sábado, 31 de agosto de 2013

Suicidio y Espiritismo


Una de las primeras cosas que podemos preguntarnos con respecto a este tema es ¿qué es lo que lleva a las personas a tomar este tipo de decisiones?

Son muchos los motivos que hacen que se tome esta resolución, pero la razón más habitual suele ser un acto de fuga. La persona necesita huir de una determinada situación y se encuentra dominada por la angustia, la ansiedad, sintiendo que no hay otra salida y viendo en la muerte el fin de todos sus sufrimientos.

Asimismo, ocurre con frecuencia que cuando la persona se encuentra sumido en este tipo de pensamientos, vibra en una frecuencia energética muy baja, en la que, sin pretenderlo, atrae a su lado a determinados espíritus afines a sus sentimientos que fomentan este estado y que acaban insistiéndole en la idea del suicidio. La situación que se produce viene a ser como si alguien a nuestro lado nos sugiriera al oído constantemente la idea de que la muerte nos librará de la angustia y del sufrimiento que estamos padeciendo y que, por lo tanto, no merece la pena continuar viviendo. No obstante, aunque toda esta situación es real, no debemos olvidar que las influencias espirituales no nos eximen de responsabilidad en las cosas que vayamos a cometer, ya que el espíritu que está al lado no obliga a la persona a suicidarse, tan sólo se lo sugiere. Siempre la víctima es dueña de sus actos.

El suicidio, al contrario de lo que mucha gente piensa, tiene muchas y terribles consecuencias. La primera con la que se encuentra quien realiza este acto es ver que no ha puesto fin a su vida. El espiritismo nos enseña que nuestra existencia no termina con la muerte, la persona continúa viviendo y con el agravamiento de ver sus problemas acentuados. Son muchas las comunicaciones de espíritus que cometieron suicidio en las que nos cuentan como reviven una y otra vez el momento de su muerte, sintiendo dolores constantes, como una pesadilla de la que no consiguen salir. En este sentido es importante saber que, en muchos de los casos, la cantidad de fluido vital que tenemos en el momento de la muerte determina la duración de dicha expiación, es decir, que las personas jóvenes están más tiempo reviviendo los tormentos de su suicidio. En el libro “El Cielo y el Infierno” de Allan Kardec podemos encontrar el testimonio de algunos espíritus que cometieron este acto contra sí mismos y que describen su terrible experiencia. Tenemos, entre otros, el caso de Francisco Simón Louvet, que se arrojó desde lo alto de una torre y siente cómo se le repite la dura y dolorosa escena sin descanso.

Pero, además de todo esto, el ponerle fin a la vida conlleva consecuencias físicas que afectan al periespíritu y que después se verán reflejadas en el cuerpo físico en vidas sucesivas. Cuando nos suicidamos, el periespíritu, que es el cuerpo sutil que une nuestro espíritu con el cuerpo físico y que interactúa con nuestros pensamientos y acciones, se ve afectado de manera dramática regresando al plano espiritual con una herida coincidente con el área que nos hayamos dañado.

Cualquier tipo de suicidio afectará siempre la zona correspondiente en el periespíritu, con sufrimientos que permanecerán durante bastante tiempo ya que, como he dicho anteriormente, las victimas del suicidio reviven el momento de la muerte. Por ejemplo, la persona que se ha suicidado disparándose un tiro en la cabeza sentirá el impacto de la bala atravesándole el cerebro incesantemente; si la persona decide suicidarse quemándose experimentará fuertes dolores constantes.

Igualmente sufrirán consecuencias las personas que intentan suicidarse sin conseguirlo, ya que, todo acto de violencia contra nosotros mismos tendrá repercusiones en el periespíritu generando problemas que se manifestarán de manera física y psíquica.

De esta manera, lo mismo sucede en los casos de suicidio inconsciente. Con esto me refiero a cuando la persona no es consciente de que determinado comportamiento, hábitos, forma de vida… pueden dificultar y acortar la misma. Estoy hablando de las personas que desencarnan a causa de, por ejemplo, un cáncer de pulmón provocado por el tabaco, muertes derivadas del alcohol, las drogas, accidentes mortales de tráfico debido al exceso de velocidad, etc. y que tendrán consecuencias en los mismos órganos que han sido dañados.  Un ejemplo claro de este tipo de suicidio lo encontramos en el libro “Nuestro Hogar” de Chico Xavier, donde André Luiz nos cuenta, al principio del mismo, cómo fue su entrada y posterior permanencia en el mundo espiritual después de morir tras llevar una vida completamente materialista, siendo muy egoísta y sin pensar para nada las consecuencias que podía traerle no cuidar su propio cuerpo.

Gracias a la doctrina espírita y a las informaciones de la espiritualidad, sabemos que cuando desencarnamos, vamos a un lugar en el mundo de los espíritus, acorde a nuestro grado de moralidad y afinidad, por lo tanto, las personas que se suicidan tienden a agruparse en las mismas regiones aunque no permanecen allí durante el mismo tiempo. En el libro “Memorias de un Suicida” de  Yvonne A. Pereira encontramos una clara descripción de cómo suelen ser estas zonas. De todas maneras,  hay muchos factores que determinan esto, el tipo de suicidio, los motivos, influencias espirituales, grado de conocimiento… cuanto más consciente se es de los actos cometidos más tiempo se permanece en esas áreas.

Del mismo modo, también tenemos conocimiento de que a esos mismos lugares se acercan espíritus protectores que actúan a modo de médicos y que en cuanto ven que los espíritus suicidas que allí habitan tienen condiciones favorables para ser ayudados, habiendo superado las perturbaciones más exageradas, los recogen inmediatamente.

