el orgullo o la vanidad no nos tomen terreno.

Disciplina
Por el punto anterior, comprendemos porqué la disciplina es requisito imprescindible entre los componentes de una reunión mediúmnica; lo es en las reuniones abiertas, donde leemos y comentamos las obras de Kardec, realizamos el pase, etc., y lo es con mayor énfasis cuando orientamos a entidades en sufrimiento o tratamos a hermanos en actitud abiertamente amenazadora.

La disciplina (horario, pensamiento elevado, etc) es tan importante como lo es la asepsia o el instrumental quirúrgico para que un cirujano realice una operación reduciendo al mínimo los riesgos posibles.
Aunque no es un culto ni práctica esotérica, las reuniones mediúmnicas son, por su naturaleza íntima, recogida y discreta, de carácter privado. La psicoterapia desobsesiva no debe estar expuesta a la curiosidad de los neófitos, por razones de respeto a las almas sufridoras que precisan de un ambiente específico y consagrado.

Reuniones de estudio mediúmnico
Por todo lo anterior es fácil deducir que antes de realizar sesiones mediúmnicas, el Espiritismo aconseja un período de estudio previo a cualquier práctica de toma de contacto regular y continuada con las potencias del mundo invisible.

Toda prisa por avanzar, por creerse en posición privilegiada por el mero hecho de ser médium, por realizar reuniones fuera del ambiente acordado con los Guías, etc, etc., conlleva riesgos innecesarios y actitudes vanidosas e inconsecuentes que la doctrina no aprueba.
Las reuniones de estudio sirven para:

- Adquirir conocimiento, vocabulario y cultura espírita. Cultivar la convivencia con los compañeros.
- Todo ambiente de estudio y convivencia fraternal atrae las simpatías de la Espiritualidad amiga, con lo cual obtendremos credibilidad y merecimiento para recibir su influjo protector.
- Ir practicando la disciplina formal (asistencia, puntualidad, confianza en el grupo) e interna (pensa-miento positivo, concentración, etc).
- Poseen en sí mismas un valor preventivo y terapéutico. Nadie es mejor que nadie, todos somos una cadena donde el fin principal es mejorarnos y   SERVIR.
- La asistencia, la voluntad, la confianza..., contribuyen a ir formando la   atmósfera psíquica que favorecerá la eclosión y/o identificación de las diversas facultades que estén en estado latente (o  las que estando ya afloradas precisen de un mejor reajuste).

Protocolo de intervención
Todo proyecto de orientación o de intervención que se precie, incluye un protocolo (seguimiento, análisis) que nos orienta como mejorar nuestras propuestas y prever posibles eventualidades.
Obedeciendo al buen sentido y la formalidad, la correcta organización y la prudencia, entre los requisitos de un programa mediúmnico, deberían estar tres cosas:
- Ninguna persona debería pasar a formar parte de una sesión mediúmnica, si previamente no está asistiendo a las reuniones doctrinarias del centro.
- El coordinador de las sesiones mediúmnicas tiene el deber y la responsabilidad de alertar contra temperamentos poco educados, polemistas, etc., que, bajo ningún concepto, deben aflorar en una sesión de intercambio mediúmnico. Si los detecta, debe llamar la atención de manera discreta, y por supuesto actuando con parcialidad y respeto (él es el responsable más directo ante los amigos de la espiritualidad).
- A la hora de ingresar un nuevo miembro, un aspecto no imprescindible pero sí a valorar es que tenga hábito de lectura de temática específica (mediúmnica), especialmente de las obras de André Luiz, Philomeno de Miranda,  Ivonne Pereira, Herculano Pires, etc.

