miércoles, 15 de agosto de 2018

El fluido cósmico universal

El fluido cósmico universal


Uno de los grandes misterios que la ciencia humana procura esclarecer es el de la existencia de una materia básica universal, capaz de servir de punto de partida para el origen de los elementos físicos conocidos.

En el siglo XIX, cuando comenzaron las manifestaciones de los Espíritus, estos revelaron una teoría donde explicaban de manera racional el origen de las cosas materiales y espirituales.
Según ellos nos transmitieron, el fluido universal es la materia básica fundamental de todo el Universo material y espiritual.

El Fluido Cósmico Universal, aunque desde cierto punto de vista, podría ser clasificado como elemento material se distingue de este por propiedades especiales.
Está colocado entre el Espíritu y la materia; es fluido, y susceptible, por sus innumerables combinaciones con la materia y bajo la acción del Espíritu, de producir la infinita variedad de las cosas.

Está sometido a las leyes inmutables que rigen el mundo. Gravedad, cohesión, afinidad, atracción, y magnetismo entre otras.

Las fuerzas que dirigen las metamorfosis de la materia producen movimientos vibratorios y ondulantes, denominados energía, que se expresa bajo forma radiante, luminosa, calorífica, sonora o electromagnética.

Si comúnmente los fluidos son sustancias en estado líquido o gaseoso, el espiritismo revela que existe materia en estados aún más etéreos y sutiles. Tales energías tienen su origen en el fluido universal.
Este es altamente influenciable por el pensamiento (que es una forma de energía), pudiéndose modificar y asumir formas y propiedades particulares.

“Sabemos que el fluido universal, o fluido cósmico  representa el estado más simple de la materia; su sutileza es tal que escapa a todo análisis. Y, no obstante, de ese fluido proceden, mediante condensaciones graduales, todos los cuerpos sólidos y pesados que constituyen la base de la materia terrestre.” ("En lo Invisible", León Denis ).

Los Espíritus nos dicen que este fluido cósmico o "plasma divino" es de esencia electromagnética, y llena todos los espacios, no existiendo el vacío en el universo. Por medio de él viajan las ondas del pensamiento, de la misma manera que las ondas sonoras se proyectan en la capa atmosférica.
Dios es la inteligencia suprema, causa primera de todas las cosas, por tanto, todo aquello que forma parte del universo es fruto de Dios.

La acción del Pensamiento Divino sobre el fluido universal dio origen a las nebulosas, a los sistemas estelares, a los planetas y a los astros. Es en esa materia fluídica donde el Creador materializa el plano existencial.

Para una mejor comprensión, se puede decir que ese principio elemental tiene dos estados distintos: el de la imponderabilidad o de eterización (estado normal primitivo), y el de la ponderabilidad o de materialización.

Lógicamente que entre estos dos estados existen muchísimas formas intermedias de transformación del fluido en materia tangible.

Al primer estado pertenecen los fenómenos del mundo invisible y al segundo los del mundo visible.
Como se encuentran en permanente contacto ambos mundos, se producen continuos fenómenos, aunque solo, podamos percibir los fenómenos psíquicos que pertenecen a la vida corporal cuando nos encontramos encarnados.

Los del dominio espiritual escapan a los sentidos materiales y sólo pueden ser percibidos en el estado de Espíritu.

Por lo tanto, el Fluido cósmico universal asume dos estados:

-Un estado material en el que el fluido mediante la manipulación de los espíritus se transforma en materia con la que se crean los planetas .

-Y un estado inmaterial o de eterización donde se encuentran el fluido de forma primitiva y que mediante la manipulación de los espíritus, el fluido cósmico universal sufre más transformaciones que en el estado tangible.

A este estado pertenece el mundo invisible (espiritual) y los fenómenos espirituales. Para los espíritus, este fluido es tangible, palpable y pueden realizar elaboraciones con él, al igual que los seres encarnados con sus materiales pero con procesos diferentes.