Para corregir este grave error que es el suicidio, la persona que lo cometió tendrá que reencarnar para reajustar y reequilibrar dicha equivocación. Las lesiones periespirituales repercutirán en su cuerpo físico produciendo muchos padecimientos y complicaciones. Si la persona se suicidó ahogándose tendrá enfermedades relacionadas con el aparato respiratorio; si ingirió veneno los problemas estarán en el aparato digestivo… Normalmente serán enfermedades que se desarrollarán desde la más tierna infancia y donde los médicos enfrentarán grandes dificultades para poder erradicarlas, si es que lo consiguen.

Para terminar, transcribo un mensaje del espíritu Emmanuel, sacado del libro “Religión de los Espíritus” escrito en psicografía por Chico Xavier:

“El Suicidio.
En el suicidio intencional, sin los atenuantes de la enfermedad o la ignorancia, se debe considerar no solamente el problema de la infracción a las Leyes Divinas, sino también el acto de violencia que el ser humano comete contra sí mismo, a través de la premeditación más profunda y del mayor remordimiento.
Atormentada por el dolor, la conciencia despierta en el nivel de sombra al que se precipitó y debe soportar compulsivamente las compañías que eligió para sí misma, durante el tiempo indispensable para la adecuada renovación.

Sin embargo, los resultados no se circunscriben a los fenómenos del sufrimiento íntimo, porque surgen los desequilibrios consecuentes en las sinergias del cuerpo espiritual, con necesidades de reparación en existencias próximas.

Es así que luego de un determinado tiempo de reeducación en las regiones de trabajo fronterizas a la Tierra, los suicidas son habitualmente conducidos otra vez a la internación en el medio carnal, en un régimen de hospitalización dentro de la celda del cuerpo, que refleja sus penurias y angustias en forma de enfermedades e inhibiciones.

Fácil nos será entonces identificarlos en la cuna donde vuelven a la vida, sugiriendo la expiación en la que se resguardan.

Los que se envenenaron, según los tóxicos de que se valieron, renacen con afecciones valvulares, malestares del aparato digestivo, enfermedades de la sangre y disfunciones endocrinas tanto como otros males de etiología imprecisa; los que incendiaron su propia carne padecen los ardores de la ictiosis o el pénfigo; los que se asfixiaron, sea en el lecho de las aguas o con las emanaciones de gas, muestran procesos mórbidos de las vías respiratorias, como en el caso del enfisema o los quistes pulmonares; los que se han ahorcado son portadores de dolorosos disturbios del sistema nervioso, como las neoplasias diversas y la parálisis cerebral infantil; los que se destrozaron el cráneo o entregaron su propia cabeza a las ruedas destructoras, experimentan desarmonías de la misma especie, en especial las que se relacionan con el cretinismo, mientras que los que se arrojaron desde gran altura reaparecen como portadores de los padecimientos de la distrofia muscular progresiva o de la osteítis difusa.

Según fuera el tipo de suicidio, directo o indirecto, surgen las distonías orgánicas derivadas, que corresponden a diversas calamidades congénitas, incluso la mutilación o el cáncer, la sordera, la mudez, la ceguera y la locura, que representan la terapia providencial para la cura del alma.

Junto a tales cuadros de prueba regeneradora, funciona la ciencia médica como misionera de la redención, que consigue ayudar y mejorar a los enfermos, de conformidad con los créditos morales que alcanzaron o según el merecimiento de que dispongan.

Cuida pues la existencia como un don inefable, porque tu cuerpo siempre es un instrumento divino, para que en él aprendas a crecer hacia la luz y a vivir para el amor, en relación con la gloria de Dios.”

Yolanda Durán.
Centro Espírita Entre el Cielo y la Tierra.

Obligada capacitación de los espíritas



En los tiempos actuales, después del llamado Siglo de Oro de las ciencias, Dios nos envió la Ley de Instrucción y los espíritas deben cumplirla para ayudar a la Tierra a ascender en la Escala de los Mundos.
Para todos aquellos que de una forma u otra estamos vinculados a la Doctrina Espírita, es importante recordar el Item. 5 del Capítulo VI de “El Evangelio según el Espiritismo” donde El Espíritu de Verdad nos da las pautas a seguir, transmitiéndonos: “¡Espíritas! Amaos, he aquí la primera enseñanza; Instruíos, he aquí la segunda.”

Al instruirnos nuestra creencia se fortifica y crece en la “Ley eterna del Progreso”. El capacitarnos es “obligatorio”, porque tenemos un compromiso que hemos asumido, un deber que cumplir, ya que hemos sido llamados para ser trabajadores del Padre. Por ello al igual que los cimientos son indispensables en cualquier edificación, es necesaria nuestra formación doctrinaria a través del estudio y la investigación. Debemos alimentar nuestro espíritu con los conocimientos que están ahí y que la Espiritualidad nos ha proporcionado.

Los hebreos estudiaban minuciosamente la Ley Antigua, que está en el Viejo Testamento. Los cristianos estudian la Ley Nueva, que se cita en el Nuevo Testamento. Los espíritas, que son los cristianos renacidos del agua y del espíritu, deben estudiar las obras de Kardec, que forman la Codificación del Espiritismo. La Nueva Revelación anunciada por Jesús.

Claro está que el espiritista no precisa ser un sabio. Sería bueno que todos pudiésemos serlo, pero eso es imposible y sería contrario a la propia Ley de Evolución. Cada uno de nosotros tiene ya su rumbo evolutivo a seguir. Pero si no precisa ser sabio, tampoco debe ser ignorante. ¿Cómo él va a mantener su fe y con ella auxiliar a los que sufren la ceguera del ateísmo, del materialismo o de la más simple duda? Con artículos de fe nadie convence a nadie de la verdad espiritual. Estamos en la edad de la razón, en la fase racional de la evolución humana. Tenemos que cimentar nuestra fe en el conocimiento, si queremos que ella sea una luz para todos y no apenas una lamparilla de uso particular.