*   *   *

No valen tan sólo las buenas intenciones si estas están desprovistas de criterio y racionalidad. Para ayudar a los necesitados de la luz y del consuelo que malviven entre los dos mundos, como a las entidades responsables por los procesos obsesivos, necesitamos ejercitarnos y ser humildes, necesitamos estudiar y aclimatarnos, (compartir dudas y experiencias,  apoyarnos los unos en los otros).
Con todo lo hasta aquí reflejado, se pueden considerar las reuniones de estudio mediúmnico (y más aún las de su práctica) como el periodo “iniciático” que toda disciplina o filosofía de crecimiento requiere, sobre todo al tomar contacto con el complejo mundo del psiquismo, encarnado o desencarnado.

"Cuando el servidor está preparado el servicio aparece" (André Luiz)

(Recomendación: lectura de la cuestión 327 a 330 de “El libro de los médiums”)

Juan Manuel Ruiz

Biografía de D. Ángel Aguarod (Pionero del Espiritismo en España)



Oriundo de Ayerbe (Huesca), nació el 2 de Octubre de 1860 dentro de un hogar humilde, donde recibió una educación católica a cargo de su tío materno. Con el tiempo y según fue creciendo, se fueron despertando en él ideas más espirituales en las cuales primaba al igualdad, la libertad y la fraternidad.
Fue allá por el año1887, siendo ya un iniciado en la doctrina Kardeciana, que Ángel tuvo que emigrar de su pueblo natal a la ciudad de Barcelona debido, principalmente, a que el ambiente enrarecido de aquella época era poco propicio para los que se permitían pensar por cuenta propia.
Al llegar a la capital catalana tuvo muchas dificultades para poder mantenerse, cambiando frecuentemente de ocupación hasta que al fin logró un modesto trabajo en un taller de un amigo suyo llamado Balaña, que más que un amigo fue como su propio hermano. A su vez, por las noches, frecuentaba “La Escuela Normal de Barcelona” para poder estudiar.

A todo esto, como es natural, se había puesto al habla con destacadas personalidades del espiritismo barcelonés y no tardó en colaborar con ellos para divulgar la doctrina espírita, tanto en prensa como en los diferentes centros de la provincia. Colaboró junto con el Vizconde de Torres Solanot, de quien era amigo, en el “Centro Barcelonés” y se ocupó en gran parte de la preparación del Primer Congreso Espírita Internacional, celebrado en Barcelona con motivo de la Exposición Universal de 1888. Trabajó en la “Unión Espírita Kardeciana Española” y en su órgano oficial “La Unión Espírita” conjuntamente con su fundadora, nuestra querida y admirada Amalia Domingo Soler.

Apasionándole todas las obras de Kardec, anteponía sin duda las de orden moral y medianímico, con preferencia del “Evangelio Según el Espiritismo”.

A los pocos años su querido amigo Balaña desencarnó. A raíz de este suceso, Ángel decidió emigrar a Argentina con toda su familia, más concretamente a Buenos Aires. Pronto se dio a conocer por medio de prensa e impartiendo conferencias, trabajó en diferentes revistas como “Constancia” o “La Fraternidad”, fundó el  "Centro Amor y Ciencia" y la "Liga Espiritista Kardeciana de Propaganda" presidiendo ambas instituciones, pero el ambiente de allí no le fue del todo propicio, por lo que, después de viajar de un lado para otro decidió volver a España.

De nuevo en su país natal, pasó a instalarse por breve tiempo en la provincia de Alcoy (Alicante). Allá por el año 1912/13  se celebró en Sabadell, una Asamblea General debido a la fundación de la Federación Espírita Española. En ella, Ángel Aguarod tuvo un papel muy importante siendo considerado uno de los ponentes más destacados ya que se encargó de elaborar los Estatutos y siendo nombrado por la misma director de la revista “Nueva Era”, su órgano oficial. Debido a esto decidió trasladarse de nuevo e irse a vivir a Sabadell. Allí trabajó de profesor en la “Escuela de Libre Enseñanza” que tuvo que abandonar a los pocos meses debido a desacuerdos con el director de dicha institución, el célebre Max Bembo. Fue entonces, cuando nuevamente vuelve a emigrar, esta vez con destino Brasil.

