miércoles, 27 de abril de 2016

Ecología y Espiritismo


Ecología y Espiritismo

Considerando la Ecología, como la ciencia de las interrelaciones de todos los organismos entre sí mismos y su ambiente común, desde un punto de vista biológico, natural y material, su estudio junto al Espiritismo puede llevarnos a una comprensión más espiritual de los problemas actuales que son de su incumbencia.

El tema de la Ecología está, hoy en día, frecuentemente en los medios de comunicación debido al calentamiento global de la Tierra, la deforestación de los bosques, los problemas de acceso al agua potable, la contaminación del aire, del mar y de la tierra que se traslada a los alimentos, etc.

La Ecología, por sí sola, no puede movilizar todavía a dirigentes del mundo que acuerden tratados que nos lleven a un equilibrio homeostático planetario, donde cada individuo, familia o grupo social pueda convivir sin escasez de recursos con las mismas posibilidades de acceder a sus derechos fundamentales naturales. Será necesario además suplementarla con una transformación moral de los pueblos.

La Ecología es la ciencia que habla a la mente racional previniéndola del futuro próximo y la consecuencia de nuestros comportamientos respecto a la naturaleza y al medio ambiente. No es una ciencia exacta puesto que no te puede dar con precisión las consecuencias de nuestros actos, pero no por ello es menos científica e implacable. Podemos prever las próximas décadas en función de los abusos del presente y del pasado. Los esfuerzos a realizar para retornar lentamente el planeta a estados de conservación habitables y sostenibles no podrán recuperar aquello que fueron en el pasado, puesto que cuando una especie o ecosistema se extingue, su naturaleza material muere y desaparece.

Estudiando las Leyes Universales en los diferentes planos de manifestación intuimos por analogía que siempre las leyes materiales pertenecen o se incluyen dentro de leyes de naturaleza espiritual más amplia.

Las Leyes Universales se expresan en los diferentes planos de manifestación a través de leyes diferenciadas según su ámbito de aplicación hasta llegar al plano material donde podemos estudiarlas por analogía desde la observación científica, al igual que nos dice "El Libro de los Espíritus": "las leyes divinas se hallan inscritas en el libro de la Naturaleza, el hombre pudo conocerlas cuando ha querido buscarlas." ("El Libro de los Espíritus", preg. 626)

La Ecología bien podemos incluirla dentro de "la gran Ley de Unidad que preside toda la Creación" ("La Génesis", cap. I ítem 30, cap. III ítem 20, cap. X ítem 3, cap. XI ítem 23 y cap. XIV ítem 12). La Ecología estudia las interrelaciones materiales de todos los organismos entre sí, incluyendo sus ecosistemas, y la Ley de Unidad nos vincula en todos los niveles físicos y espirituales como seres, que en realidad somos uno con el Creador.

Si realmente fuéramos conscientes de la gran Ley de Unidad seríamos capaces de empatizar los unos con los otros, poniéndonos en el lugar del prójimo y sintiendo sus problemas como propios. Los países no explotarían a otros países, las sociedades no estarían divididas, los nacionalismos darían paso a un único nacionalismo para la humanidad terrestre y el futuro no estaría comprometido ni en peligro.

Basada en el estudio de la Ley de Causa y Efecto en el plano material, la Ecología nos adelanta el panorama que estamos preparando para nuestro futuro próximo. Considerando la Justicia Divina en su perfección, comprendemos como la Ley de Reencarnación nos hará retornar al plano físico terrestre las veces necesarias hasta que nos sintamos liberados de nuestra responsabilidad, también por los abusos cometidos contra la Naturaleza. No estamos deteriorando solamente el mundo para nuestros hijos o nietos, sino también para nosotros mismos.

Hoy en día la Ecología es una objeción de conciencia contra las principales tendencias que marca la sociedad. Todo tiene su grado de cordura y no hay que llegar a radicalismos excesivos que siempre son utópicos y carentes de sentido común. Es justo el sentido común el que tiene que guiarnos hacia la Ecología mediante el estudio de las interrelaciones materiales entre todos los seres vivos de la Tierra, mientras que es función del Espiritismo estudiar las mismas interrelaciones en su dimensión espiritual. Todo ello, nos permitirá un día asumir nuestras obligaciones como ser inteligente superior que ampara al ser inteligente inferior en base a la fraternidad universal que nos impulsa, al hombre de bien, "a amar primero a Dios, después a todas las criaturas y por último a uno mismo" ("El Evangelio según el Espiritismo" cap. XVII ítem 7).

La Fraternidad Universal, consecuencia de la Ley de Unión que rige toda la Creación, muestra el verdadero aspecto de la Ecología y tiene en el vegetarianismo su primera consecuencia como caridad entre especies, haciendo honor a las palabras: "Sed dulces y benévolos con todo lo que os sea inferior. Proceded igual con los seres más ínfimos de la Creación, y habréis obedecido a la Ley de Dios. San Vicente de Paúl ("El Libro de los Espíritus", preg. 888)

Podemos comprender ahora mejor las palabras de "La Génesis" cap. VII ítem 32: "El orgullo llevó al hombre a decir que todos los animales fueron creados para subvenir a sus necesidades y en su honor... ¿Cómo sostener tal tesis...?... esas especias tenían su razón de ser y su utilidad. Dios no pudo crearlas por un capricho de su voluntad y por el placer de luego aniquilarlas, ya que todas poseían instintos, el sentimiento del dolor y el bienestar. Entonces ¿qué finalidad pudieron haber tenido? Sin duda una finalidad soberanamente sabía a la que no estamos en condiciones de comprender aún. Tal vez un día se le permitirá al hombre conocerla para confundir su orgullo."

La Ecología toca el orgullo del hombre desde el primer momento marcándole los límites de donde está el abuso.

"El Libro de los Espíritus" nos habla de las consecuencias de abuso en varios apartados relacionados directamente con la ecología de tal forma que podemos decir que su rigor científico, nos puede ayudar a estudiar cómo "...La ley natural traza al hombre la frontera de sus necesidades. Cuando la traspone, es castigado mediante el sufrimiento." ("El Libro de los Espíritus" preg. 633)
Traspasar la frontera de las necesidades del hombre marca el comienzo del abuso y principio de todas las desigualdades discriminatorias. El planeta Tierra pudiendo producir todo lo necesario para la perfecta convivencia de todos sus criaturas es explotado por una pequeña minoría agotando sus innumerables recursos para "...satisfacer fantasías, ¿debe el hombre extrañarse de que no le quede nada para el día siguiente, y tiene razón de quejarse de estar desprovisto de todo cuando llegan tiempos de escasez? En verdad os digo, no es la Naturaleza la imprevisora, sino el hombre, que no sabe administrarse". "La tierra produciría siempre lo necesario si el hombre supiera contentarse con ello. Si la tierra no basta a todas sus necesidades es porque el hombre emplea en lo superfluo lo que podría destinar a lo necesario." ("El Libro de los Espíritus" preg. 705)

La mentalidad ecológica y el concepto de sostenibilidad ayudan al hombre a hacerse responsable respecto a la huella que deja en el medio ambiente, volviendo en lo posible a la vida sencilla, habilitándole para la renuncia y caridad con el medioambiente, apartándose del egoísmo desmesurado del consu-mismo.

El hombre ecológico ejercita la inteligencia en busca de soluciones sostenibles en temas como la energía, el autoabastecimiento, los cultivos biológicos, etc. Encuentra satisfacción en cada práctica ecológica que le acerca a la comprensión de la Naturaleza, a la vez que se siente más saludable disfrutando de las cuatro fuentes de bioenergía natural que proclama la medicina natural, la tierra con su magnetismo, el agua con su pureza, el aire con su vitalidad y el sol con su energía.

Hacia un mundo de regeneración

Sin ecología el tiempo en la Tierra se agota. La Tierra, o parte de ella, como hogar de luchas y experiencias, donde el espíritu evoluciona reencarnación tras reencarnación puede fallecer, en ecología este hecho se llama ecocidio.

Estamos en un momento en la historia evolutiva terrestre donde podemos discernir dos líneas divergentes completamente. Por un lado, está creciendo constantemente el número de conciencias que despiertan a la realidad espiritual y ecológica del planeta, y por otro la sociedad de consumismo continua extenuando los recursos del planeta, aumentando las diferencias sociales entre ricos y pobres, viviendo únicamente el presente con insuficientes acuerdos que contemplen el futuro.
Millones de conciencias en proceso de espiritualización se alinean en la actualidad entre estas dos líneas divergentes, sin abandonar todavía el lado consumista y egoísta de la sociedad. Mantienen sus preferencias político-territoriales y socio-económicas asociadas a su entorno por comodidad. Su despertar es lento debido a la turbación que produce el bombardeo incesante de la publicidad y los medios de comunicación, sustentados por las grandes corporaciones multinacionales que dominan materialmente los recursos del planeta y que no quieren dejar de hacerlo. Pero todo lo material tiene un fin en base a la Ley de Destrucción. Estas millones de conciencias caminan poco a poco hacia una mayor espiritualización que implacablemente conlleva el retorno a la sencillez, a la renuncia en favor de prójimo, tanto en esta generación como para las generaciones futuras, despertando el pensamiento ecológico a la vez que el espiritual.

La Tierra, mundo actualmente de expiación y pruebas, camina firmemente hacia su transformación en mundo de regeneración gracias al despertar de la Humanidad. Ineludiblemente este camino irá adqui-riendo cada vez mayor tinte ecológico. Sin ecología no hay futuro para la vida material, sin vida material no hay reencarnación y sin reencarnación no hay progreso espiritual y llega el estancamiento que activa la Ley de Destrucción, con sus catástrofes, para la renovación de las cosas. Catástrofes que ya son predichas por la misma ecología que puede llegar a evitarlas.

José Ignacio Modamio
Centro Espírita "Entre el Cielo y la Tierra"

lunes, 21 de marzo de 2016

La Felicidad


La Felicidad

Vivimos incesantemente en busca de la felicidad pero constantemente se nos escapa. A veces pensamos que la alcanzamos en determinados momentos pero estos nos duran muy poco. Su búsqueda es el impulso personal del individuo que desarrolla las sociedades en cada época de la historia, como consecuencia del instinto de progreso. La búsqueda de cubrir las necesidades es al instinto de conservación como la búsqueda de la felicidad es al instinto de progreso. El instinto de progreso no actúa con fuerza sin antes haber cubierto las necesidades del instinto de conservación, por ello, sin las necesidades primarias cubiertas, no podemos ser felices.