No podemos cerrarnos en nuestra cómoda ignorancia. Los que quieran permanecer en el Espiritismo deberán instruirse, libertándose de sus falsas ideas, de sus conceptos anticuados, de sus errores. Sin instrucción no podemos cumplir el mandato de amor al prójimo y del amor a Dios. ¿Pues, cómo amar a Dios sin comprenderlo, sin tener idea de su grandeza y naturaleza inteligente? ¿Y cómo amar al prójimo sin ayudarle a comprender, a esclarecerse de las supersticiones, de las mentiras, de los falsos juicios?

Los grandes misioneros que de tiempo en tiempo renacen en la Tierra, con el fin de activar el progreso y la evolución de las criaturas y del mundo, en todas las áreas del conocimiento humano, fueron hombres comunes. Nada había en Sócrates, Pitágoras, Arquímedes, Galileo, Francisco de Asís, Teresa de Ávila, Vicente de Paúl, Newton, Mozart, Darwin, Allan Kardec, que los diferenciase de los demás, sino la responsabilidad y la fidelidad con que desempeñaron sus misiones.

Es evidente que cada cual tiene su propia medida. Unos podrán instruirse más que otros. Unos tendrán mayores posibilidades, otros menos. Pero aprenderán lo suficiente para enseñar a los que saben menos.
Todo espírita puede y debe instruirse. Cada cosa viene a su tiempo, y por tanto, de acuerdo con su época. No es suficiente decirse espírita o cristiano, sino que hay que probarlo en la práctica. Kardec ya lo dijo: “Solo se consideran adeptos los que ponen en práctica sus enseñanzas”.

Ya para concluir y volver al origen del título de este artículo, recordemos la comunicación que el Espíritu de Joana de Angelis a través de la psicografía de Divaldo Pereira Franco en “Invitaciones de la Vida”, en su capítulo “Invitación al estudio” nos recomienda para protegernos de los peligros generados por la gran variedad de ataques psíquicos que recibimos a nuestro alrededor…

“Por lo tanto, más que nunca se presenta la necesidad consciente del estudio espírita como vehículo de liberación de la conciencia y ruta iluminativa en el viaje de la evolución.

El estudio espírita conduce al discípulo al esclarecimiento que es la base segura, condición principal para alcanzar la paz.

La Doctrina Espírita, siendo portadora de las informaciones que ofrecen seguridad y armonía íntima, requiere estudio y reflexión, para asimilarla mejor y más fácilmente vivirla.

Profundizar en su análisis, dedicar algún tiempo del día, o de la semana, al estudio frecuente, a fin de impregnarte de la convicción y renovación indispensables a la preservación con el cual despertarás más allá de la vida orgánica.

Examina el conocimiento general a la luz del Espiritismo y asimilarás mejor las conquistas de los días modernos, despertando definitivamente para la vida mejor, curado de las antiguas heridas impresas en el espíritu y así, ascenderás más allá y por encima de las vicisitudes.
Kardec se hizo profesor para ayudarnos a estudiar y reflejar las sagradas lecciones del deber y de la caridad que son las metas de nuestra real liberación”.

Juan Miguel Fernández Muñoz
Presidente de la Asoc. de Estudios Espíritas de Madrid

Aburrido en la propia vida



¿Cuál es la necesidad de carácter más urgente en la vida? ¿Sabes contestar a esta cuestión de forma inmediata?

Unos podrán decir: la necesidad más urgente es comer o trabajar, pagar las cuentas, tener un hogar, o más bien todas a la vez; esas podrían ser sin duda algunas entre tantas respuestas diferentes a las que se puede llegar con la pregunta planteada. ¿Pero será la respuesta acertada?

Conseguir el triunfo real es ser feliz. ¡La felicidad no depende de nadie más que de uno mismo! Tener éxito implica focalizar los objetivos de la vida en la realidad espiritual y así lograr lo que hemos venido a  hacer realmente en la Tierra. Todos, con raras excepciones, estamos aquí por nuestra inferioridad moral e intelectual.

Hay sin duda innúmeros caminos y cuestiones ontológicas para llegar a comprender la vida, sin embargo el Espiritismo expresa la Educación integrando el alma humana en los patrones Divinos.

La Doctrina Espírita, con su grande y útil objetivo de carácter Divino, llega hasta nosotros a través de las mentes de los buenos Espíritus para dar un empujón necesario al progreso, como fuente desbordante de aprendizaje, cuyo meollo es una enseñanza profunda de valores y conceptos que nos envuelven en conocimientos nuevos. Las enseñanzas que el Espiritismo nos brinda facilitan de manera amplia la comprensión de las Leyes Divinas, funcionando como un frontispicio que ilumina a la Humanidad en sus tinieblas, horadando en las oscuridades de todo aquel que lo desea, mostrándole la forma, los medios y el camino para clarificar su propio ser aún muy lóbrego en relación a su moralidad.

Una vez hayamos tenido acceso a sus contenidos, el hombre debe asimilar la información, practicando lo que ha aprendido para ser verdaderamente un ser humano mejor. No basta solamente trabajar para comer, pagar las cuentas, crear un hogar, etc. (tareas de la vida material) o acudir a un centro espírita, leer los libros, asistir a conferencias, venir a reuniones de confraternización de forma esporádica (teniendo una espiritualización superficial).  Se hace inaplazable que el ser humano interiorice las verdades espirituales, comprendiendo los deberes a los que todo espíritu está sometido, realizando la mudanza de actitud esperada por el Educador Divino en nosotros.