En Brasil fijó su residencia en Porto Alegre. Allí colaboró intensamente con el movimiento espírita, publicando y dirigiendo revistas como "Eternidade", órgano de las sociedades "Dias da Cruz" y "Allan Kardec". En dicha revista inició una intensa campaña en pro de la unión de los espíritas riograndenses, campaña que fue coronada con éxito con la creación de la Federación Espírita del Río Grande do Sul, siendo su presidente y realizando numerosos trabajos de divulgación, que dieron como resultado la fundación de nuevas sociedades y centros de estudios por el interior del Estado.

Fundador, en 1921, en Porto Alegre, del Grupo "Paz" y en 1922 de la Sociedad "Paz y Amor", donde fue elegido su presidente, cargo que desempeñó hasta su desencarnación.

Además de todo este trabajo, fue autor de muchas obras de divulgación espírita, entre ellas: "Los Mensajes del Abuelo Pablo", "Del Maestro al Discípulo", "Confidencias Espirituales", "Grandes y Pequeños Problemas a la Luz de la Nueva Revelación, "Voces de Além Túmulo (en portugués), la importante obra "El Sermón de la Montaña", "La Verdad a los Niños", libros que decían ser de origen espiritual, pues Aguarod poseía mediumnidad intuitiva, por medio de la cual él comentaba que le fueron dictadas.

El día 13 de Noviembre de 1932, desencarnó, en Porto Alegre, contando con 72 años.

En el periódico espírita “La Luz del Porvenir”, su amigo Juan Torras Serra escribió como despedida: “Ha sido pues, el hermano Aguarod, un luchador constante por nuestro ideario y un abnegado propagador de nuestros principios filosóficos, científicos y morales. Un amantísimo padre de familia y digno esposo, que en todo tiempo y ocasión, supo sacrificarse por la paz de su hogar y el bienestar de los suyos sin arredrarse por vicisitud más, por vicisitud menos ¡Hasta luego querido hermano!”

Igualmente, para terminar esta biografía y a modo de curiosidad, pasamos a transcribir una carta al mismo periódico donde su hija, Pilar Aguarod de Picó, comunica la desencarnación de su padre:

“Queridos amigos y hermanos en ideales: Con el natural sentimiento que ustedes pueden suponer, les comunicamos la desencarnación de papá, acontecida en la mañana del domingo 13 del corriente.
La terrible enfermedad que abatió su cuerpo en pocos días, aunque ya tiempo andaba delicado, fue soportada con valor y heroica valentía, conservando su espíritu la habitual lucidez, con la entereza de su carácter hasta el momento de expirar.
Nuestro querido papá, Ángel Aguarod, tenía 73 años, ha muerto como vivió: valientemente.
Los que hemos tenido la fortuna de asistir a los últimos momentos de su vida planetaria, pudimos comprobar la eficacia del auxilio espiritual, que en el momento grandioso de su desprendimiento corporal, le prodigaron los hermanos del espacio más afines con él.
Otra cosa nos tranquiliza a los miembros de la familia, es el de haberle atendido en todo lo necesario a menguar sus sufrimientos en la grave enfermedad.
Hasta el último momento de partir, estuvo rodeado de cariños, cuidados y afectos, acompañado de hermanos que lo veneraban.
Le estimaré, hermano querido, comunique la noticia a otros hermanos que usted comprenda puedan interesarles la memoria de mi querido papá.
Les saluda cariñosamente mamá, Lorenzo e hijas y ustedes acepten mi humilde amistad.”


