miércoles, 5 de diciembre de 2012

La psicografía como medio de prueba judicial



Allan Kardec nos enseña que cualquier persona que siente con mayor o menor intensidad la influencia de los Espíritus es médium. Esta facultad es inherente al hombre. Eso significa que no es un privilegio exclusivo de algunos, porque todos lo somos. En la práctica se denomina médium a quien tiene esa facultad claramente ostensible.

La psicografía es una de las formas para comunicarse con los encarnados por medio de la escritura frecuentemente utilizadas por los Espíritus. La utilización de la psicografía de un Espíritu como prueba en el derecho procesal penal fue algo inédito, ocurrido en Brasil.

Francisco Cândico Xavier fue un médium ejemplar. Realizó durante décadas una maravillosa labor de divulgación de la Doctrina Espírita a través de la asistencia mediúmnica utilizando, entre otros métodos, la psicografía. Su dedicación resultó la cifra de 450 libros recibidos mediumnicamente, a día de hoy traducidos a 15 idiomas.

Pero más allá de ese ejercicio de lealtad al servicio divulgativo, la ayuda de Chico Xavier se extendía a la práctica del bien. En sesión abierta atendía a personas que habían perdido algún familiar o que tenían algún problema. Se formaban colas kilométricas de personas cada día en su puerta en busca de alivio. Por intermedio de su instrumento mediúmnico recibió hasta el año de 1980 comunicados de Espíritus que sumaban la cifra de 10.000 cartas del Más Allá. Chico Xavier suavizaba el dolor y consolaba a los desesperados, demostrando a través de relatos y descripciones minuciosas de los propios espíritus involucrados, que la vida continúa después de la muerte. El mayor médium brasileño conocido mundialmente por su apodo Chico Xavier, fue instrumento de algo inaudito hasta entonces.

Gracias a su humildad y fidelidad a las enseñanzas de los buenos Espíritus y a Allan Kardec así como su gran trabajo solidario de auxilio al prójimo, tres de esas cartas sirvieron de prueba judicial en diferentes casos de asesinatos. Los espíritus de las tres víctimas escribieron cartas a sus familiares, a través del ejemplar médium, contando cómo habían sucedido los hechos y exculpando a los acusados.
La primera vez que una carta psicografiada por un espíritu a través de un médium sirvió de prueba judicial fue en el caso de Henrique Emmanuel Gregoris. Ese hombre tenía la costumbre de salir de su casa armado, por estar siempre preocupado con la posibilidad de robo en su negocio. Contrata a un vigilante y le deja el arma. Días después, le presentan a un empresario, Joao França. Se encontraron alguna vez esporádicamente y en uno de esos encuentros, Henrique pide a Joao que le consiga un arma, cosa que se pacta favorablemente sin mayores problemas.
En 10/2/1976 deciden los dos ir juntos a un club, se divierten en ese motel con dos chicas jugando con el revólver, al que habían retirado las balas, pero una se queda dentro, accidentalmente el arma dispara dando a Henrique. El caso va a juicio. El juez de la 6ª vara criminal de la comarca de Goiânia, Orimar Bastos, es la autoridad encargada de ese caso.
En un proceso penal, el juez tiene la labor de analizar las pruebas presentes en los autos, si encuentra indicios de autoría y materialidad, podrá absolver o condenar al reo.
Basado en las pruebas, Orimar empieza a redactar la sentencia. Cuando se encontraba en la tercera página escucha el reloj de pared que marcaba las nueve de la noche. Durante tres horas, Orimar escribe la sentencia en trance mediúmnico, no se acuerda de nada. Escribe en total cinco páginas más y la sorpresa es que no tenía ningún fallo de ortografía, mientras las páginas que escribió conscientemente tenían errores.
Al día siguiente, Chico Xavier necesita ir a la ciudad de Goiânia y, providencialmente, visita a la madre de Henrique, porque quería hablar sobre lo ocurrido con su hijo. La madre decide retirar el proceso jurídico, porque su hijo, a través del médium, le pide que perdone y olvide. La madre acepta los consejos del hijo y Joao França fue considerado inocente y perdonado por la familia.
Algo más tarde, Henrique se comunica y agradece a su madre el esfuerzo de atender a su pedido.
Tres meses después otro caso aconteció: dos adolescentes amigos, José Divino Nunes (16 años) y Mauricio Garcês Rodriguês (15 años), jugaban con un arma en la despensa de la casa de José. El arma disparó, causando la desencarnación del joven Mauricio. Los padres de éste aún siendo católicos, sumergidos en momentos de dolor y aflicción, buscaron el consuelo del médium Chico Xavier. Acudían cada dos meses a Uberaba, ciudad donde el médium realizaba la gran labor asistencial. En ese período recibieron pequeñas notas donde Mauricio decía que estaba recuperándose y que pronto les hablaría.
Dos años después del fatídico hecho, la familia continuaba deseando la punición del presunto criminal José, cuando llegó la carta psicografiada que relataba lo ocurrido por el propio Mauricio a sus padres. En dicha carta declaraba de forma irrefutable la inocencia del amigo José en el accidente. “José Divino no tiene culpa en ese caso. Jugábamos con la posibilidad de herir a alguien […].  El tiro me alcanzó, sin que la culpa fuera de mi amigo o mía.”
Los padres de Mauricio quedaron asombrados con el relato, la inmensidad de referencias y citaciones de familiares desencarnados años atrás y poco recordados por la familia, causó sorpresa, y sobre todo cuando identifican y reconocen la firma, exactamente igual que la de su DNI. El caso sale en las portadas de los periódicos y revistas de la época con títulos como: “¡La justicia del Más Allá!”