Lo primero que se debe plantear en un análisis imparcial de la vida es qué felicidad deseo, la material que es finita o la espiritual que es perenne. Para obtener el bienestar espiritual uno debe corregirse y enderezarse. ¡Crecer es una decisión que marca la diferencia! Si buscamos el camino de la fortaleza espiritual, fijando la mirada en ideales sublimes, cuando realmente direccionamos todos los esfuerzos en la elevación moral enriqueciéndonos en valores del espíritu, todo lo demás viene por añadidura, no lo superfluo, sino lo necesario. Siempre estamos en busca de más y más cosas materiales que satisfagan nuestras necesidades. ¿Pero serán necesidades reales o ficticias que nos impulsan a la complacencia de nuestros caprichos más íntimos? El bienestar material es vulnerable, endeble y provisorio, siendo hecho de materia más densa, no perdura en la distancia temporal.

Los buenos espíritus nos brindan a través del entendimiento de lo que propone el Espiritismo todo lo necesario para el fenómeno de la madurez del espíritu, y nos muestran además que la materia es un medio, no el objetivo o el fin a alcanzar en la vida de encarnado.

¿Cuántos se sienten aburridos en la propia vida, sin metas ni objetivos? Anhelantes, infelices, acomodados, hastiados en una eterna veleidad de propósitos efímeros sin saber qué hacen aquí. Recordad que las acciones realizadas cotidianamente son las mejores intérpretes de los pensamientos del hombre, y los pensamientos construyen el futuro, si la atención de la vida está enfocada a una meta errónea es bueno que sepas que invariablemente la infelicidad visita el alma insatisfecha.

Algunos podéis decir <>, sin embargo, la mayor sorpresa de la muerte carnal es la de colocarnos cara a cara con la conciencia, que de frente muestra el tiempo perdido. Por lo tanto,  cotejar las emociones inferiores ante la conciencia escogiendo el buen camino asegura la dicha, quien deja el cultivo ennoblecedor de sí mismo abandonado permite que las malas hierbas de sus imperfecciones asuman el control de su alma.
La respuesta a la pregunta que empieza este artículo es fácil. ¡Lo que más urge es la concienciación de quiénes somos! Somos espíritus inmortales y el desarrollo de las ideas morales hará que el progreso no se quede restringido a la ciencia y a la intelectualidad ayudando al hombre en su camino eterno. Venimos a crecer, en moralidad con el amor y la caridad; en lo intelectual con el conocimiento y con ello procurar influir positivamente en todas las almas que podamos. ¿Pero cuántos estamos dispuestos a ello? ¿Cuántos nos encontramos habilitados de voluntad para superarnos en nuestros desvíos de conducta, con la fuerza necesaria para emplear el mejoramiento espiritual al que nos propusimos? Lo arduo del camino estrecho es conseguir resistirse a no caer en el ancho. Si venimos a reeducarnos urge corregirnos, ésta es la necesidad más imperiosa de la vida. Modificándonos todo el entorno se modificará, pues el destino es ser feliz y la felicidad resume todo lo bueno, agradable, verdadero, puro, sano y maravilloso que pueda existir. ¡El hombre renovado en el bien es garantía de futura felicidad!

Cuando uno pretende reconducir su vida, que se encuentra apartada de Dios por las resoluciones que toma, pasa a luchar contra el hombre viejo de su interior, muy guerrero, debo resaltar, y que no se da por vencido a la primera de cambio. Derrotar los excesos propios del atraso espiritual requiere esfuerzo, dedicación, determinación y voluntad férrea. ¿Por qué? Porque es más cómodo, confortable y sencillo seguir haciendo lo que nos plazca, seguir manteniendo las sensaciones que nos causan gozo, deleitándonos en el vicio emocional que nos tienen atrapados desde hace muchas vidas. El ser humano busca aquello que le satisface, que le causa impresión subjetiva u objetiva de poder, alegría, éxtasis, gloria, fama, comportándose caprichosamente consigo mismo, exigiendo de la vida cada vez más las sensaciones aledañas que le devuelvan una y otra vez esa impresión engañosa del éxito esclavizando el alma en ellas. ¡Cuidado! No se recogen las cenizas con la misma facilidad que se esparcen, es preferible empezar desde ya el camino del bien, lo que no se enfrenta voluntariamente se encuentra como destino.

No me refiero aquí solamente a los deseos físicos inmediatos que puedan amainar las ansias de la dependencia de esas sensaciones, sino que expongo sin evasivas todas las conductas erróneas que tenemos en nuestro día a día en el ámbito emocional. En esa categoría se clasifican todas las emociones que violen, menosprecien o expolien algún derecho de nuestro prójimo. En el afán continuo del hombre de ser y tener lo mejor, comúnmente exhibe su prioritario egoísmo usando la ficticia superioridad de uno frente a otro, lo que conocemos como orgullo, para usurpar algún beneficio con fines exclusivos para sí. ¡Estas son las acciones autodestructivas que se deben corregir! Hoy día no es algo ignoto para nadie que la verdadera felicidad está en seguir las directrices de amar al prójimo como a uno mismo y a Dios sobre todas las cosas.

Aún en nuestros días todo aquel que procure la mudanza de actitudes íntimas beneficiando a su prójimo en detrimento de sí, sentirá al principio impedimentos naturales de su propio ser y recogerá invariablemente reacciones adversas de los que conviven con él, puesto que todo cambio genera alguna consecuencia.
Los impedimentos naturales vienen primeramente del propio interior, ya que la tendencia será hacer como siempre se ha hecho, seguir los mismos patrones y estímulos que han sido acumulados a lo largo de múltiples vidas. ¿Estás dispuesto a dejar de ser borrego de las pasiones para tornarte león de la conducta recta? Lograr conseguir el freno de una tendencia viciosa encamina a la virtud, puesto que exige sacrificio y tenacidad en la nueva elección.