Una vez vislumbramos momentáneamente la felicidad, esta se nos escapa en seguida porque la felicidad absoluta no es de este mundo (1) y sin embargo, el hombre, "... en las vicisitudes que forman el cortejo inevitable de su vida, podría gozar, por lo menos, de una felicidad relativa ..." (2).
Comprendiendo que "la felicidad de los Espíritus es siempre proporcional a su grado de elevación" (3) o lo que es lo mismo: "...el estado de dolor, así como el de felicidad, son proporcionales al grado de depuración del Espíritu" (4), podemos concluir efectivamente que si bien la felicidad absoluta únicamente está al alcance de los espíritus puros que han alcanzado el más alto estado de elevación, el resto de espíritus, con grado variable de imperfecciones, disponen siempre de la felicidad relativa a su estado moral. Tenemos por tanto que centrarnos en alcanzar en cada momento la mayor dosis de felicidad relativa que tengamos accesible en nuestro estado de elevación, así como trabajar por aumentar nuestra moralidad de forma que aumentemos consecuentemente el rango de felicidad relativa accesible por nosotros.


Desarrollo moral aumenta la felicidad relativa

El estudio de "El Libro de los Espíritus" y "El Evangelio según el Espiritismo" nos dan la clave para alcanzar la felicidad mediante el desarrollo moral:

Nos indican donde no hay que buscar la felicidad: "...ni la fortuna, ni el poder, ni tan siquiera la florida juventud, son condiciones esenciales de la dicha" (1).

Nos hablan de instaurar la Paz en nuestras vidas puesto que la discordia es el origen de todos los males entre los hombres: "Todos los males de los humanos nacen de la discordia. En cambio, de la concordia resulta la felicidad completa." (5)

Nos permiten comprender que superando nuestras pruebas de la vida aumentamos nuestra percepción de la felicidad, haciéndonos más felices, puesto que esta, al ser relativa: "... la sentimos por comparación con un estado menos venturoso" (6). Cuando somos conscientes del camino realizado que dejamos atrás, una increíble sensación de satisfacción nos inunda debido al trabajo realizado.
Nos dan la fórmula de la felicidad, a través del cumplimiento de la Ley Natural: "La ley natural es la ley de Dios. Es la única verdadera para la felicidad del hombre. Le indica lo que debe hacer o no hacer, y sólo es desdichado porque de ella se aparta" (7).

Todo abuso de cualquier tipo nos aparta de la Ley Natural y consecuentemente implica una reparación dolorosa a través de la Ley de Causa y Efecto. Los pequeños abusos que escapan todavía al examen crítico de nuestra conciencia son origen de muchas infelicidades que nos asedian hoy en día. Los mayores abusos que realizamos hoy nos originarán grandes pesares mañana. La conciencia limpia se adquiere con amor, renuncia y compresión de las leyes naturales para un pensar, sentir, hablar y actuar lo más recto posible.

De esta forma, tomar conciencia y actuar a favor de los necesitados del mundo, de nuestro barrio, por la ecología o el sufrimiento en cualquier ser, por pequeño que sea, siempre va ir a favor de la Ley de Amor, Justicia y Caridad y por tanto nos reportará una satisfacción medible en términos de felicidad, gracias a conseguir una conciencia más limpia que conlleva una mayor paz y fe en el porvenir. Todo ello de acuerdo con las siguientes afirmaciones:

- "la persona sensible, como dices, es siempre feliz por el bien que realiza... La Naturaleza ha puesto en el hombre la necesidad de amar y ser amado" (8);
- "La suma de la felicidad futura está en razón de la suma del bien que se haya realizado" (9);
- "el amor y la justicia, que son la fuente del bien y de la felicidad" (10);
- "Sed buenos y caritativos, esta es la llave de los cielos que tenéis en vuestras manos, toda la felicidad eterna está encerrada en esta máxima (11).

De todas las leyes que nos impulsan hacia la felicidad, la mayor de todas es la Ley de Amor, Justicia y Caridad, puesto que "De esa ley derivan todas las otras, porque contiene todas las condiciones de la felicidad humana" (12). Además su aplicación es de utilidad esencial en nuestra vida puesto que "los efectos de la ley de amor son el mejoramiento moral de la raza humana y la felicidad durante la vida terrestre (13).

Dicha ley es la base de la doctrina que nos enseñó Jesús para ponernos en camino de la felicidad eterna, puesto que: "Toda la moral de Jesús se resume en la caridad y en la humildad, es decir, en las dos virtudes contrarias al egoísmo y al orgullo. En todas sus enseñanzas, manifiesta que estas virtudes son el camino de la eterna felicidad"(14).


Vivir felices (psicología del día a día)

Ninguno de nosotros partimos de cero en el aspecto moral. Todos tenemos pequeños avances que nos pueden permitir, en este momento, disfrutar de la felicidad relativa a la que tenemos acceso. Normalmente no somos conscientes de que podemos afrontar nuestra vida desde un lado más feliz que va a modificar sensiblemente nuestra experiencia para bien.
Considerando que somos responsables de nuestros infortunios, también somos responsables de nuestra dicha y por tanto somos libres merecedores de disfrutar de la felicidad relativa a la que tengamos acceso, puesto que del hombre “… depende suavizar sus males y ser tan dichoso cómo es posible en este mundo” (15).

Para ello debemos estudiar la ciencia de la felicidad. Técnicamente la felicidad es un estado emocional que supone satisfacción personal, sentimientos y emociones positivas.

La sensación de felicidad, al pertenecer al plano emocional, se ve directamente influenciada por nuestros pensamientos, puesto que el pensamiento dirige a las emociones. Dejamos de estar felices en el momento en que empezamos a pensar en algo negativo, debido a que inmediatamente nuestra mente reacciona con preocupación, tensión, ansiedad, etc., estados todos ellos emocionales incompatibles con la felicidad. Por todo ello, si queremos acceder a un estado de felicidad relativa, debemos controlar nuestros pensamientos y con ellos podamos crear el hábito de la felicidad. Cuida tus ideas, tus sentimientos, tu lenguaje y tus decisiones porque ellos te modelan día a día, de forma lenta pero profunda.

La felicidad es un hábito, como lo son el optimismo, el saber compartir, o bien, el pesimismo, la falta de fe o la mala educación. Dicho hábito establece el filtro a través del cual vemos la realidad que nos sucede diariamente, por lo cual únicamente veremos cosas que nos hagan felices a nuestro alrededor si poseemos el hábito de ser felices. De otra forma los momentos de felicidad que consigamos serán tan efímeros que sólo podremos vivirlos en determinados instantes segmentados.

La forma en que vemos la vida define nuestros pensamientos que a su vez determinan la forma en que vemos la vida. Es ahí donde tenemos que entrar con la conciencia y empezar a dirigir nuestro destino.

Una vez cubiertas nuestras necesidades básicas, la felicidad depende mínimamente de circunstancias externas y superficiales. La felicidad nace de dentro, de la autoestima, de la fe, de la ilusión, de la seguridad, de la paz, etc., y tiene que alimentarse día a día como el amor y la salud.

Estudios estadísticos realizados sobre la felicidad muestran que tan sólo el 10% de nuestra felicidad depende de las circunstancias externas. Se atribuye el 50% de nuestra felicidad a la predisposición genética, y el otro 40% a nuestra psique, en otras palabras, a nuestra forma de pensar o hábito de la felicidad.

Por el lado de la genética, hay que considerar que hoy en día no se puede separar de la epigenética (factores no genéticos que modifican la actividad de la genética), puesto que se demuestra que la propia experiencia del individuo marca el comportamiento de su material genético activando o desactivando determinados genes que marcarán su futuro. Se demuestra por este lado nuevamente que la forma en que vivimos nuestra experiencia, a través del filtro de nuestros hábitos, marcan por partida doble nuestro destino. Somos por tanto los máximos responsables de nuestra felicidad.
El ser humano está predispuesto naturalmente hacia el amor, la salud y la felicidad. La felicidad y la salud surgen naturalmente cuando carecemos de conflictos. Ante un conflicto el cuerpo se estresa y abandona el equilibrio momentáneamente en busca de optimizar las funciones e impulsos de supervivencia. Detiene incluso determinados procesos curativos para no gastar energías que supone necesarias. Ante un conflicto surgen las emociones básicas como la tristeza, miedo, preocupación, asco o ira, posponiendo la alegría y la felicidad para después de su resolución. Si vivimos con alguna de estas cuatro primeras emociones no podremos ser felices. Son necesarias puntualmente en nuestra vida pero sus conflictos necesitan ser solucionados para que vuelvan a surgir la alegría y la felicidad.
¿Cuántas veces nos hemos sorprendido cantando de alegría sin ningún motivo? ¿Cuántas veces mostramos felicidad en momentos donde no había razón lógica para ello? La razón es que no necesitamos un motivo o una razón lógica o externa para mostrar felicidad. La felicidad brota espontáneamente ante la ausencia de conflictos, es decir ante la paz y la armonía.

Pero la armonía para ser completa debe cubrir multitud de factores:
- Armonía corporal (buen funcionamiento, salud)
- Armonía afectiva (salud mental, paz, autoestima, felicidad)
- Armonía intelectual (equilibrio entre conocimiento, experiencia y sabiduría)
- Armonía personal (equilibrio, madurez, desarrollo...)
- Armonía familiar (Amor, convivencia, paz...)
- Armonía social (convivencia, justicia, paz...)
- Armonía moral (principios, valores, honestidad, responsabilidad...)
- Armonía espiritual (fe, transcendencia...)

Si nos damos cuenta, cada uno de estos aspectos requieren de actitud y trabajo por nuestra parte. No hay armonía gratuita salvo la del Universo que se escapa a nuestra comprensión y radio de acción. Incluso la armonía de la Tierra es interrumpida por el hombre debido al abuso y a la carencia de sostenibilidad.

¿Y qué ocurre si no tenemos ningún conflicto que nos haga infeliz? Muchas veces tenemos el hábito de buscar conflictos. Tenemos interiorizado que la felicidad viene de fuera y la mente, en respuesta, repasa minuciosamente aquellas cosas que cree que nos faltan para ser felices. Esto crea conflictos puesto que no siempre tenemos acceso a esas cosas. Viaja al pasado para recoger información y nos proyecta al futuro para darnos expectativas pero el caso es no detenerse en el presente, salvo para preocuparse. La preocupación es un estado incompatible con la armonía y por tanto con la felicidad. Debemos ocuparnos de los problemas pero no pre-ocuparnos cuando, en esos momentos, no es de ayuda.