Yolanda Durán.
Centro Espírita “Entre el Cielo y la Tierra.”

domingo, 15 de abril de 2012

Artículo recomendado: “La homosexualidad bajo la óptica del espíritu inmortal” - Entrevista con el Dr. Andrei Moreira


1. ¿La homosexualidad es o no una enfermedad a la luz del Espíritu inmortal?
“Desde 1973, la homosexualidad dejó de ser clasificada como tal por la Asociación Americana de Psiquiatría. En 1975 la Asociación Americana de psicología adoptó el mismo procedimiento, dejando de considerar la homosexualidad como una enfermedad. En Brasil, en 1985, el Consejo Federal de Psicología deja de considerar la homosexualidad como un desvío sexual y en 1999, establece reglas para la actuación de los psicólogos en relación a cuestiones de orientación sexual, declarando que “la homosexualidad no constituye una enfermedad, ni disturbio y ni una perversión” y que los psicólogos no colaborarán con eventos y servicios que propongan tratamiento y cura de la homosexualidad. El día 17 de Mayo de 1990 la Asamblea general de la Organización Mundial de la Salud (OMS) retiró la homosexualidad de su lista de enfermedades mentales, la clasificación internacional de enfermedades (CIE). Por fin, en 1991, Amnistía Internacional pasa a considerar la discriminación contra los homosexuales una violación de los derechos humanos”.
La homosexualidad, según la ciencia, es una orientación afectivo-sexual normal. Bajo el punto de vista espírita, ha sido catalogada por muchos escritores espíritas como enfermedad o disturbio de la sexualidad, en franco desacato al conocimiento científico actual. No hay base en el conocimiento espírita para afirmar tal cosa. No hay una visión que sea consenso sobre el asunto en el movimiento espírita, pero hay excelentes textos de los espíritus de André Luiz y Emmanuel direccionando nuestro pensamiento y reflexión hacia el respeto, la acogida e inclusión de la persona homosexual, entendiendo la homosexualidad como una condición evolutiva natural (entiéndase “natural” como sinónimo de “presente en la naturaleza”) en consecuencia de múltiples factores, siempre individuales para cada espíritu, construido o escogido por el espíritu, en función de tareas específicas o pruebas redentoras, incluyendo ahí las condiciones expiativas y reeducativas debidas a abusos afectivo-sexuales en el pasado, que parecen ser la causa determinante de la mayor parte de las condiciones homosexuales, según la literatura espírita.

2. ¿Cuál es la diferencia entre orientación y elección sexual?
Orientación sexual representa el deseo y el interés afectivo-sexual (obsérvese bien: no solamente sexual, sino también afectivo) del individuo, en consecuencia de múltiples factores, los cuales determinan con qué sexo él se siente realizado para una relación íntima. La orientación sexual es fruto de la historia personal del individuo, presente y pasada; es influenciada por la cultura y por las identificaciones psicológicas, pero no controlada o determinada conscientemente por el individuo. Se nace con ella. La elección es fruto de la decisión consciente de vivir o no la orientación, aceptarla o reprimirla, de acuerdo con las ideas y la presión familiar-social-cultural del medio en que el individuo se encuentra reencarnado.

3. ¿El hombre homosexual se siente mujer? ¿La mujer homosexual se siente hombre?
De forma alguna. Identidad y orientación sexual son cosas distintas. Identidad es como el individuo se siente, a qué sexo pertenece, con qué sexo se identifica psicológicamente. La orientación homosexual representa exclusivamente el direccionamiento del afecto y del interés sexual en los individuos del mismo sexo. El hombre homosexual tiene su identidad masculina, se siente hombre, aunque pueda o no tener gestos afeminados, conforme su historia e identificación psicológica. Igualmente, la mujer homosexual tiene identidad femenina, aunque pueda tener o no gestos masculinizados. Cuando el individuo está en un cuerpo de un sexo y su identidad es la del sexo opuesto, decimos que es transexual, que es diferente de homosexual.