Además, hay otra barrera a superar, la social. Muchos amigos y parientes demostrarán una cierta incomprensión, disgusto, negativa o rechazo a las nuevas proposiciones de conducta.  En cierto modo son bastante comunes y esperadas. Por ejemplo, si perteneces a una familia adinerada y avariciosa muy materialista, si deseas compartir algún bien con los menos afortunados no serás bien visto y encontrarás quien que te critique. En otro caso, si tu entorno es formado por personas que gritan, se ofenden o agreden, si decides hablar con calma, tranquilamente, sin alterarte, enseñando el camino de la dulzura, no te será fácil. Los hombres recogerán siempre el fruto de su flaqueza o de su coraje como consecuencia oriunda de los mismos.

Debemos estar preparados porque el cambio para bien encuentra obstáculos y discriminaciones en el camino. No obstante, es necesario persistir y no contabilizar ingratitudes considerándote por ello desafortunado, eres llamado al testimonio del silencio y de la confianza. Ahí está el mérito a conseguir, la persistencia y voluntad decidida traerán muchas bendiciones. Darse al prójimo es seguir la estela de Dios y eso significa estar en sintonía y armonía con el Progenitor Divino.

Es necesario enriquecer la vida con sentimientos de nobleza, con toda armonía, entendimiento, comprensión, colaboración y tolerancia que podamos encontrar en nuestro interior, valores mensurables en la vida del espíritu. Aquel que ve en la existencia un aburrimiento debe analizar crudamente, con exactitud y objetividad su intimidad y constatará invariablemente que no estará realizando su propósito de vida, ni reeducándose en el amor y en la caridad, no estará buscando la verdad en sí mismo, en realidad estará adornando la vida con eludible superfluidad pasajera que no le realizará jamás en su totalidad.

A partir del instante en que comprendemos nuestro deber, cuando nos concienciamos de que venimos a servir y no a ser servidos, que nadie llegará a las esferas superiores sin su consagración al prójimo, podremos por elección individual, insistir y lograr corregir muchos actos mal practicados que no percibimos y que desentonan con las Leyes Morales. La vida está llena de oportunidades para crecer, avanzar y mejorar, basta que quieran verse. Un buen camino para obtener el éxito en el bien es buscar en todos los actos amar, reflexionando siempre en las actitudes y elecciones que tomamos en la vida para conquistar la libertad espiritual. Modificándose para el bien y manteniendo esa actitud cada alborada, ayudarás a tu cambio y al del entorno, facilitando el camino de los demás, trabajando así para Dios y encontrando la felicidad.

Claudia Bernardes de Carvalho
Centro Espírita Entre el Cielo y la Tierra

Ensayo sobre mediumnidad


Para que se produzca una comunicación mediúmnica, es mucho trabajo el que deben realizar nuestros hermanos mentores del plano espiritual. Lo que vamos a exponer puede variar en forma y desarrollo, dependiendo de las dificultades y de los objetivos de cada caso concreto. Describiremos el proceso psico-orgánico necesario, para que se produzca una comunicación a través de Psicofonía consciente (1).

Cada espíritu alcanzó un determinado grado de crecimiento espiritual, por lo que los resultados del trabajo mediúmnico, difieren de individuo a individuo, así como las interpretaciones de la vida son distintas de alma a alma. Mediumnidad es sintonía. Cada espíritu vive entre las fuerzas con las cuales armoniza, transmitiéndolas según las concepciones que caracterizan su modo de ser...

Para el servicio de preparación, primeramente se produce un diálogo entre el mentor y el espíritu comunicante (2). Se le invita a meditar sobre la importancia del acontecimiento y se le recuerda que va a utilizar un organismo neuromuscular que no le pertenece. En la mayor parte de los casos se le conduce, con algunas horas de antelación a la reunión, al lado del médium, a efecto de facilitar el trabajo de armonización vibratoria entre ambos. Lo ideal en este acercamiento, es que se trabaje en una atmósfera confortadora y apacible, pero no siempre es así. Muchas veces las dificultades del entorno del médium, o el propio médium como ser humano susceptible a las vicisitudes o desequilibrios de la esfera carnal, hacen este trabajo todavía más complicado.

El mentor realiza pases magnéticos fortaleciendo el sistema nervioso del médium, tanto en sus fibras nerviosas, como en las células gliales (3). Posteriormente, se forma una especie de cordón fluídico que liga a ambos. Se solicita al espíritu a hablar con el médium con todas sus energías mentales. El médium registra inconscientemente su presencia y su lenguaje bajo la forma de figuración y memorización, aparentemente imaginarias, en la esfera del pensamiento. Este singular dialogo psíquico, ayuda a sintonizar a ambos.

Una vez llegados al recinto de trabajo todos los participantes, comienza la preparación del médium sobre su sistema endocrino. De un modo general, se proporcionan recursos para la normalización de todas sus glándulas. La epífisis, que es la glándula de la vida mental y de la mediumnidad, juega un papel fundamental en el proceso, facilitando, entre otras cosas, la expansión del periespíritu para la conexión de los campos biomagnéticos de espíritu y médium. Capta vibraciones del espectro electromagnético, traduce las emociones de nuestros pensamientos y la energía del mundo espiritual, archivándola e interactuando con el cerebro de las más distintas formas (4).

Para el trabajo magnético de los mentores sobre el sistema nervioso y endocrino del médium, se accionan los centros de fuerza, que están conectados a ambos sistemas del organismo (5).

Posteriormente, comienza la tarea de auxilio a todas las células de la corteza cerebral del médium, a los órganos del lenguaje y a las piezas y músculos del centro del habla, especialmente sobre la región de la glotis (6).