José Ignacio Modamio
Centro Espírita "Entre el Cielo y la Tierra"

Referencias:
1.  "El Evangelio según el Espiritismo”, cap. V, ítem 20
2.  "El Evangelio según el Espiritismo”, cap. V, ítem 23
3.  “El Libro de los Espíritus“, preg. 967
4.  “El Libro de los Espíritus“, preg. 1004
5.  “El Libro de los Espíritus“, preg. 298
6.  “El Libro de los Espíritus“, preg. 394
7.  “El Libro de los Espíritus“, preg. 614
8.  “El Libro de los Espíritus“, preg. 938
9.  “El Libro de los Espíritus“, preg. 987 
10.“El Libro de los Espíritus“, preg. 1018
11."El Evangelio según el Espiritismo”, cap. XI ítem 12
12.“El Libro de los Espíritus“, Conclusión IV
13."El Evangelio según el Espiritismo”, cap. XI ítem 9
14."El Evangelio según el Espiritismo”, cap. XV ítem 3
15.“El Libro de los Espíritus“, preg. 920 

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La humildad


La humildad

La humildad es el carisma que nos hace comprender nuestra propia esencia. Nunca sabemos tanto sobre las cosas como nos pensamos, nunca dominamos tanto un tema para sentirnos ofendidos si nos corrigen con fundamento, nunca estamos en posesión absoluta de ninguna verdad, ni tenemos todos los matices de la sabiduría, ni hemos subido todos los escalones que todavía nos aguardan en la escala de Jacob, verdadera metáfora bíblica sobre el crecimiento espiritual a través de los diferentes planos de la existencia cósmica. ¡Qué pequeños somos! ¡A qué tanta irritación por nuestra parte! “Padre, ¡perdónalos porque no saben lo que se hacen!”, nos ha llegado como tradición tal consigna dicha por Jesús de Galilea, momentos antes de su muerte. Y es cierto, ¡qué equivocados que estamos y cuánta soberbia nos domina el corazón, nos impregna el alma y nos envilece el espíritu; el sentimiento!

Nos enseñan los espíritus constantemente que somos apenas ápices en esta andadura celestial, seres pobres de espíritu que todavía buscan alcanzar la verdadera libertad, la verdadera conciencia de su existencia. Pobre de nosotros, tan atados como estamos a las ligaduras que nos ciegan y nos impiden ver más allá de la materia.

“Sólo sé que no sé nada”, y no decía cualquier cosa el frontispicio del templo de Delfos. ¿Hay algún alegato más sensato de lo que es la humildad? La humildad es constructiva, busca crecimiento, no quedarse estática. La humildad es fuerza para acatar y continuar, ilusión para persistir, grandeza para asimilar. La humildad no es pobreza de espíritu, ni tibieza del alma, qué equivocadas aquellas teorías que pregonan la rabia por encima del amor.

Hay planos superiores en donde todos los seres están hermanados y entre todos se apoyan y todos aprenden de todos, porque no hay más ciego que el que cree que con saber datos ya sabe algo. En la Edad Media en algunas vidrieras de las catedrales e iglesias principales se podía ver la figura de gigantes del pasado, con los nuevos estudiosos subidos a sus hombros; puesto que todo es un continuo construir con lo ya avanzado, nadie hace nada desde la nada. Pues bien, esta sublime idea en dichos planos es captada en toda su grandeza y puesta de manifiesto en todo su esplendor. Porque aprenden a amarse, a compartir. A saber hacer válido al que sabe menos en una cuestión técnica, siendo henchido su corazón de bendiciones y de sabiduría auténtica; que es aquella que trae consigo la felicidad y el reconfortamiento interior; no la vacua pesadumbre que en nuestro plano parecen acarrear aquellos a quienes los comités y las academias condecoran como sabios. Pobres sabios que sufren y anhelan un título en su despacho, muchas veces más, que una sincera contribución para el bien común y la humanidad.

Premio Nobel de medicina, año 1906: premio compartido entre Golgi y Ramón y Cajal por sus investigaciones en las comunicaciones interneuronales.

Auditorio pleno. Golgi propone la “comunicación reticular”, las neurona están unidas entre sí como un ovillo de lana. Cajal una teoría mucho más avanzada y compleja pero a la vez más original, es decir: que entre las neuronas existe un salto de información de las unas a las otras (no estando por tanto unidas); estamos por tanto ante el nacimiento de la neurociencia, pues el sabio aragonés intuyó genialmente la existencia de los neurotransmisores. Por consiguiente, la historia le daría la razón a él, en detrimento de Golgi, descubridor de otras importantes actividades biológicas, pero errado en dicha teoría.

Al salir al estrado y exponer el discurso que cada premiado ha de dar, Golgi defendió su premio frente a la teoría de Cajal. Se consideraba único merecedor de dicho galardón.
El sabio aragonés, al intervenir, en lugar de defender su teoría, o vanagloriarse, alabó durante todo su discurso la importante labor científica del profesor italiano.

He aquí una grandeza de espíritu, que con escasos medios logró uno de los hallazgos más relevantes de la ciencia biológica de los últimos tiempos. Y que a su vez era sabio de verdad, porque en su humildad halló la fuerza para un continuo avance y construcción, en pro del bien de la humanidad.
Por tanto, ¿algo más inútil que el ego?

El aprendizaje es algo propio y de crecimiento personal, para el bien común, para compartir y ampliar el grado de vibración de la atmósfera que nos envuelve en nuestras relaciones. No para inútilmente jactarse de una posición, de la que sin nuestro entorno, nunca hubiéramos podido desarrollar. Por tanto devolvamos al mundo parte de lo que él nos ha dado, pues somos una simbiosis de lo que nos rodea.
Jesús Gutiérrez Lucas 



sábado, 19 de marzo de 2016

La escalera hacia la obsesión



La escalera hacia la obsesión

El proceso de la obsesión observa grados, así como las enfermedades del cuerpo; pueden desarrollarse gradualmente o avanzar rápidamente en un grado determinado.

Para alcanzar el desequilibrio en la víctima, el obsesor se va acoplando, sintonizando y ajustándose poco a poco, en función de los desajustes y disturbios emocionales del “obsesado”. Son las “actitudes mutuamente asumidas”, como escribe Wallace Leal Rodríguez, en el prefacio que hace para el libro de Allan Kardec, “La Obsesión”.

Diversos grados o peldaños en los procesos obsesivos:

La contrariedad

Cuando una persona observa que algo o alguien no se comporta, piensa, reacciona o se expresa a su gusto, su contrariedad es notoria. El orgullo se manifiesta claramente en actitudes extremistas o de descalificación hacia los demás. Es en esos momentos, que nuestros hermanos inferiores, encuentran el medio o el “caldo de cultivo”, para sintonizar e influenciar a su futura “víctima”.

El enfado

Es la suma de contrariedades que, si antes se concentraba en distintos puntos, ahora se amplía al lugar de trabajo, al círculo de amistades o parientes.
La víctima cree que la razón está de su parte y piensa: “son los demás los que se equivocan.” La persona queda impregnada de esas bajas vibraciones, que le son enviadas constantemente, apoyadas por las entidades que planean “instalarse”.

De la irritación 

Por el enfado creado, los nervios comienzan a hacerle pasar malos momentos. El individuo nervioso, va perdiendo el control. Sus actos, palabras y actitudes pueden llegar a ser ofensivas, agresivas y coléricas. Se sienten humillados, tal vez, amenazados por los demás, algo que los obsesores incitan en la víctima. Su comportamiento comienza  a ser “extraño”.

El malhumor

Permaneciendo cada vez más en sintonía con el obsesor, la persona se siente malhumorada, irritada y contrariada. La continúa afinidad de bajo tenor vibratorio hace que el individuo “conecte” de continuo con sus perseguidores y aumente, aún más, su extraño estado, queriendo aparecer como “víctima” delante de los que son las víctimas reales, todos los que le rodean. El obsesado se queja de que “no le hacen caso” o no “le prestan oídos” etc. Al más mínimo llamamiento a la razón, el individuo explota con ira, que ellos aumentan desde el plano invisible.

El pesimismo

El obsesado jamás es optimista. Busca constantemente la negatividad que, en condiciones actuales de vida, halla sin dificultades. Le molesta el optimismo en los demás. Se vuelve receloso y desconfiado. Crece su estado de inseguridad y vive mentalmente situaciones y diálogos que nunca ocurren. El “no”, siempre está presente en su mente, y aquellos que le hostigan, le refuerzan sin compasión, aquello que él no controla, ni se esfuerza en superar.

La frustración

La frustración es un grado más en la escalera del obsesado. Sus verdugos van controlando, cada vez más un campo abonado. El frustrado revive, una y otra vez, todas sus frustraciones, viviendo en un círculo cerrado, que le convierte en un resentido, triste y, muchas veces, en un amargado.
Crece en él sentimientos negativos: envidia, celos y angustia.

La angustia

Está en uno de los mayores estadios. El estado de ansiedad le atormenta. Siente una gran angustia, que se convierte, en desesperación. Poco a poco, el individuo va perdiendo el sentido de la realidad. Su capacidad de juicio, va esfumándose. Y el obsesado se convierte en presa fácil, para aquellos que aún, no tienen o no quieren tener conciencia del bien. En esos momentos delicados y graves, él  casi nunca tiene capacidad de reaccionar por sí mismo; su mundo se va empequeñeciendo, a medida que va creciendo la influencia de “ellos, los invisibles”, para convertirlo en víctima entregada. La persona está imantada con sus perseguidores o verdugos, que harán todo lo posible por estrechar los lazos de afinidad; no dejaran que su víctima escape; de ahí a la subyugación hay un paso.

Es en ese momento cuando la víctima debe reaccionar o aceptar la ayuda que le venga del exterior; sea de los Amigos Invisibles o visibles. Su voluntad será su mejor aliada y, desde el momento que sea consciente del problema, de la  gravedad del problema, podrá ponerse a trabajar en su propia recuperación. La oración, el pensamiento elevado, la conducta positiva y el firme deseo de romper los lazos que le unen a sus verdugos, serán las mejores “armas” para luchar.

Una vez que existe conciencia de lo que está ocurriendo y hay conocimiento de la causa de sus padecimientos, será más fácil romper el yugo y comenzar a luchar por la “liberación”. Pero siempre hay que tener mucha confianza en Dios, en los buenos espíritus, en uno mismo y, tener la mente y el corazón volcados hacia el bien: esa es la mejor cura. Cuando se pone en práctica, los verdugos intentan un ataque mayor y feroz, pero  la “víctima”, está cambiando de tono vibratorio y con su voluntad está sintonizando con los que le quieren bien y, de esa forma le resultará más fácil romper el yugo. Saldrá de la misma frecuencia ¡Sólo basta querer, para poder! Y se puede.
No nos ha de faltar la ayuda del plano espiritual elevado y de luz.

Isabel Porras



martes, 8 de marzo de 2016

Amor, perdón, cura y autocura - entrevista con Andrei Moreira




Amor, perdón, cura y autocura - entrevista con Andrei Moreira

- Dr. Andrei, ¿qué es la salud, la enfermedad, la cura y la autocura en la concepción médico-espírita?