Sin embargo, el proceso judicial seguía su curso, la carta de Mauricio a sus padres se acepta como prueba de la inocencia de José, después de pasar un examen de pericia grafotécnica que reconocía la autenticidad de la firma del Espíritu Mauricio. En 16 de julio, casualmente es el mismo juez Orimar de Bastos quién recibe el caso para deliberación.

Después de los análisis, dicta sentencia a favor del joven José Divino que es absuelto. El juez lo justifica con la siguiente alegación: “ Tenemos que dar credibilidad a los mensajes, a pesar que en la justicia, todavía no haya pasado nada igual, en que la propia víctima, después de su muerte, viene a revelar y proveer datos al juez para sentencia. El mensaje absuelve de culpa al acusado, habla del juego con el arma y el disparo de ésta. Relaciona este hecho con las declaraciones hechas por el acusado. Veredicto: Se juzga improcedente la denuncia, siendo a la persona de José Divino absuelto de la acusación”.

Chico Xavier se encuentra algún tiempo después con el juez Orimar. En dicha cita el médium psicografíó una carta firmada por el juez Adalberto Pereira da Silva desencarnado mucho antes de que Orimar fuera juez, y citaba el nombre de otras 14 autoridades desencarnadas que actuaron en la región de Goyás, felicitándole por su trabajo eficaz y denominando el momento como una: “…palanca de luz, con el objetivo de la mejora de las relaciones de las personas, con vistas a revelar nuevos tiempos que van a traer las verdades simples de la vida.”

Todavía en otro auto, una carta del Más Allá serviría de prueba en un juicio. El tercer caso fue el de Joao de Deus que estaba en prisión preventiva por el presunto asesinato de su esposa, Gleidi Maria Dutra. En uno de sus permisos carcelarios va al encuentro de Chico Xavier y recibe una carta inesperada de su esposa, donde explica lo ocurrido y exculpa a Joao de Deus de cualquier responsabilidad en el hecho, clasificándolo de accidente. En junio de 1985 el reo Joao de Deus fue declarado inocente de matar a su esposa por 7 votos a 0.

Un cuarto caso más reciente es lo ocurrido en 2008: el promotor de Justicia Silvio Brandini, de Ourinhos, pidió un examen grafotécnico para confirmar la autenticidad de la firma del espíritu Paulo Roberto Pires, víctima de asesinato. Se encuentra en la carta psicografiada por el médium Rogério Leite en la que exculpa al reo Milton dos Santos de dicho crimen. El proceso judicial fue suspenso cuando la defensa presentó la carta psicografiada.

En el libro “Lealtad”, publicado por IDE, son presentadas las fases del proceso de Mauricio. Otros casos de comprobación de identidad de fallecidos, demostrando que el espíritu sobrevive después de la muerte pueden ser encontrados en el libro “La psicografía a la luz de la grafoscopia” del Dr. Carlos A. Perandréa, profesor de identificación datiloscópica y grafotécnica de la Universidad de Londrina- Brasil, publicado por la Editora Jornalística Fé.

Sin embargo, el Libro de los Espíritus de Allan Kardec, editado por CEI nos ofrece todo un sendero fiable y seguro al entendimiento del mundo espiritual, siendo lectura provechosa y enriquecedora para el que quiera introducirse en el conocimiento espírita.

Esos tres espíritus sirvieron a la verdad unidos por una misma causa: probar la existencia del espíritu, su individualidad después de la muerte y que la vida continúa en el Más Allá.

El caso Mauricio señalando un hito en la historia jurídico penal brasileña se quedará marcado para siempre en los archivos judiciales como el primer documento admitido en los autos de la justicia Terrena como comprobación de la firma de un Espíritu y que ocasionó la absolución de un reo.

Para los parientes de las víctimas la psicografía es un canal para minimizar la añoranza de sus seres amados que ya han vuelto al mundo espiritual, divulgando mensajes de esperanza y confort a los que permanecen encarnados. Un medio de demostrar la inocencia de una persona y hacer ver al hombre la supervivencia del Espíritu inmortal.

Esos hechos aquí narrados abrieron precedentes a una nueva visión dentro de la sociedad, cuando ésta admite ya el espíritu y que éste mantiene su conciencia después del desencarne, así como dentro del ámbito del derecho penal cuando acepta la veracidad de esa realidad como prueba judicial en el reconocimiento de la firma de un espíritu a través de cartas psicografiadas por médiums.







     Cláudia Bernardes de Carvalho
Centro Espírita “Entre el Cielo y la Tierra”

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