En el transcurso de este proceso, suele dar comienzo la reunión mediúmnica. Con la oración general para el inicio de los trabajos, se logra el efecto de equilibrio vibratorio del ambiente. El médium se aleja de su cuerpo a una distancia variable de algunos centímetros, mientras que, el espíritu comunicante se inclina y se une a el, en un sutil proceso de injerto neuro-psíquico, a la manera de alguien que se asoma por una ventana. Se pueden observar entonces, unos pequeños hilos brillantes que unen la frente del médium, desligado del cuerpo físico, al cerebro del periespíritu de la entidad comunicante. Esto provoca una corriente magnético-nerviosa, a través de la cual el médium le controla. Conocerá las palabras en formación, valorándolas previamente y reservándose el derecho a corregirlo ante cualquier extralimitación. Los impulsos mentales del espíritu, repercuten sobre su pensamiento como resonancia.
El espíritu hace uso del órgano vocal, reviviendo sus propios sentidos al contacto con las fuerzas nerviosas del médium... comienza la comunicación...

Alfredo Alonso de la Fuente

Notas del artículo:
(1) Comunicación de los espíritus por la voz de un médium parlante, también llamada mediumnidad de incorporación.
(2) Exceptuando casos de espíritus sufrientes en procesos de alienación mental, que son llevados a las reuniones totalmente desorientados.
(3) Células que dan soporte a las neuronas, sobre todo en la organización de los niveles de neurotransmisores en las sinapsis.
(4) La pineal forma cristales de apatita. Cuanto mayor es la concentración de estos cristales, mayor es la mediumnidad de la persona, puesto que tiene más facilidad para absorber el campo electromagnético y captar informaciones. Es posible visualizar estos cristales en la tomografía.
(5) Exceptuando el centro de fuerza Coronario, que controla todos los otros centros, que no está vinculado a ningún plexo nervioso, asociándose a todo el encéfalo. Es el centro conectado a la epífisis o pineal.
(6) En nuestro cerebro, las células nerviosas de la corteza motora primaria están directamente conectadas con las células que causan las contracciones musculares de nuestro cuerpo. En el hemisferio izquierdo, se encuentra el Área de Broca, donde reside la capacidad del habla. Esta región de Broca, está comunicada con la porción de la corteza motora primaria que controla los músculos de los labios, la lengua y la garganta.

¿Justicia?


Regla de Oro que ya fue recibida por todos los pueblos desde la antigüedad, con el distintivo genérico: “No hagas a los demás lo que no te gustaría que te hicieran”.

Este sentimiento natural que hace que nos rebelemos ante la más pequeña de las injusticias, no es creado a través del progreso moral, sino que lo desarrolla, ya que fue puesto, por la Divinidad en el corazón de los hombres, como una Ley Natural.

Sin embargo, las pasiones que se unen a ese sentimiento de rebeldía, tienen la capacidad de desvirtuarla, pudiendo ser apreciada desde un punto de vista falso.

La Justicia basada en el respeto a los derechos de cada uno, está determinada de dos formas: “la ley natural y la ley humana”.

Así pues, el derecho que los hombres establecen no siempre es conforme a la justicia.
Tomemos como ejemplo aquella, establecida en La Edad Media o en la época de Moisés… Vistas a los ojos de hoy día, son crueles. Sin embargo, para su época, y a través de la mira de quién la aplicaba era justa.

El principio de la ley natural tiene como asesor, a la propia conciencia del hombre. Conciencia otorgada para la reflexión en los momentos críticos, en los cuales, la persona debería exponer ante sí la Regla de Oro, anteriormente expresada.

La vida en sociedad, que dispone derechos y aplica deberes recíprocos, requiere del respeto ante los semejantes. No obstante, en la mayoría de las situaciones, nuestro orgullo nos incita a servirnos de revanchas que producen desconciertos y desasosiegos.

Cuando hablamos de justicia, debemos tener presente la asistencia del amor. ¿De qué forma sino podríamos ser benevolentes, indulgentes con las imperfecciones de quienes nos rodean?

Sí, es cierto que perdonar a aquél que nos ha dañado en lo más íntimo, que nos ha arruinado o nos ha arrebatado la vida de un ser querido, es prácticamente una misión imposible. Para ello, y con la intención de reformarlo, el la sociedad dispone de cárceles, reformatorios, psiquiátricos…

No obstante, si nos remitiéramos a la ley de reencarnación, y a través de ella, a la comprensión de que todos somos seres en evolución, que progresamos a través de experiencias propias en las distintas existencias, y que en esas vidas, seguramente, hemos cometido actos de barbarie que probablemente hemos deseado se nos perdonaran, probablemente, la elección sería la de buscar el origen y el motivo que conlleva a una persona a realizar acciones que van en contra de los derechos del prójimo. Sólo, actuando así, podríamos darnos cuenta de que la venganza siempre nos coloca por debajo de aquellos que nos hirieron, mientras que ayudarles nos libera y nos hace crecer.

No se trata de querer a quien nos ha dañado, como queremos a alguien de nuestra familia, pero sí de devolverles bien por mal.

Ampliando nuestra visión a vidas pasadas podríamos comprender que en la mayoría de las ocasiones, recogemos aquello que sembramos, ya que los espíritus que tienen la capacidad de elegir una nueva encarnación, solicitan en  ella aquellas circunstancias que le sirven para reparar ofensas cometidas.
Enmanuel a través de la psicografía(*) de Chico Xavier nos da ejemplos como el siguiente:

“En los obstáculos de la vida social dolorosa y difícil, recuperas exactamente los impedimentos que montaste en el camino ajeno, para que llegues a labrar en el santuario de tus propias fuerzas, el respeto preciso para con la tarea de los otros”

Así, teniendo en cuenta motivos como éste, el hecho de aplicar justicia sin amor, puede convertirse en un arma de la violencia.

Del mismo modo, emitir juicios sin saber el porqué del comportamiento de cada ser, también implica una falta de respeto por los derechos de aquellos a quienes se juzga, ya que no podemos captar la causa del dolor que los envilece.