La salud es entendida como el reflejo del equilibrio del ser en relación a las leyes divinas. En la visión espírita el hombre es un ser inmortal, alguien que preexiste a la vida física, que sobrevive al fenómeno biológico de la muerte y, a lo largo del proceso evolutivo, a través de la reencarnación, va creciendo, desarrollándose en dirección a Dios. La salud del cuerpo físico es un reflejo del nivel de equilibrio de ese espíritu en el proceso evolutivo ante el amor, lo bello y el bien. Entonces, la enfermedad es una señal interior de reequilíbrio, invitando al ser a reconectarse  con el amor y con la fuente. Es un mensaje generado en lo más profundo de la realidad espiritual del ser y que se refleja en el cuerpo físico como una invitación a la reconexión con el amor, al desarrollo del autoamor y del amor al prójimo. En esa visión, la salud y la enfermedad son construcciones del propio hombre y nadie es víctima de nada, sino de sí mismo, de sus propias decisiones, de sus propias elecciones, de aquello que decide y determina en su vida. Por lo tanto, toda cura es también un fenómeno de autocura, porque para que ella se instale definitivamente, es necesario que haya no sólamente un alivio de los síntomas y una resolución del proceso biológico en el cuerpo físico, sino también una reformulación moral del pensamiento, del sentimiento y de la acción, haciendo que el ser sea transformado en profundidad, en consonáncia con la ley divina, es decir, más en sintonía con la ley del amor.

- ¿El amor es, entonces, el camino para la cura?

El amor es el gran medicamento, es la gran finalidad de la existencia. En verdad, caminamos en dirección a Dios como el "hijo pródigo" de la parábola de Jesús, reconectando nuestra relación con el Padre y retornando hacia la casa de Dios, que, en verdad, está dentro de nuestro propio corazón, donde Dios está. Poco a poco, vamos haciéndolo, descubriendo nuestras virtudes, la grandeza íntima que hay dentro de nosotros, todo aquello que Dios nos dio como posibilidad evolutiva y que puede realizarnos plenamente. En ese contexto, el amor representa el movimiento medicinal por excelencia, como movimiento de respeto, de valorización, de inclusión y de conside-ración. Él nos trata las enfermedades del alma, que son orgullo, egoísmo, vanidad, prepoténcia, arrogancia y nos coloca en sintonía con la fuente, que es Dios, auxiliándonos a reconectarnos  con el Padre. Desarrollar el amor es el camino más rápido, fácil y eficaz para la cura del alma y del cuerpo.

- En los seminarios, usted presenta también el perdón como el camino para la salud integral. 

Sí, el perdón es condición esencial para la salud. Sin el perdón, no hay paz interior, no hay salud ni física, ni emocional. Shakespeare decía que no perdonar o guardar rencor es cómo beber veneno deseando que el otro muera. El veneno actúa en aquel que lo guarda, que lo cultiva dentro de sí. Y el rencor actúa dentro de nosotros en semejanza a una planta que, una vez cuidada, cultivada, va creciendo, creando raíces, da flores, frutos y se multiplica. Y nosotros terminamos enredados en una serie de dolores emocionales, sin que ni sepamos, a veces, donde  comenzó todo, porque vamos guardando las cosas dentro de nosotros, sin trabajar, sin dialogar, sin metabolizar emocionalmente aquello que estamos sintiendo, vivenciando. Cuando nos damos cuenta, la situación está en una cuestión muy profunda y muy grave.

Para que tengamos paz, es necesario que abracemos el perdón como un proyecto. El perdón es una decisión por la paz, que se traduce en actitudes para el establecimiento de dicha paz, en la compren-sión de las cuestiones emocionales, de nuestras características personales, de las circunstancias que envuelven el acto agresor y de la responsabilidad y co-responsabilidad nuestra en el proceso. Él se produce como un proceso, porque no se da de la noche a la mañana. Él se construye a lo largo del tiempo y a través de actitudes sucesivas de búsqueda de esa metabolización emocional que, muchas veces, necesita de un acompañamiento terapéutico profesional, a través de un psicólogo que haga ese tratamiento íntimo y nos ayúde a encontrar nuestras respuestas, sentidos y significados más profundos.

El perdón pasa también por la acogida y aceptación de nuestra humanidad y de la humanidad del otro, sobre todo, en la superación de los traumas, porque sólo aceptando la condición fundamental del ser humano, de estar en un proceso continuo de error y acierto, es que la gente se da cuenta de convivir con los equivocaciones del otro que nos hiere e incluso con nuestros mismos. Naturalmente, nosotros sólo hacemos por el otro aquello que hacemos por nosotros. Entonces, tan sólo conseguimos aceptar la humanidad del otro cuando aceptamos nuestra propia humanidad, cuando acogemos en nosotros nuestra capacidad de errar y recomenzar, abrazando el auto-amor como una propuesta de vida. El autoamor es hijo de la humildad, una de las representaciones magníficas del amor divino, aquella decisión interna de acogernos, de tratarnos con ternura, compasión y con la benevolencia que nosotros necesitamos, aunque con la firmeza necesaria para domar nuestras pasiones y renovarnos de nuestros defectos que juzguemos necesarios. Entonces, el perdón es una actitud de conquista de ese estado de paz interior, a través de la comprensión de las circunstancias que nos envuelven y de la decisión por el amor.

- En la actualidad, es muy importante el número de personas adictas a anti-depressivos, ansiolíticos, bebidas, etc. ¿Qué podría decir a esas personas?

Toda dependencia es una búsqueda de aplacar el vacío interior a través de cosas externas. Pero ese vacío interior, que todos nosotros tenemos, sólo es aplacado por la presencia del autoamor. El vacío es un vacío de amor, pero ese amor que nos falta no es el amor que viene del otro, es el amor que viene de dentro, es el amor que la gente puede darse. Entonces, para el tratamiento y la profilaxia de cualquiera proceso de dependencia, es importante enseñar a las personas a valorarse, a gustarse y respetarse. Estableciendo relaciones familiares honestas donde las personas dialoguen, conversen, estén atentas unas a las otras y compartan sus emociones, mostrándose, no de forma idealizada, sino de forma honesta, real, enseñando cada uno a ver, en todos nosotros, luz y sombra, belleza y fealdad, cosas positivas y negativas. Nosotros necesitamos aprender a acoger esos dos lados, aprendiendo a transformar aquello que no amamos en nosotros y a valorar y desarrollar aquello que hay de bueno, de positivo.

La depresión pasa por la no aceptación de la vida. Hay un mensaje subliminal en el depresivo que es: "como no tengo la vida que deseo, no acepto la vida que tengo". Hay también un mensaje de la arrogancia, de prepotencia de creer que, hiriendo a sí mismo, hiere a la propia sociedad, hiere al mundo. Muchas veces, por detrás de la depresión, hay culpas y procesos autopunitivos profundos, en virtud de la ausencia de la humildad, sin permitirse aceptar la vida como es y recomenzar cuántas veces sean necesarias para alcanzar la felicidad.

En el tratamiento de la depresión, es importante tratar la cuestión del desarrollo de la aceptación de la vida, del sometimiento activo a Dios. Eso significa "aceptar la vida tal como es, pero haciendo todo lo posible para alcanzar aquello que se desea", sin abandonar el placer de vivir, sin entrar en aquella tristeza patológica, aquella tristeza excesiva que se configura como estado depresivo.

Los antidepresivos son muy útiles cuando están bien indicados durante un correcto período, pero no pueden convertirse en un muleta, no son la píldora de la felicidad, no pueden ser la fuente que nos da la realización íntima, que aplaca nuestro dolor. Nosotros tenemos, hoy, en nuestra sociedad, una medicación excesiva, un uso abusivo de medicamentos, porque no aprendemos a lidiar con naturalidad con nuestras emociones. El miedo, la tristeza, la rabia, la alegría son emociones básicas, y nosotros tenemos que aprender a lidiar con ellas. Cuando no lidiamos de forma natural con ellas enferman transformándose en rencor, en pánico, en euforia o en depresión.

En nuestra sociedad, observamos que hay un exceso de medicación de las emociones naturales. Tan pronto la persona se encuentra triste, enseguida toma un antidepresivo o un ansiolítico para evitar trabajar su ansiedad o su tristeza. Pero la ansiedad y la tristeza son situaciones naturales de la vida, que hasta un determinado nivel son muy positivas y que nos hablan mucho acerca de nosotros mismos. Es importante que el autoconocimiento guíe el proceso, para que entendamos lo que está sucediendo en nuestra alma y en nuestra vida. Marta Medeiros habla, de una forma muy bella, que la tristeza es el cuarto profundo donde la gente analiza su vida. Y eso es lo que nosotros tenemos que aprender: a estudiar nuestras emociones, nuestras características, para retirar de ellas enseñanzas preciosas acerca de nosotros mismos y del prójimo y, con eso, nos hagamos mejores personas.

- ¿El suicidio puede ser visto como una enfermedad del alma?

El suicidio es un acto de desesperación en que el sujeto intenta matar el dolor que hay en él y que, muchas veces, envuelve a la familia y a otros en una situación de dolor aún mayor que aquella que era el dolor original. Por eso, también es una manifestación de egoísmo. Nosotros debemos evitar el suicidio en nuestra sociedad, estableciendo la acogida del dolor emocional de las personas, a través de servicios competentes en que las personas puedan ser escuchadas, oídas, acogidas y donde puedan ser bien orientadas a través de un acompañamiento terapéutico con profesionales competentes, que puedan ayudarnos a metabolizar los dolores y las dificultades que vivimos. Necesitamos, sobre todo, de una enseñanza moral que nos de base y subsidio para entender quienes somos, lo que vinimos a hacer y hacia donde vamos. Una base moral que nos suministre elementos de estímulo al desarrollo de las virtudes que son potencias del alma y verdaderos profilápticos contra el suicidio.

En la visión espírita, el suicidio es un acto muy infeliz, porque el individuo se reconoce vivo en el otro lado de la vida, matando solamente el cuerpo físico. Y aquel dolor original, además de no quedar resuelto, es aumentado por la circunstancia del acto agresor a la propia vida. Ese es un derecho que ninguno de nosotros tiene. Solamente a Dios compete dar y retirar la vida. Entonces, delante de aquel que cometió el suicidio, nosotros debemos actuar con compasión y misericordia, enviándole nuestras plegarias. Las oraciones sinceras de aquellos que les aman o incluso de aquellos que tienen buena voluntad y desean auxiliarles llegan hasta el corazón de aquellos que están en sufrimiento en el otro lado de la vida como verdaderos bálsamos, alivios y medicamentos que suavizan su sufrimiento y los auxilian a proseguir. Como la vida es eterna, cada uno tendrá la oportunidad de renovarse, de recomenzar, aunque teniendo que lidiar con los resultados infelizes que, a veces, son sufrimientos innecesarios de esos actos de desesperación.

- En la educación de los hijos, ¿qué podríamos decir, sobre todo a los padres que tienen dificultad en imponer límites, en decir no a sus hijos, con graves consecuencias a veces? 