4. ¿En todos los casos, el espíritu ya renace homosexual? ¿Es posible revertir esa orientación?
Hay una diferencia entre comportamiento homosexual e identidad afectivo-sexual homosexual.
Observamos comportamientos homosexuales en individuos con enfermedades psiquiátricas, entre presidiarios y soldados en guerra. En estas condiciones, por la ausencia de la figura femenina, la práctica sexual entre iguales es realizada por muchos como forma de liberación de tensiones sexuales y de la búsqueda de placer. Eso no quiere decir que sean homosexuales. El individuo con identidad homosexual es aquel que se siente atraído afectiva y sexualmente por personas del mismo sexo, lo que puede ser percibido o descubierto en diferentes fases de la vida del individuo. No podemos afirmar que todos los homosexuales hayan nacido con esa orientación, pues la variedad de manifestaciones en esa área nos remite a múltiples causas, aunque la literatura mediúmnica espírita nos informe de que en buena parte de los casos, las personas homosexuales traen de su pasado espiritual la fuente de su orientación presente.
No siendo, en sí, una condición maléfica para el individuo, sino neutra, pudiendo ser positiva o no, dependiendo de la forma de cómo sea vivenciada, no hay necesidad de revertir esa condición. La información de la ciencia médica y psicológica actual es que el individuo homosexual que no se acepta y sufre con eso, debe ser clasificado como portador de trastorno egodistónico y los esfuerzos deben ser direccionados en el sentido de ayudarlo a aceptarse y a amarse tal cual es, sintiéndose digno de amor y respeto, buscando relaciones que le fortalezcan el auto-amor y en las cuales pueda ser natural, espontáneo y verdadero, en busca de su felicidad y de su progreso.
Hay religiosos y profesionales fundamentalistas que ofrecen terapia y asistencia espiritual, sobre todo en iglesias evangélicas, para que el individuo se “cure” de la homosexualidad. No hay constancia de casos exitosos. Lo que frecuentemente se observa es a individuos bisexuales alterando el direccionamiento de su afecto hacia individuos del mismo sexo pero que muchos de ellos tienen relaciones sexuales clandestinas con personas del mismo sexo y nos buscan en las consultas médicas llenos de culpa, miedo y vergüenza por no sentirse “curados”. Más allá de esto, están los individuos homosexuales que deciden ponerse la máscara de heterosexuales y que por algún tiempo forman familias, frecuentemente abandonan el hogar después de algún tiempo para vivir lo que sienten como su atracción afectivo-sexual.

5. ¿Existen casos de homosexualidad desarrollada exclusivamente por la educación en la infancia? En caso afirmativo ¿Es posible revertir el proceso?
Según Freud sí, lo que no significa que sea pasible de reversión o que haya necesidad de esto.
Según el Consejo Federal de Psicología, la identidad y la orientación sexual estructuradas en la infancia no son pasibles de reversión, y la homosexualidad no es una condición que necesita reversión, ya que no es una enfermedad y mucho menos un desvío moral. Pero, en la visión espírita, los benefactores espirituales nos informan de que el espíritu, al reencarnar, ya elige la naturaleza de sus pruebas y las condiciones familiares, sociales y personales necesarias a su progreso, conforme su conciencia le indique la necesidad de reparación de las equivocaciones del pasado y de la mejora personal. En otras situaciones, cuando el espíritu no se encuentra maduro para definir sus pruebas, ellas son establecidas por orientadores evolutivos, pero aún así, son definidas previamente a la reencarnación. Así, la familia, el cuerpo que la persona tiene y los principales puntos de la existencia ya están definidos para aportar las condiciones necesarias al progreso del individuo. Más allá de eso, el espíritu trae impreso en sí mismo el fruto de sus elecciones, el resultado de sus experiencias pasadas, en su psiquismo y en el cuerpo espiritual, al determinar la identidad y la orientación sexual de la presente encarnación.