Deberíamos pues, trabajar en nuestras imperfecciones. Primero a nivel individual, para que así, obtenga después su reflejo a nivel colectivo, y poder alcanzar una justicia natural. Como dice Enmanuel(*): “La justicia que prescinde del amor, es como tierra sin agua.”

Ana Mª Sobrino Talavera*Centro Espírita Entre el Cielo y la Tierra.

(*) Libro "Religión de los Espíritus", Chico Xavier.

Biografía de Gustave Geley



Gustave Geley nació el 13 de abril de 1868 en Monceau-les-Mines, región industrial de la Borgoña francesa. Abandonó su tierra natal y a su regreso de Suiza se estableció en Lyon, donde comenzó sus estudios de medicina. Ingresó en la Facultad de Medicina de Lyon donde cursó sus estudios en forma  brillante y los coronó con una tesis de grado titulada "Las aplicaciones periféricas de ciertos alcaloides o glucósidos", por la que recibió el premio máximo de su facultad. A los 28 años de edad comenzó su práctica médica como interno del Hospital de Lyon, y para ese entonces ya estudiaba con pasión los fenómenos psíquicos para-normales, siendo miembro de la Sociedad de Estudios Psíquicos de Ginebra, interesándose también por el Espiritismo, extendido por Francia y otros países de Europa.
En 1897 publicó, bajo el pseudónimo de Dr. Gyel, su primera obra titulada:"Ensayo de revisión general y de la interpretación sintética del Espiritismo". En 1899 apareció su obra "Ser inconsciente, ensayo de síntesis explicativa de los fenómenos oscuros de la psicología normal y anormal", en la que formuló conclusiones netamente reencarnacionistas. Desde 1912 hasta 1915 realizó importantes experiencias con diversos médiums, en los que aplicaba estrictamente el método científico, reportandole fama internacional. Con el conjunto de datos obtenidos deducía una posible respuesta; examinaba todas las teorías ya formuladas sobre ese punto, las analizaba aceptándolas o no; escogía las que primasen conclusiones sobre su procedencia; por último las confrontaba, procuraba mostrar los pros los contra y finalmente, sacaba conclusiones.

Su alto nivel profesional y su actividad responsable lo hicieron merecedor de la designación como Secretario del Gabinete de la Comisión Sanitaria de Higiene de las Naciones Aliadas, durante la guerra de 1914 a 1918.

En 1919 renunció a su ejercicio de la medicina para convertirse en el director del Instituto Internacional de Metapsíquica de París. En la actualidad es uno de los investigadores metapsíquicos más recordados por su investigación en el área de la mediumnidad física, especialmente con los médiums Eva Carrière, Stephan Ossowiecki, Jean Guzik, y Franek Kluski.

En 1920 fundó el Boletín del "Instituto Metapsíquico Internacional", luego convertido en "Revista Metapsíquica", donde se publicaron los artículos de eminentes estudiosos como Ernerto Bozzano, Gabriel Delanne y Charles Richet entre otros.
Experimentación científica

"Las materializaciones más notables que yo mismo he observado son los producidos por Eva en mi laboratorio durante tres años consecutivos durante los meses del invierno de 1917-1918 ",  escribieron Geley.

"En las sesiones de espiritismo bi-semanales en colaboración con Madame Bisson, el Médico Inspector General M. Calmette, M Jules Cortesano y M. LeCour, se obtuvo una serie de registros del mayor interés. Hemos visto, tocado y fotografiado representaciones de cabezas y rostros formados a partir de la sustancia original (ectoplasma). Estos fueron formados bajo nuestros ojos. A veces, se produjeron mediante la emisión de un hilo de sustancia sólida saliendo del médium, otras veces progresivamente a partir de una niebla de sustancia vaporosa condensada frente a ella o al lado.”(1)

Geley hizo hincapié en que los experimentos se realizaron bajo un estricto control. Fueron encerrados en su laboratorio, donde nadie había tenido acceso anteriormente al experimiento. Eva C. estaba completamente desnuda bajo la presencia de supervisoras su confianza, y seguidamente era vestida con una ropa apretada, cosida en la espalda y en las muñecas.

El cabello y la cavidad de su boca eran examinadas tanto por él mismo y sus colaboradores antes y después de las sesiones de espiritismo. Eva C. se echó hacia atrás, ante la silla de mimbre en el gabinete, manteniendo sus manos siempre a la vista completamente fuera de las cortinas, la habitación siempre muy bien iluminada todo el tiempo. "Yo no digo simplemente: No hubo trucos, digo ‘No había ninguna posibilidad de engaño", subrayó Geley.

"Casi todas la materializaciones tuvieron lugar bajo mis propios ojos, y he observado la totalidad de su génesis y desarrollo ".(2)

Dr. Charles Richet, que fue galardonado con el Premio Nobel de Medicina en 1913, asistió a muchas de las sesiones de espiritismo en el laboratorio de Geley. "Puedo decir exactamente lo mismo ", Richet secundando a Geley respecto sus comentarios de que no había posibilidad de fraude.(2).
Geley describe el proceso necesario para obtener materializaciones comenzando con la inducción al médium en un  estado hipnótico ligero, no lo suficientemente profundo como para alcanzar el olvido de su personalidad normal.

El armario era para proteger a la médium en trance de las influencias perturbadoras y de la acción de la luz, el resto de la habitación tenía suficiente luz con fines de observación. Los fenómenos a veces aparecían después de unos pocos minutos, pero otras veces se necesitaba más de una hora. "Ellos siempre empezaban por sensaciones dolorosas en el medium", explicó Geley. "Ella suspira y gime de vez en cuando al igual que una mujer dando a luz. Estos lamentos tienen su auge en el momento en que comienza la manifestación, disminuyendo o censado posteriormente cuando las formas están completas".(1)

Aunque Richet y el inglés Sir William Crookes, ambos, habían observado materializaciones completas, Geley sólo presenció materializaciones parciales con Eva C.