Nosotros sabemos que, hoy, es muy difícil para las familias aprender a colocar límites, porque vivimos procesos educativos que dan mucha liberalidad a los jóvenes, sin el proceso educacional que los enseñe a usar la libertad con responsabilidad. Entonces, los padres, como educadores morales, no pueden eludir su papel. Deben utilizar varios instrumentos, buscar ayuda profesional si fuera necesario. Necesitan ser, aquellos que buscan todos los recursos y medios para suministrar al individuo el elemento educacional, que viene, sobre todo, por el ejemplo, porque los adolescentes aprenden mucho más viendo lo que sus padres hacen, que escuchándo lo que sus padres dicen. El ejemplo de la familia es extremadamente importante en el proceso educacional.

- Incluso, con internet, ¿no es así? Hay juegos de internet que habría que limitar también...


Juegos viciantes, agresivos, que desarrollan la agresividad en el individuo y que, muchas veces, alienan al individuo de la vida de relación. Nosotros hemos visto adolescentes viciados en juegos de internet que no priorizan la relación con el prójimo, el estar fuera de casa, el convivir. Con eso, acaban haciéndose adultos cerrados, reprimidos y con dificultades de establecer lazos afetivos profundos. Aunque, todos los instrumentos de la vida son positivos, también tienen que ser moderados. Los padres tienen que limitar el uso de Internet, consesuar un acuerdo con sus hijos. No actuar simplemente de forma autoritaria, si no establecer acuerdos para los procesos educativos que lleven al joven a relacionarse con el deporte, con la sociabilización, con la educación moral, con las actividades sociales y con la responsabilización con el bien hacia sus semejantes. El joven puede ser dirigido hacia actividades voluntarias, caritativas, que son extremadamente educadoras y hacen al joven conocer otras realidades, vislumbrar otras perspectivas y, muchas veces, resignificar la propia vida y el propio contexto. Es deber de los padres establecer los límites y las reglas de la convivencia sin abandonar ese derecho y obligación moral que ellos tienen.

- ¿Puede hablarnos de su libro “Cura y autocura”?


"Cura y Autocura, una visión médico-espírita", es una publicación de la AME editora, el órgano editorial de Asociación Médico-Espírita de Minas Generales, y trata la salud y la enfermedad dentro de la visión espírita. Son 16 capítulos, tratando diversos aspectos como, por ejemplo, el perdón como camino de cura, la caridad como instrumento de cura, la acción del pensamiento en la salud y en la enfermedad, las curas de Jesús, la salud y la enfermedad en la visión espírita, terapéutica médico-espírita, así como el terapeuta como sanador y otros asuntos, con la presentación de casos, de trabajos prácticos, y también en ese sentido, sobre todo el amor y el auto-amor como caminos de encuentro del ser consigo mismo y de cura del cuerpo y del alma.

- Para finalizar, deje un mensaje de Navidad para nuestros lectores.

El mensaje de Navidad que os dejo es que todos nosotros aprendamos a reconocer en Jesus al guía y modelo de nuestras vidas. Él es la síntesis del amor universal, es el gran representante de la ética transpesonal del amor, de lo bello y del bien. Nosotros tenemos que entender que su mensaje no es un mensaje religioso para ser vivido en las iglesias, en los centros, en los cultos, sino es un mensaje para todo día, para todo y cualquier instante y lugar. Es un mensaje de transformación y renovación del alma, de reconexión con el Padre, con el Creador dentro de nosotros, de ligarnos con la fuente del eterno bien y de lo bello que hay dentro de nosotros. Las virtudes predicadas y vividas por Cristo son la gran referencia de vida para que nosotros conquistemos un patrón de comportamiento que sea superior y ejemplar, que vuelva pacificas nuestras almas y realice a nuestros espíritus. Debe ser un mensaje que esté sobretodo más en la práctica antes que en nuestros labios. Este mensaje tiene que estar en nuestras acciones, siendo esfuerzo y vivencia del día a día. Es la fuerza que puede renovar y transformar nuestra sociedad.

Dr. Andrei Moreira
Médico de familia integrante de 
un equipo del PSF en BH/MG
Presidente de la Asociación Médico-Espírita de MG


martes, 1 de marzo de 2016

El espírita como elemento educativo (y educable)


El espírita como elemento educativo (y educable)

Sabemos que el Espiritismo es una propuesta de educación universal: del ser intelectual, social y espiritual… Por lo mismo, no podemos configurar una educación integral si no existe en paralelo una autoeducación propia. El espírita que piense que por asistir a un centro o leer a Kardec, etc., está preparado para las labores de divulgación, se equivoca. No basta: nuestro compromiso espiritual nos exige (antes que nada) la labor constante de autoedificación personal… y, para esto, la teoría no es aval suficiente.

No queremos decir que cada cual no pueda hablar y dialogar sobre Espiritismo cuando lo sienta y toque: con amigos, familia y/o gente interesada en general, desde su posición y adquisiciones culturales propias, sean cuales sean (puesto que el Espiritismo no es elitista en cuanto a capacidades intelectuales), pero si lo hacemos con sensatez y sabiduría interior, mejor que mejor… Si esto que decimos es vital en un ámbito más discreto, no hablemos cuando, además, decidimos acometer empresas de más envergadura: como publicaciones, hablar de cara al público, puestos de responsabilidad, etc, etc… entonces sí que debemos reforzar aún más el proceso de autoeducación. Ojo: no estamos hablando de cultura (aunque esta siempre será un hándicap), sino de educación íntima… esto incluye principalmente las habilidades sociales básicas.

Lanzándonos al exterior, sin remodelación personal previa, dominados por un exceso de celo o emoción (ya sea por lo mucho que nos ha calado ciertas lecturas o por lo que, en lo personal, admiremos a tal o cual figura pública), podemos ser más un obstáculo que un referente positivo. Y de hecho, esto ocurre.

Por lógica, pero sobre todo por prudencia, antes, no debemos obviar elementos imprescindibles para incorporar en nuestras intervenciones: como la mesura, el tacto, capacidad de escucha, la imparcialidad, etc. Con las prisas o por falta de reflexión, podemos dejar atrás estas cosas que, no lo olvidemos, van hablar mucho más alto (aunque no lo percibamos) que aquello propiamente espírita de lo que estemos tratando, por interesante que sea. Si descuidamos aspectos de actitud correcta, imparcialidad y enriquecimiento íntimo, de cara a la galería podemos pasar por poco más que unos nuevos iluminados.

Se percibe con nitidez el espírita que hablando de Espiritismo pretende antes que nada ilustrar, abrir un proceso de diálogo nutritivo (consolar, si tal es el momento), de aquel otro cuyo interés es convencer y/o adoctrinar. Esto es un hecho.

Las habilidades sociales, la asertividad, la autoestima, el pensamiento positivo, resolución de conflictos, etc., son aspectos educa-cionales hoy cada vez más deman-dados en contextos diversos como la escuela, la empresa, la intervención comunitaria, etc. A los espíritas nos vendría muy bien incorporar estos recursos en nuestra trayectoria personal (charlas, talleres, lectura especializada, etc.), a la vez que serviría para optimizar la labor del centro espírita y también de puertas afuera para resultar más creíbles.

El aprendizaje de destrezas sociales e interpersonales serían un refuerzo valioso para el comunicador espírita (sea cual sea su nivel cultural), a la vez que enriquecería  la organi-zación propia del colectivo espírita, aportándonos habilidades y fortalezas que facilitarían la creación de estrategias comunicativas, integración de propuestas organizativas, etc…, y esto no solo favorecería a nivel espírita, sino también en el ámbito familiar y personal.

El espírita consciente no solo debe prepararse en el aspecto teórico, pues si no lo hace a nivel autopersonal, carecerá de la renovación imprescindible que se espera de nosotros, y haría mejor no hacerse portavoz de ninguna escuela de crecimiento como es el Espiritismo. Debemos ser sensatos, honestos y valientes en cuanto a nuestros puntos flacos, recono-cerlos y trabajarlos; no dejarlos ahí disimulados con una cobertura de conocimiento doctrinario, entre otras cosas porque están ahí… (y se nota).

No es tanto lo que estamos diciendo (por elevado que sea), sino como lo estamos diciendo.

Pensamos que en el ámbito actual de nuestra coyuntura sociocultural, hay en el movimiento espírita necesidad de una revisión de patrones internos… Si deseamos ser creíbles, es indispensable desembarazarnos de modelos impostados que, en las últimas décadas, se nos han ido adhiriendo poco a poco (pero que no son oriundos del Espiritismo), pero sobre todo, el espírita precisa exteriorizarse de otra manera: más racional, y al mismo tiempo, más natural y cercana.

Hay tantas formas de acercar el mensaje espírita a los demás, como maneras de hacer que se alejen en cuanto abrimos la boca…

Esto es muy importante, yo diría que imprescindible para el espírita actual y los diversos contextos educativos formales e informales en los que nos movemos. No es necesario esperar que lo proponga un orador de renombre o que un autor desencarnado lo refleje en una comunicación para saber que (por lógica), es positiva, saludable y necesaria esa remodelación educativa íntima y, dentro de esta, las maneras que tenemos de llegar a los demás.

Juan Manuel Rúiz


miércoles, 24 de febrero de 2016

Donación de órganos, un acto noble y meritorio

Donación de órganos, un acto noble y meritorio

Los progresos de la medicina tienen protección espiritual, no cabe  duda, ya que  están acompañados por espíritus benefactores, que aportan remedios  en el tratamiento de las enfermedades, propiciando su cura o aliviando en la medida de lo posible el dolor que estas causan.

Entre los grandes avances de la medicina, en el intento de suavizar los sufrimientos físicos de los hombres, uno de los que se han mostrado más eficaces es el de los trasplantes de órganos.
Nosotros, que tenemos conocimientos espíritas,  no deberíamos ser reacios  a este tema, ni sentir miedo o aversión.

Después de la muerte física, los lazos energéticos que unían el espíritu al cuerpo material van deshaciéndose gradualmente. Sin embargo,  una vez iniciado el proceso, es imposible para el espíritu volver a “reencarnar” en el mismo cuerpo. Entonces, los órganos del cuerpo ya no sirven para nada.

Siendo las donaciones de órganos un acto de amor, se entiende que el donador ya tiene cierto  desapego de la materia, en cuyo caso, no  debería sufrir ninguna impresión negativa con la retirada de algún órgano suyo.

De esta manera, el sufrimiento no será nada más que una pequeña impresión o, tal vez, una repercusión energética. Generalmente no pasa de un sufrimiento moral, pero cada caso es diferente.
Hay que considerar además, el constante amor de Dios hacia todos sus hijos. En caso de donación, cuando sucede una muerte reciente, el donante tiene  un merecimiento adicional, fruto de la utilidad del  desprendimiento de su organismo físico, el cual, en caso contrario, terminaría volviendo a la tierra o reduciendose a cenizas.