Fluido vital

Los Espíritus afirman que una de las modificaciones más importantes del fluido universal es el fluido vital. El movimiento continuo de los órganos da lugar a la producción de fluido vital.
Según nos dicen los Espíritus, la vida es el resultado de la acción de un agente sobre la materia. Ese agente es el fluido vital. Es el que da vida a todos los seres que lo absorben y asimilan.
La materia inorgánica se genera solamente de materia y la materia orgánica es creada de materia y fluido vital.
A este estado pertenece el mundo visible (físico), y los fenómenos materiales .
Cuando los seres orgánicos pierden la vitalidad, por causa de la muerte, la materia se descompone formando nuevos cuerpos y el fluido vital vuelve a la masa, al todo universal, para formar nuevas combinaciones en el Universo.
Cada ser tiene una cantidad de fluido vital, de acuerdo con sus necesidades, las variaciones dependen de una serie de factores. Allan Kardec nos instruye sobre el asunto en "El Libro de los Espíritus", pregunta 70:
"La cantidad de fluido vital no es la misma en todos los seres orgánicos; varía según las especies y no es constante en el mismo individuo, ni entre todos los individuos de una misma especie. Hay los que están, por así decir, saturados de fluido vital, mientras tanto, otros poseen apenas la cantidad suficiente. Es por esta razón que unos son más activos, más enérgicos que otros."
El hombre puede mantener el equilibrio de su salud a través de la alimentación, de la respiración del aire no contaminado y, por encima de eso, manteniendo una conducta mental sana.
El principio vital es la ley que rige la existencia del fluido vital.

Fluidos espirituales

Tanto el fluido vital como los fluidos espirituales, provienen del fluido universal (es decir, son modificaciones de este).

Los fluidos son el vehículo del pensamiento de los Espíritus, tanto encarnados como desencarnados.
Todos están sumergidos en el fluido cósmico universal, que es la sustancia básica de la Creación.
Los fluidos espirituales están impregnados de los pensamientos de los Espíritus, y, por lo tanto, varían de calidad hasta lo infinito. Según el desarrollo moral de estos.

La acción de los Espíritus sobre los fluidos espirituales tiene consecuencias de una importancia directa y capital para los encarnados. Desde el instante que esos fluidos son el vehículo del pensamiento, que el pensamiento puede modificar sus propiedades, es evidente que deben estar impregnados de cualidades buenas o malas de los pensamientos que los ponen en vibración, modificados por la pureza o por la impureza de los sentimientos.

La atmósfera fluídica está formada por la calidad de los pensamientos en ella predominantes.

Cuerpo fluídico


El periespíritu o cuerpo fluídico de los Espíritus, es uno de los más importantes productos del fluido cósmico; es una condensación de ese fluido en torno a un foco de inteligencia (el alma). En el periespíritu, la transformación molecular se opera de manera diferente, a la del organismo físico, por cuanto el fluido conserva su imponderabilidad y sus cualidades etéreas. Pero ambos son materia, aunque en dos estados diferentes.

Creo que por el momento nos basta con comprender cada uno de estos términos que, a modo de glosario he intentado definir de la forma más sencilla posible, puede que en un futuro sigamos avanzando para tratar de dar a entender lo que es la fluidoterapia.

Mientras tanto, recordemos que somos energía, que nuestro pensamiento es creador e intentemos que este sea lo más elevado posible, limpiándolo de orgullo y egoísmo. Intentemos cada día ser la mejor versión de nosotros mismos, para que no nos desviemos del camino del bien que es aquel que nos conducirá hasta Dios nuestro Padre que tanto nos ama.

Cielo Gallego
Centro Espírita "Entre el Cielo y la Tierra"

1 comentario:

Anónimo dijo...

El fluido universal es la energía de punto cero, de la cual emanan todos los tipos de energías existentes y la materia... es susceptible de ser modificada y conformada mediante el poder de la intención.