"Yo no tengo, por desgracia, observados fenómenos de materializaciones completas, pero, por otro lado, he visto con mucha frecuencia representaciones completas de un órgano, como un rostro, una mano o un dedo", explicó Geley. "En los casos más completos el órgano materializado tiene toda la apariencia y las funciones biológicas de un órgano vivo. He visto dedos admirablemente modelados con sus uñas; he visto manos completas con huesos y articulaciones; y he visto una cabeza viva cuyos huesos yo podía sentir bajo una espesa masa de pelo. He visto rostros humanos vivos y bien formados ".(3)

Como Geley llegó a entenderlo, estas materializaciones incompletas eran resultado de la insuficiente capacidad por parte del médium. "Para construir en pocos segundos un órgano o un organismo biológico completo - para crear la vida - es una hazaña metapsíquica que puede ocurrir, pero que rara vez se produce con resultado perfecto", explicó. "Es por eso que la gran mayoría de las materializaciones son incompletas, fragmentarias, defectuosas, y muestran lagunas en su estructura ... pero en estos intentos encontramos casi siempre las marcas del poder creador, la firma de la vida. En estas formas rugosas el enigma de la vida universal - las relaciones entre la Idea y la materia - se revelan en el esplendor de su belleza".(3)

Eva C. también produjo algunos fenómenos mentales. "Ella ha 'leído' automáticamente en una pantalla imaginaria, como la de un cine, páginas de la filosofía", añadió. "Estas producciones automáticas no tenían relación con sus capacidades normales y conocimiento, superando en gran medida estos últimos. Esto fue muy interesante, pero durante este período de su mediumnidad la facultad ectoplásmica desapareció ".(3)

Materializaciones similares se obtuvieron con Franek Kluski, escritor y poeta polaco de 50 años de edad. Con Kluski, sin embargo, Geley decidió ver si podían obtener moldes de parafina de las manos materializadas. Geley y sus colaboradores colocaron un recipiente de cera de parafina en el laboratorio en el que se llevaron a cabo los experimentos. Se pidió entonces a la "entidad" materializada hundir una mano, un pie o incluso parte de una cara en la parafina varias veces. Se formó así una envoltura muy ajustada, que se sumergió en otro recipiente con agua fría. Se obtuvieron nueve moldes en su primera experiencia - siete de diferentes manos, uno de un pie, y el último de una boca y su barbilla. Estos se produjeron en diferentes tamaños, incluyendo la mano y el pie de un niño; y así que estaba claro que no se trataba de las miembros de Kluski y que no había posibilidad de engaño, aunque otros controles descartaron completamente esta posibilidad.
Geley escribió que había manifestaciones que mostraban inteligencia mental, incluyendo comunicaciones mediante golpes. "Uno de ellos nos pidió que cantáramos", informó Geley. "Nosotros cantamos la Marsellesa en voz baja, y esto fue aplaudido por los aplausos en el gabinete oscuro, detrás de la médium."(3)

Sin embargo, Geley concluyó que las "entidades" en esta particular sesión de espiritismo y subsiguientes "no me parecían ser de un alto grado de inteligencia."(3)

Al escribir sobre la mediumnidad en general, Geley rechazó la hipótesis de la segunda personalidad que ofrecieron algunos psicólogos. "En las disyunciones ordinarias, los personajes secundarios que aparecen como consecuencia de la descentralización mental se comportan como usurpadores del lugar del Ser", explicó. "Parecen apuntar hacia la sustitución del gobierno legítimo; ellos se declaran a sí mismos como el verdadero Ser. En mediumnidad, su comportamiento es diferente - Ellos se declaran a sí mismos ajenos al Ser como entidades distintas.

Por lo general, al menos en nuestros días y en occidente, ellos declaran ser los espíritus de los muertos, y dicen que sólo toman prestado del médium el dinamismo vital y elementos orgánicos que ellos necesitan para actuar en el plano material."(4)

Muchos científicos materialistas criticaron a Geley alegando que fue engañado, pero tenía, entre otros, a muchos científicos estimados, incluyendo a Richet, al famoso astrónomo Camille Flammarion, y el renombrado físico Sir Oliver Lodge, quien observó algunos de sus experimentos y validando totalmente su investigación. Sir Oliver Lodge se refirió a las pruebas con parafina como "una demostración permanente de algo inexplicable por la ciencia normal... un prueba material permanente, que puede ser examinada, y que ... son, por así decirlo, un milagro perpétuo".(5)

El 14 de julio de 1924 Geley fallecía en un accidente de avión regresando a París desde Varsovia, donde se estaba llevando a cabo experimentos adicionales con Kluski. Su libro de 1927 se publicó póstumamente

Sus Trabajos

Todo este trabajo quedó documentado en muchos escritos y entre sus obras fundamentales se pueden mencionar: "Ensayo de la revisión general y de la interpretación sintética del Espiritismo" (1897),  “El  ser  inconsciente”  (1899), “Monismo  idealista  y  palingenesia”  (1912), ”Las  correspondencias  cruzadas” (1914),  “La  fisiología  llamada  supranormal  y  los  fenómenos  de  ideoplastia” (1918),  “Del  inconsciente  al  consciente”  (1919),  “La  ectoplasmia  y  la clarividencia” (1924) y "Clairvoyance and Materialization: A Record of Experiments"(postumo, 1927)

1.Geley, Gustavo, "Del Inconsciente al Consciente."
2. Richet, Charles, "30 años de investigaciones psíquicas"
3 Geley, Gustave, "Clairvoyance and Materialization: A Record of Experiments".
4 Geley, "El Ser inconsciente"
5 Berger, Arthur & Joyce, The Encyclopedia of Parapsychology and Psychical Research.