Joanna de Ángelis nos habla sobre el cuerpo humano en los siguientes términos:
“Gran préstamo divino, es el instrumento de la evolución espiritual en la Tierra. Por ahora sirve también de laboratorio de experiencias por las cuales los constructores de la vida, hace milenios, vienen desenvolviendo posibilidades superiores para culminar un resultado todavía más refinado y sano”.

La palabra préstamo deja patente que el hombre,  no es dueño del cuerpo que utiliza en la Tierra, solo es,  un inquilino temporal de este, por lo tanto, podemos afirmar que el altruismo de las donaciones de órganos para trasplantes tienen su razón de ser y su jus-tificación.

La donación de órganos, por tanto, presupone un desprendimiento de los bienes terrenos, específi-camente del cuerpo físico, del cual el hombre no pasa de ser un usuario eventual.

Así pues, donar órganos es  un acto de amor con la finalidad de beneficiar a los demás, por lo tanto, solo traerá beneficios para quien lo realice.

La ley Divina de Acción y Reacción,  también beneficiará al donante, ya que no solo el beneficiado con la donación, sino su espíritu guía, sus parientes, amigos y el propio equipo médico del trasplante estarán dirigiendo hacia él vibraciones positivas en oraciones de gratitud. Para el donante desencarnado eso es una bendición incomparable.

Si en esa etapa terrena hay la oportunidad de una última acción de amor al prójimo, ¿por qué no invertir en esta acción que traerá tanto beneficio para nuestro Espíritu?

Naturalmente no donar órganos es un derecho pleno de cada individuo. Pero la verdad es que quien dona demuestra un avance considerable en su progreso moral que le beneficiara espiritualmente.
No hay duda, el hombre ha de procurar al hombre, ha de velar por el bien propio y por el de los demás. Hoy la ciencia nos da la posibilidad de dar vida incluso física, después de la muerte.
Seamos generosos, por tanto, y comprome-támonos por la felicidad de los demás.
Anímate por tanto y anima también a los demás a que sean donantes ya que tú eres la esperanza de otros seres humanos.

Dónate hasta el extremo. En vida entrega tu tiempo, tu amistad, tus conocimientos, tu afecto, tu amor, tu persona, da todo de ti a los demás. A aquellos que tiene sed de amor, llénalos; y al desencarnar sigue dándote a los demás en un acto de profunda gene-rosidad entregando los órganos de tu cuerpo que harán que otros encuentren la alegría y vivan en carne propia los frutos maravillosos del amor.

 Cielo Gallego 
Centro Espírita "Entre el Cielo y la Tierra"

sábado, 20 de febrero de 2016

La extraordinaria mediumnidad de Eileen J. Garrett (1893-1970)

La extraordinaria mediumnidad de Eileen J. Garrett (1893-1970)

Nacida en Beauparc (Escocia), ha sido una de las médiums más respetadas del siglo XX. Sus contri-buciones a la investigación, y a los fenómenos desarrollados a través de su mediumnidad siguen siendo incon-mensurables.

Desde muy temprana edad su vida estuvo marcada por la tragedia. Sus padres Anthony y Ana se suicidaron cuando era niña y fue adoptada por sus tíos.  En su niñez sentía a su alrededor personas, animales y plantas, incluso diversas formas de luz y energía. Tenía amigos imaginarios, a los que llamaba “hijos” y comentaba que para verlos no se desplazaba a otro lugar determinado.
Desde muy joven sintió la presencia de la muerte a través de varias experiencias y comprendió que había algo “más” en la vida que la forma física y que este “más” se separa del cuerpo en el momento de la muerte.

A los 15 años, debido a la tuberculosis y otras enfermedades respiratorias a las que con frecuencia se enfrentaba, abandonó Irlanda buscando un clima más suave en Inglaterra. Más tarde conoció a un señor llamado Clive que empezó a visitarla. Se casó con él y durante su breve matrimonio tuvo tres hijos, los cuales murieron a temprana edad. Después  y eventualmente,  nació Eileen, y su salud se fue deteriorando. Luego se recuperó, y su matrimonio terminó en divorcio.
Durante la Primera Guerra Mundial colaboró con un albergue para soldados convalecientes y fue cuando conoció durante ese periodo a su segundo marido, un joven oficial que fue llamado inmediatamente al frente. El presentimiento de que este matrimonio sería de corta duración se confirmó cuando más tarde la comunicaron que había desaparecido en combate y que había sido muerto en Ypres.

Nuevamente cayó enferma y mientras se recuperaba, se hizo amiga de un joven atrayendo su atención con quien se casó finalmente. Fue en esa época cuando comenzó a investigar psíquicamente. Como sensitiva era muy consciente de los estados de ánimo y sentimientos de las personas. Como investigadora psíquica reconoció la necesidad de realizar con mente abierta los fenómenos. Como autora, conferenciante y editora, trató de compartir sus ideas y experiencias con el público.
Cierto día, durante una sesión de "raps", a través de la mesa, empezó a quedarse dormida y cuando despertó, descubrió que los familiares muertos de las personas que estaban en la sala se habían comunicado a través de ella. Un caballero que estaba presente, familiarizado con el fenómeno de la mediumnidad, explicó a la joven lo que le había sucedido.

A pesar de las advertencias de su marido para que no asistiese a ningún tipo de reuniones, buscó el consejo del Sr. Hubnli quien se ocupó de guiar a Eileen para que comprendiese lo que estaba sucediendo. La mediumnidad de la señora Eileen había llegado a su momento más álgido, pero el miedo, la mala salud y la ruptura de su matrimonio retrasó su desarrollo. A pesar de ello, conoció y buscó el consejo personal del parapsicólogo James  Hewat McKenzie, fundador del Colegio Británico de Ciencia Psíquica. Y fue, que bajo su cuidada orientación su mediumnidad se engrandeció. El Sr. McKenzie y su esposa Bárbara, eran muy conscientes de la necesidad de que la mediumnidad se extendiese más allá de los mensajes de los espíritus. Reconociendo así que la mediumnidad podría proporcionar una herramienta mediante la cual el investigador podría profundizar en las diversas dimensiones y niveles de percepción de la conciencia. El Sr. McKenzie fue probablemente la más poderosa influencia sobre Eileen J. Garrett. Ella continuó estudiando y desarrollando su mediumnidad en el Colegio Británico hasta la muerte de Hewat McKenzie el 20 de agosto de 1929.
A partir de este momento decidió visitar los Estados Unidos, para buscar ayuda en la comunidad científica. Contactó con muchos científicos y parapsicólogos académicos, sometiéndose a una intensa experimentación fisiológica y psicológica, con la esperanza de que dichas pruebas podrían arrojar algo más de luz sobre los procesos de la mediumnidad y del psiquismo. Con Hereward Carrigton, uno de los principales investigadores en ese periodo, tuvo décadas dedicadas a las investigaciones psíquicas, con un énfasis especial en los diversos fenómenos de la mediumnidad. 
Cuando la Segunda Guerra Mundial estalló en Europa, ella se encontraba en Francia trabajando con los niños y los refugiados. Allí permaneció hasta final de 1940, hasta que comprendió espontáneamente que debía partir y buscar otro trabajo. Muy milagro-samente, llegó a Lisboa y encontró un pasaje en un barco de refugiados con destino a Nueva York.

Su vida tomó un rumbo definitivo. A los pocos, meses de su llegada a Nueva York, fundó la revista mensual "Mañana" dedicada a temas literarios y públicos. Más tarde también inició la firma editorial "Edad Press".

No obstante, su mayor logro fue la constitución de la Fundación Parapsicológica Inc. en la ciudad de Nueva York en 1951. Su honestidad y perspicacia para los negocios ayudó a esta fundación a ser una de las más respetadas, publicando varias revistas, boletines e informes, bajo la supervisión de la Sra. Garrett. Desde el otoño de 1952 se editaron las revistas "Mañana", "Parapsicología monográficas", "Revista Internacional de Parapsicología", "Parapsicología Review" y "Parapsi-cología revisión", que se publicaron de manera continua, hasta que se suspendieron hace tan solo unos años. Destacando que la Fundación Parapsicología acogió veintiocho conferencias inter-nacionales anuales sobre parapsicología y ciencias afines.

Retornando a la mediumnidad de Eileen J. Garrett, diremos que ella recibía en trance las comunicaciones de un soldado árabe del siglo XIV llamado Uvani, quien expresó su interés en ayudar a probar la supervivencia, y que en adelante él iba a servirla de guía, al tiempo que controlaría su mediumnidad. También a Abdul Latif, un médico persa del Siglo XVII que se ocupó principalmente de la curación. Y hablando muy rara vez y en cuestiones más filosóficas y espirituales se manifestaban Tahotah y Ramá.

Una de sus comunicaciones más memorables, como médium, fue el caso del dirigible británico R101 que se estrelló en Beauvais (Francia), el 5 de octubre de 1930. Nandor Fodor, Doctorado en Derecho por la Real Húngara Universidad de Ciencias de Budapest, parapsicólogo y psicoanalista, considerado como de  las máximas autoridades de la época, comentó acerca de este suceso lo siguiente: ”En una sesión en el Laboratorio Nacional de Investigación Psíquica el 7 de octubre de 1930, dos días después de la explosión del R101, el teniente de vuelo HC Irwin, capitán de la aeronave, de repente a través de la mediumnidad de la señora Garrett, anunció su presencia y dio a los  oyentes cuenta altamente técnica de cómo se estrelló la aeronave. El relato fue tomado en taquigrafía y una copia fue presentada al Ministerio del Aire. De acuerdo con la opinión de los expertos, una serie de obser-vaciones en el mensaje se anotó en cada detalle,  con lo que se encontró después en el curso de la investigación oficial. EF Spanner, el arquitecto naval bien conocido y el ingeniero marino, llegaron a las mismas conclusiones en su libro "La Tragedia de la R101".

A pesar de la gran cantidad de información y de la evidencia de la supervivencia, que llegó a través de ella, nunca estaba bastante convencida de que su mediumnidad provenía de una fuente independiente. Una actitud que hacía que su facultad fuese maravillosa. Siempre se destacó su búsqueda para obtener más información acerca de los secretos de la conciencia de la mente y de su relación con el organismo físico.

Publicó varios libros, y de ellos destacamos: "Aventuras en el Supernormal", "Telepatía", "Conciencia", "El sentido y sinsentido de la Profecía", "La vida es el Sanador", y "Muchas Voces".
En el prólogo de “La autobiografía de un médium” en 1.968 escribió:

“Tengo un regalo, una capacidad – un engaño, si se quiere – que se llama psíquico. No me importa cómo se pueda llamar, para vivir y utilizar esta capacidad psíquica. Hace mucho que me he acostumbrado a una variedad de calificativos, que van desde expresiones casi de reverencia, a través de la duda y la piedad, para abrir reproches. En resumen, me han llamado muchas cosas, desde una charlatana a una mujer milagro que soy, al menos, ninguno de estos”.