6. Muchos consideran que la abstinencia es una recomendación evolutiva en el caso de la homosexualidad ¿Qué piensa usted?
La abstinencia no representa la educación del deseo y de la práctica sexual. A pesar de eso, puede ser una etapa necesaria en ciertos casos, para la disciplina de los impulsos íntimos de heterosexuales y de homosexuales, cuando se sientan necesitados de control del deseo y de la práctica sin límites. También puede ocurrir que tengan una condición de abstinencia impuesta por la misericordia divina, como recurso de emergencia y de salvación ante circunstancias de abusos reiterados en esa área.
Dice Ermance Dufaux, en el libro “Unidos para el Amor”: “La abstinencia no siempre es la solución y puede ser apenas una medida disciplinaria sin que, necesariamente signifique un acto educativo. Por educar debemos entender, sobre todo, el desarrollo de las cualidades íntimas, capaces de habilitarnos en el trato moral seguro y provechoso con la vida. (…) La cuestión de la sexualidad es personal, intransferible, conciencial y la ética en ese campo pasa por muchas y muchas adaptaciones”
El Espiritismo recomienda a todas las criaturas la concienciación al respeto de la sacralidad del cuerpo físico y de la sexualidad, como fuente creativa y creadora, destinada a ser fuente de placer físico y espiritual, sobre todo de realización íntima para el ser humano, en todas sus formas de expresión.
Sintetiza Emmanuel, en la introducción del libro “Vida y Sexo” (…) En torno al sexo, será justo sintetizar todas las opiniones en los puntos siguientes: No prohibición, sino educación. No abstinencia impuesta, sino empleo digno, con el debido respeto a los otros y a sí mismo. No indisciplina, sino control. No libertinaje, sino control. Fuera de eso, es teorizar simplemente, para después aprender o volver a aprender con la experiencia. Sin eso, será engañarnos, luchar sin provecho, sufrir y volver a empezar la obra de la sublimación personal, tantas veces como fuese necesario, por los mecanismos de la reencarnación, porque la aplicación del sexo, ante la luz del amor y de la vida, es un asunto que pertenece a la conciencia de cada uno”.

7. ¿El homosexual no consigue, de forma alguna, sentir atracción por la persona del sexo opuesto o esto puede ocurrir de forma natural?
Según el informe Kinsey, extensa investigación sobre el comportamiento sexual humano, realizado en los E.E.U.U. en la década de los 60 del siglo XX, por el biólogo Alfred Kinsey, tanto la homosexualidad como la heterosexualidad absoluta, son condiciones raras en nuestra sociedad. La gran mayoría de las personas tienen una condición de deseo predominante, en grados variables. Por ejemplo, una persona puede ser un 80% heterosexual y un 20% homosexual y viceversa. Es natural, por lo tanto, que una atracción heterosexual pueda ocurrir en la vida de un individuo homosexual, lo que muchas veces es entendido por el lego como “cura” de la homosexualidad.
Emmanuel nos informa al respecto de esta realidad en el libro “Vida y Sexo” capítulo 21 “a través de milenios y milenios, el Espíritu pasa por hilera inmensa de reencarnaciones, ora en posición de feminidad, ora en condiciones de masculinidad, lo que sedimenta el fenómeno de la bisexualidad, más o menos pronunciada, en casi todas las criaturas. El hombre y la mujer serán, de ese modo, de manera respectiva, acentuadamente masculino o acentuadamente femenino, sin especificación psicológica absoluta”.
Podemos comprender así que todos los individuos traen en su interior la posibilidad de sentirse atraídos y apasionarse por alguien del mismo sexo (al fin de cuentas, la persona se apasiona por un individuo completo y no sólo por su cuerpo). Eso no significa que vaya o necesite vivir esa experiencia. El psiquismo atiende y responde al impulso del espíritu, que es asexual, pero que cumple programas específicos en uno u otro sexo, conforme a la definición anterior y la necesidad evolutiva, sumergido en un contexto sociocultural que lo limita en la percepción y expresión de lo que hay en su más profunda intimidad.

8. ¿El hombre o la mujer que tengan fantasías con personas del mismo sexo pueden ser considerados homosexuales?
En la adolescencia, las experiencias homosexuales son naturales, definidas por la psicología como experiencias de experimentación de una identidad sexual en formación; no declaran, necesariamente la orientación homosexual. Ya en el adulto la fantasía es una de las formas de expresión del deseo y de la atracción homoafectiva y declaran la intimidad de la criatura, aunque no sea aceptado por la personalidad consciente.