Para Eileen J. Garrett, la mediumnidad no era un “romper hacia abajo de la personalidad”, sino un estado de plenitud. Ella consideraba sabiamente, que la comunicación con el “otro mundo” bien puede convertirse en un sustituto de la vida en este mundo. Entendiendo que este mundo, en el que vivimos, tiene prioridad en esta existencia ya que es el núcleo de la ética mediúmnica.”

Eileenn J. Garrett murió el 15 de septiembre de 1970, en Niza (Francia), tras un periodo de deterioro de  su salud.


Juan Miguel Fernández Muñoz



miércoles, 9 de diciembre de 2015

X Aniversario y Proyecto Obras Espíritas Españolas de El Ángel de Bien


X Aniversario y Proyecto Obras Espíritas Españolas de El Ángel de Bien

Con  motivo de nuestros diez años de trabajo, queremos premiar vuestra fidelidad. Para ello, hemos decidido regalar obras espíritas españolas a nuestros suscriptores.

Como bien es sabido por todos, España fue una de las primeras potencias del movimiento espírita desde sus comienzos y hasta la guerra civil española, donde se vio prohibido y perseguido. Por ello entendemos que es deber de todo buen espírita reconocer el trabajo y dedicación que los primeros espiritistas hicieron para la divulgación del espiritismo en nuestro país y que en la actualidad es casi desconocido. A finales del siglo XIX y principios del XX surgieron un sinfín de obras científicas, literarias y mediúmnicas, hoy perdidas la inmensa mayoría y que nosotros hemos podido recuperar con gran esfuerzo. Por ello, es nuestro deber compartirlas con vosotros para que todos podamos tener la oportunidad de leerlas, estudiarlas y analizarlas, contribuyendo al progreso del Espiritismo y de nosotros, los espíritas.

A partir del 2016, ya que cumplimos diez años de edición trimestral ininterrumpida, regalaremos con la suscripción anual una de estas obras que datan desde 1860 – 1936 de autores espíritas españoles. Comenzamos así el proyecto “Obras Espíritas Españolas del Ángel del Bien”, una colección que año tras año irá tomando forma y que todo espírita debería conservar en su biblioteca particular o en la de su centro espírita. Para aquellos que directamente quieran el libro o bien más cantidad del mismo, daremos la opción de compra, destinando el cien por cien de lo recaudado para la edición de nuevas obras, divulgación del Ángel del Bien y ayuda a personas necesitadas.

Os recordamos que la suscripción anual tiene un valor de diez euros y que da derecho a recibir cuatro números, uno por trimestre, del Ángel del Bien en el domicilio y además un ejemplar de la obra seleccionada por nuestra redacción.

¡No te lo pierdas! ¡Suscríbete!

Información: 

Email: elangeldelbien.espirita@gmail.com 

Nace la Federación Madrileña de Espiritismo


Es para nosotros una inmensa alegría presentaros la Federación Madrileña de Espiritismo.

Desde el 15 de Noviembre de 2009, Grupos Espíritas de la Comunidad de Madrid, nos reunimos con carácter trimestral para trabajar juntos por la unificación y divulgación del movimiento espírita madrileño.

Con la ayuda y el esfuerzo de todos los que formamos parte de los “Grupos Espíritas de la Comunidad de Madrid” se han ido creando diversas áreas de trabajo como son la Bibliotecas Espíritas Unificadas de la Comunidad de Madrid (BEUCAM), un servicio de préstamo de libros entre las bibliotecas de los centros espíritas y el Rincón Solidario, el área de obra social para la ayuda a personas necesitadas a través de cestas básicas de comida u otras ayudas.

Tras seis años de trabajo ininterrumpido, de amistad, de unión y cariño, nos hemos visto en la necesidad de dar un soporte legal a estas reuniones y a las áreas creadas, especialmente al Rincón Solidario, por lo que decidimos por unanimidad dar un paso más y formalizar nuestro compromiso creando la Federación Madrileña de Espiritismo.

En la actualidad la Federación está compuesta por los siguientes centros espíritas:
Centro de Estudios y Divulgación Espírita (C.E.yD.E.)
Centro Espírita Mensajeros de la Luz (C.E.M.E.L.)
Asociación Espírita Francisco de Asís de la Sierra
Centro Espírita León Denís (C.E.L.D.)
Centro Espírita Alborada Nueva
Centro Espírita Entre el Cielo y la Tierra.

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jueves, 27 de agosto de 2015

Fluidos espirituales y salud





Fluidos espirituales y salud


En anteriores artículos estudiamos cómo el incumplimiento de las Leyes Naturales es la causa de todas las enfermedades. Considerando que el pensamiento se encuentra en el origen de toda acción consciente o inconsciente, antes incluso de llevarla a cabo en cualquiera de los planos de manifestación (pensamiento, palabra o acción), podemos decir, por tanto, que el pensamiento es el causante último de dicho incumplimiento y por tanto el causante de todas las enfermedades. Vamos a estudiar el papel de los fluidos espirituales creados por la mente, desde una visión electromagnética, al servicio de nuestra salud.

El pensamiento, fluido material

El pensamiento es la capacidad creadora del Espíritu cuyas creaciones, los pensamientos, están formados por verdadera materia mental ponderable, producto de la condensación del fluido cósmico universal, lejos todavía de nuestros medios de medición pero no por ello carentes de naturaleza material procedente de la aglutinación en verdaderas partículas del principio material o fluido cósmico universal.

Según André Luiz, la "materia mental, tiene su ponderabilidad y sus propiedades químico-electro-magnéticas específicas, definiéndose en unidades perfectamente mensurables, tal como sucede en el sistema periódico de los elementos químicos, en el plano terrestre" (1).

Dualidad onda-corpúsculo del pensamiento

Nos dice André Luiz, en el libro "Mecanismos de la Mediumnidad", que la materia mental, compuesta de partículas mentales, sigue leyes análogas a las estudiadas en la física molecular y en la física electromagnética, pero adecuadas evidentemente al correspondiente plano de manifestación. La materia mental, al igual que las partículas más elementales del plano físico, se caracteriza por la propiedad dual de la materia denominada "dualidad onda-corpúsculo".

Como partícula, la materia mental, "aunque en aspectos fundamentalmente distintos, obedece a principios idénticos a aquellos que rigen las asociaciones atómicas en la esfera física" (2).
Como onda, el pensamiento es el "flujo energético del campo espiritual..., desde los rayos superultracortos, en que se expresan las legiones angélicas,... pasando por las oscilaciones cortas, medias o largas en que se exterioriza la mente humana, hasta las ondas fragmentarias de los animales, cuya vida psíquica, todavía en germen, solamente arroja de sí determinados pensamientos o rayos discontinuos" (2).

Inducción mental

El fluido mental, análogamente a la corriente eléctrica, posee el fenómeno de la inducción, "el proceso a través del cual un cuerpo que tenga propiedades electromagnéticas puede transmitirlas a otro cuerpo sin contacto visible". Por ello, "en el reino de los poderes mentales la inducción expresa el proceso idéntico, por cuanto la corriente mental es susceptible de reproducir sus propias peculiaridades en otra corriente mental que sintonice con ella. Y tanto en la electricidad como en el mentalismo, el fenómeno obedece a la conjugación de ondas, mientras dura la sustentación del flujo energético."(2).

La inducción mental es el mecanismo por el cual el pensamiento imprime sus propiedades peculiares en el resto de fluidos mentales con los que sintonice.

Interacción de pensamiento sobre los fluidos

Sin embargo los fluidos mentales, no solamente pueden modificar otros fluidos mentales, también pueden modificar otros fluidos espirituales más mate-riales intermediarios con el plano físico, puesto que los espíritus "mediante el pensamiento, imprimen a esos fluidos tal o cual dirección, los unen, combinan o dispersan; forman conjuntos con determinada apariencia, forma o color; cambian las propiedades de los mismos como el químico las de un gas o de otros cuerpos, combinándolos de acuerdo a ciertas leyes" (3). "Esos fluidos son el vehículo del pensamiento y éste puede modificar sus propiedades,... cualidades buenas o malas de los pensamientos que los ponen en vibración modificados por la pureza o impureza de los sentimientos. Los malos pensamientos corrompen a los fluidos espirituales, como los miasmas deletéreos corrompen el aire respirable. (4)
El fenómeno de la inducción magnética nos ayuda a entender cómo el pensamiento interacciona en el exterior, en la superficie y en el interior de nuestro periespíritu.

Interacción del pensamiento sobre el mundo exterior

El pensamiento actúa sobre nuestro mundo exterior transformando las propiedades de los fluidos que nos rodean según el patrón vibratorio que nos caracterice. Según André Luiz, "el pensamiento, fuerza viva y actuante,... Emitido por nosotros, regresa inevitablemente a nosotros mismos... De ahí la necesidad imperiosa de que nos situemos en los ideales más nobles y en los propósitos más puros de la vida, porque las energías atraen energías de la misma naturaleza y, cuando nos estacionamos en el vicio o en la sombra, las fuerzas mentales que exteriorizamos, vuelven a nuestro espíritu, reanimadas e intensificadas por los elementos que con ellas se armonizan..., convirtiendo nuestra alma en un mundo cerrado en el que las voces y las escenas de nuestros propios pensamientos, aumentados por las sugestiones de aquellos que se afinan con nosotros en nuestra vibración, nos imponen reiteradas alucinaciones, anulando temporalmente los sentidos sutiles" (5).

Interacción del pensamiento sobre la envoltura  periespiritual

El pensamiento también se manifiesta a través de los tejidos de fuerza que delimitan el periespíritu dándole color y limosidad, consecuencia de la radiación sinérgica del conjunto de células en unión con la mente.

"El pensamiento crea imágenes fluídicas, éstas se reflejan en la envoltura periespiritual como en un espejo" (6)

Esta influencia del pensamiento muestra como en una pantalla, las imágenes íntimas originadas en la mente, creando lo que se denomina ideoplastía. Podemos comprender entonces cómo a través de esta "... coraza vibratoria... ...somos observados y examinados por las inteligencias Superiores, sentidos y reconocidos por nuestros seres afines y temidos y hostilizados, o amados y auxiliados por los hermanos que marchan en un grado inferior al nuestro." 

"Por la conformación y estructura sutil de esa túnica electromagnética que reviste al hombre, circula el pensamiento dándole colorido con sus vibraciones e imágenes que son su expresión y con las que exhibe, de primera mano, las inquietudes y los cuadros que improvisa antes de irradiarlos con el rumbo y la meta que les fija" (7).

Interacción del pensamiento sobre el periespíritu

Y por último, el pensamiento también actúa en el interior del periespíritu modificando las propiedades de "las fuerzas que aseguran el equilibrio orgánico, a través de ondas todavía inabordables a la investigación humana, ondas que vitalizan los centros periespirituales, donde se localizan las llamadas glándulas endocrinas que, a su vez, emiten recursos que garantizan la estabilidad en el campo celular." (8).