9. ¿Cuál es su valoración sobre cómo trata la comunidad espírita la homosexualidad?
En general, observamos un abordaje superficial y discriminatorio, por parte de la comunidad espírita con los homosexuales y la homosexualidad. Es comprensible que sea así, pues todo medio religioso lidia con ideas y preconceptos seculares. Todavía, tal postura pude ser modificada por medio de lo que recomienda Allan Kardec: “Estudio serio y profundo de un tema para que se pueda opinar sobre él”. Es lamentable que nosotros, adeptos de una fe raciocinada, nos permitamos el mismo comportamiento que los religiosos fundamentalistas.
Se observa mucha opinión personal sin fundamento, tomada como regla y ley. Tales opiniones, faltas de compasión y de amorosidad, terminan por aislar al individuo homosexual, tachándole de enfermo, perturbado, promiscuo y/u obsesado. A veces hasta es apartado de las actividades espíritas habituales, como si fuese portador de una grave molestia que debiese recibir reprobación y crítica por parte de la parcela heterosexual “normal” de la sociedad. Tales posturas son frecuentemente basadas en el tradicional preconcepto judaico-cristiano-occidental de que la única y exclusiva función de la sexualidad es la procreación humana, tomando la parte por el todo.
El Espiritismo es una doctrina libre y libertadora, comprometida con el entendimiento de la naturaleza íntima del ser humano y el progreso espiritual. Nos da bases muy ricas de entendimiento del psiquismo y de la sexualidad del espíritu inmortal, como instrumentos divinos dados por Dios al hombre para su perfeccionamiento y felicidad. Más allá de eso, nos ofrece informaciones al respecto de las condiciones y situaciones determinadas por la libertad del hombre, que desvía esos instrumentos superiores de sus funciones sagradas.
Es imprescindible que se extinga en nuestro movimiento el preconcepto y que los homosexuales tengan campo de trabajo, se dediquen al estudio y práctica de la doctrina espírita, con la misma naturalidad de los heterosexuales. Eso, para que comprendan el papel de su condición en su momento evolutivo y lo utilicen con respeto y dignidad, con vistas a la ecuación de los dramas internos, al cumplimiento de los planos de trabajo específicos en su propuesta encarnatoria y a su progreso personal, de familia y de sociedad, de la cual hace parte, de la misma manera como debe hacerlo el heterosexual.

10. ¿Cómo deben comportarse los padres espíritas de un individuo que se descubra homosexual?
A los padres de una persona homosexual les corresponde la acogida integral y amorosa del individuo, con la aceptación de su condición, que no es nada más que una de las características de la personalidad. Ser homosexual no es sinónimo de promiscuo, inferior, afeminado (para hombres) o masculino (para mujeres). Simplemente manifiesta que el individuo se realiza sexual y afectivamente entre iguales. La persona homosexual debe recibir la misma instrucción y educación al respecto de la sexualidad que los heterosexuales, a fin de dirigir bien sus energías y esfuerzos en el sentido de la construcción del afecto con quien elija como compañero/a. La postura en la vivencia de la sexualidad, para homosexuales, debe ser la misma aconsejada por los espiritus a los heterosexuales: “dignidad, respeto a sí mismo y a los otros, valorización de la familia, del intercambio afectivo profundo en la pareja y dedicación de la energía sexual creativa en beneficio de la comunidad en la que vive.
La acogida amorosa de la familia es fundamental para que el individuo homosexual pueda aceptarse, comprenderse, entendiendo el papel de esa condición en su vida actual y para que se sienta digno y responsable delante de sus elecciones. La lucha, para aquellos que viven esa condición es grande, a fin de afirmar su autoestima en una sociedad que banaliza la condición sexual y vulgariza la diferencia. La familia es el núcleo donde se encuentran corazones comprometidos en proyectos reencarnatorios comunes, con vínculos personales de cada uno, con el pasado de aquellos con quien se convive, debiendo ser cada miembro de esa célula de la sociedad, un amparo para que lo mejor del otro surja, por medio de la experiencia amorosa.
Los padres de homosexuales pueden leer y compartir interesantes experiencas de otros países en el site y en los libros de Edith Modesto:     http://www.gph.org.br


11. ¿Le gustaría añadir algo más?
Romanos 14:14 “Yo se y estoy seguro del Señor Jesús, que nada es de sí mismo inmundo a no ser para aquel que así lo considera, para ese es inmundo”.
Todas las experiencias evolutivas donde esté presente el auto-respeto, la auto-consideración, la auto-valorización y el auto-amor, son experiencias evolutivas promotoras del progreso y la evolución, pues aquel que se ofrece a si mismo esas condiciones naturalmente las extiende a los otros en la vida. La homosexualidad, independientemente de la forma como se haya estructurado como condición evolutiva momentánea del individuo, puede ser vivida con dignidad y ser un rico campo de experimentación del afecto y de la construcción del amor, desde que aquellos que la vivan se acuerden de que son espíritus inmortales y de que la vida en la materia es tiempo de plantío para la eternidad, en el terreno del sentimiento y de las conquistas evolutivas favorecidas por el amor, en cualquiera de sus infinitas manifestaciones.
Nos dice Emmanuel en el libro “Vida y Sexo” lección 21 – Homosexualidad:
“La humanidad aprenderá, gradualmente, a comprender que los conceptos de normalidad y de anormalidad dejan que desear cuando se trata simplemente de señales morfológicas, para erguirse como agentes más elevados de definición de la dignidad humana, toda vez que la individualidad, en sí, exalta la vida comunitaria por el propio comportamiento en el sustento del bien de todos o la deprime por el mal que causa con la parte que asume en el juego de la delincuencia”.
Y complementa André Luiz en el libro “Sexo y destino” cap. 5:
“(…) en el mundo futuro, los hermanos reencarnados, tanto en condiciones normales como en condiciones consideradas anormales, serán tratados en igualdad, en el mismo nivel de dignidad humana, reparando las injusticias cometidas, hace siglos, contra aquellos que renacen sufriendo particularidades anómalas, por lo tanto la persecución y la crueldad con que son apaleados por la sociedad humana les impide o dificulta la ejecución de los encargos que traen en la existencia física, cuando no hacen de ellos criaturas hipócritas, con necesidad de mentir incesantemente para vivir, bajo el sol iluminado que la Bondad Divina ofrece en beneficio de todos.”
Indico, entre otros, los siguientes libros espíritas, con temas responsables y bien fundamentados sobre el asunto:

1-“Vida y sexo” Emmanuel/Chico Xavier,en especial cap. 21 – ed. Feb
2- “Sexo y destino” y “Acción y reacción” – ambos de André Luiz/Chico Xavier – ed. feb
3- Más allá del rosa y del azul – Gibson Bastos – Ed. Celd
4- El precio de ser diferente (romance) – Ed. Vida e Consciência



Sobre el autor:




Andrei Moreira es médico formado por la Faculdad de Medicina de la Universidad Federal de Minas Gerais. Integra,desde 2005, un equipo del Programa de Salud de la Familia, en Belo Horizonte, Minas Gerais.
Especializado en Homeopatía.
Preceptor del Internado en Atención Integral de Salud de la Faculdad de Medicina de la Universidad de Alfenas, campus BH, desde 2008.
Participa activamente del movimiento espírita nacional e internacional, realizando charlas y seminarios. Forma parte de equipos de atención a pacientes con la metodología médico-espírita en Amemg.
Presidente de la Asociación Médico-Espírita de Minas Gerais,desde 2007.
Autor de los libros:Cura y autocura – una visión médico espírita ; Homosexualidad bajo la óptica del espíritu inmortal y El Mundo de los muñecos de papel – AME Editora,2010