Con ello podemos entender mejor las palabras de Kardec: "Estos fluidos actúan sobre el periespíritu y éste sobre el organismo material con el cual se halla en contacto molecular. Si los efluvios son de naturaleza buena, el cuerpo recibirá una impresión saludable; si son malos, la sensación será desagradable. Si los malos son permanentes y enérgicos, podrán ocasionar desórdenes físicos..." (9).

Toxinas

Siguiendo la analogía utilizada entre materia física y materia mental, denominaremos toxinas fluídicas a aquellos residuos mentales tóxicos consecuencia de pensamientos desequilibrados que afectan a nuestros cuerpos sutiles, donde imprimen sus propiedades degeneradoras, afectando todo nuestro psicosoma (periespíritu), desarmonizándonos los centros de fuerza y consecuentemente el metabolismo energético celular fundamental para el buen funcionamiento de todos los órganos.
André Luiz nos dice al respecto: "Del mismo modo que el cuerpo físico puede ingerir alimentos venenosos que intoxiquen sus tejidos, también el organismo periespiritual puede absorber elementos degradantes que le corroen los centros de fuerza, con reflejos sobre las células materiales" (10).
Continuando con la analogía entre fluidos espirituales y campos electromagnéticos, podemos comprender que las toxinas fluídicas directamente entorpecen de alguna forma ciertos parámetros cuantificables dentro del trabajo de dichos centros de fuerza que de forma análoga, como hipótesis, podemos estudiar siguiendo los principios del electromagnetismo.

Analogía eléctrica de los centros de fuerza y origen de las enfermedades

Los centros de fuerza son verdaderos transformadores de energías fluídicas donde se producen diversos fenómenos de emisión y recepción de energías. Recepción mediante la condensación de energías externas de determinado tenor vibratorio en corrientes internas adecuadas a la fisiología espiritual del centro de fuerza afín en cuanto a patrón vibratorio. Y emisión de energías, como una serie de dinamos (generadores de corrientes fluídicas) a partir del motor de nuestra mente, sentimientos y voluntad.

Los parámetros por analogía podrían hipotéticamente asimilarse a las magnitudes: intensidad y potencial (voltaje) de electricidad, cuando hablamos de corrientes fluídicas a través las vías sutiles del periespíritu; carga y polaridad, cuando hablamos de acumulación de energías en los órganos periespirituales; así como magnitudes de frecuencia y modulación de una onda electromagnética, cuando hablamos de fluidos espirituales que nos influencian.

En función de la cuantificación alta o baja de estos parámetros, podemos definir distintos estados anómalos de los centros de fuerza:

- Hiperdinamia (11) o hipertensión (11b): Estado sobreexcitado o alto potencial de corriente asociado a una velocidad de rotación alta del centro de fuerza con posible percepción de sensación de calor por el médium sensitivo.
- Adinamia (11) o hipotensión (11b): Estado desactivado o bajo potencial de corriente asociado a una velocidad de rotación baja con posible percepción de sensación de frío.
- Arritmia (12): Estado de desarmonía propio de bajas frecuencias de vibración en analogía a modulaciones de onda muy limitadas en cuanto a riqueza de armónicos, ritmos y formas. Causa de la desarmonía celular que descontrola el código genético produciendo mutaciones, activaciones o desactivaciones del material genético, predisponiéndonos para padecer la enfermedad reparadora de origen genético.

La alteración de la circulación de los fluidos en su trayecto a través de los órganos periespirituales normalmente deja a unos órganos en estado de sobrecarga interrumpiendo o ralentizando la circulación fluídica, dejando a otros órganos en estado de debilitamiento por falta de alimento vital. Estos dos estados energéticos de los órganos son los siguientes:

- Estado de debilitamiento por escasez de fluidos por falta de circulación y por tanto de nutrición de las células y órganos periespirituales, con posible sensación de sequedad o vacío.
- Estado de sobreexcitación o sobrecarga por acumulación de fluidos con posible percepción de sensación de humedad, congestión o malestar por parte del médium.

Estado de debilitamiento

Las consecuencias del debilitamiento de un órgano conllevan normalmente una disfunción equivalente en el órgano correspondiente en el plano físico, exigiendo al resto del cuerpo un esfuerzo de adaptación para suplir o complementar sus funciones.

Una consecuencia normal en el órgano debilitado es la acumulación de toxinas por falta de energía necesaria para su eliminación hasta llegar a la crisis donde aparece la inflamación como primera medida del cuerpo físico para ayudar a la eliminación.

Considerando que el cuerpo físico actúa como un filtro para la depuración del periespíritu, lógico es pensar que, por afinidad, tanto las toxinas físicas como los virus o bacterias, se asocien íntimamente con las toxinas espirituales de forma que su eliminación conjunta del cuerpo físico conlleve tanto la sanación del cuerpo físico como del periespíritu en gran parte de los dolencias.

Considerando las palabras de André Luiz que nos cuenta: "Si tenemos la nube de bacterias producidas por el cuerpo del paciente, tenemos la nube de larvas (toxinas) mentales producidas por la mente enferma, en identidad de circunstancias." (13) entendemos nuevamente que las toxinas de ambos planos interactúan favoreciendo la proliferación de la enfermedad o incluso el contagio.

En el plano físico, las toxinas espirituales, producentes de la mente, y las toxinas físicas, procedentes de los abusos materiales (alimentación, excesos), serían el causante directo de la mala calidad de nuestro terreno humoral, entorpeciendo la homeostasis celular, causa principal de la predisposición a sufrir enfermedades, como bien reconoció Pasteur, en su lecho de muerte, a Claude Bernard con la ya famosa frase: “el microbio no es nada, el terreno lo es todo”.

De esta forma explicaríamos como "Las intoxicaciones del alma determinan las molestias del cuerpo" (14); y "la enfermedad funciona como medio restaurador de la estabilidad psíquica, surgiendo así la carne como <>, absorbiendo la residuos tóxicos y la sombra que traemos en el cuerpo sustancial" (15).

De todo esto concluimos que las enfermedades, consecuencia de la purga de toxinas espirituales de tiempos pretéritos, son buenas para la purificación del espíritu. Sin embargo, muchas otras enfermedades son principalmente consecuencia de los abusos físicos, incumpliendo las Leyes Naturales. Estos abusos complican el panorama general de nuestra salud mediante la incorporación de nuevas toxinas que dificultan aún más el trabajo del organismo en busca de su reequilibrio, entrando además en sintonía con nuevos desequilibrios, reflejos energéticos de otras criaturas que nos comprometerán aún más nuestra salud en el futuro.

Si el Espiritismo nos habla de las Leyes Naturales del mundo espiritual, es nuestro deber también estudiar las Leyes Naturales del plano físico a través de todas las ciencias y en particular, como medida preventiva para nuestra salud, de la medicina natural, el vegetarianismo y la ecología.

Estado de sobrexcitación

Por el lado opuesto al debilitamiento tenemos el estado de sobrecarga o sobrexcitación de un órgano periespiritual, el cual sobreactuará excediéndose en sus funciones desequilibrando el organismo o incluso agrediendo el funcionamiento de otros órganos debilitándolos.
Según la clasificación de las enfermedades del prestigioso Dr. Seignalet (biólogo y médico cirujano creador de la hipótesis del ensuciamiento y de la dieta hipotóxica, coincidentes en gran medida con la medicina natural), habría tres grupos de enfermedades diferentes: de acumulación de toxinas, de eliminación de toxinas y autoinmunes. En los estados de debilitamiento energético de los órganos podríamos pensar que está el origen de las dos primeras, enfermedades de acumulación y eliminación de toxinas, quedando las enfermedades autoinmunes posiblemente explicadas por la sobreexcitación de determinados sistemas que se sobrepasan en sus funciones errando en sus objetivos.

Tipos de pases desde la perspectiva electromagnética de los fluidos

Desde este punto de vista electromagnético de los fluidos vitales que recorren el periespíritu, podemos obtener nuevas perspectivas en la aplicación de la fluidoterapia si clasificamos los pases en función de la necesidad de cada uno de los estados anteriormente mencionados:

- Pases generales: Aquel pase que mantiene el ritmo, intensidad y velocidad constantes en busca de una mejoría general de la vitalidad.
- Pases equilibrantes: recorriendo los siete centros de fuerza principales, el pasista debe sentir el grado de sobrexcitación (hipertensión o hiperdinamia) o de hipotensión (Adinamia) de cada uno proyectando más o menos energía orientada para conseguir el reequilibrio, activando o decelerando. En algunos casos, sin ser pases sedantes o calmantes pueden confundirse por sus efectos (no hay saturación fluídica de los nervios).
- Pases revitalizantes: incidiendo en aquellos centros que se detectaron en estado de hipotensión (baja actividad), habiéndose equilibrado, el pase revitalizante, en un determinado centro, es una corriente de energía forzada por la voluntad y sentimiento del pasista, enlazando su mismo centro  de fuerza emisor con el del receptor, permitiéndole reponer el mismo tipo de fuerzas vitales perdidas y desplazando a la vez los antiguos fluidos estancados por otros nuevos revitalizados.
- Pases dispersivos: aquellos que eliminan energías acumuladas mediante la oposición enérgica fluidos de idéntica polaridad mediante el fenómeno de repulsión magnética.
- Pase de limpieza inicial: pase de carácter dispersivo general preparatorio para comenzar cualquier pase posterior.
- Pase de limpieza final: pase de carácter dispersivo cuya finalidad es la retirada de los excesos de fluidos después de todo tratamiento aplicado.

El tratamiento de fluidoterapia de pases (presenciales o a distancia) bien dirigido debería empezar mediante un análisis previo del paciente por parte de los guías espirituales, determinando la problemática de los centros de fuerza a tratar. La terapia de forma general podría dividirse en los siguientes pasos:

1- Pase de limpieza inicial preparatorio en todos los casos.
2- Pases dispersivos cuando fuera necesario para eliminar cualquier acumulación de energías deletéreas que imposibilitarían cualquier atención.
3- Pases equilibrantes activando o ralentizando los centros afectados cuando hubiera síntomas de hiperdinamia o adinamia. Será responsabilidad del pasista actuar con su voluntad y sentimiento bien dirigidos según la problemática del problema hasta sentir el correcto equilibrio del centro.
4- Pases revitalizantes incidiendo en los centros debilitados por la ausencia de circulación de energía por causa de la adinamia o de la arritmia.
5- Pase de limpieza final, dispersando los restos de energías sobrantes.
6- Prescripción de tratamientos complementarios, agua fluidificada, pases a distancia, lecturas edificantes diarias, etc. fundamentales especialmente en los casos de arritmia energética por desarmonía en los propios centros de fuerza.
José Ignacio Modamio
Centro Espírita "Entre el Cielo y la Tierra"


Referencias: 
- (1)." Evolución en dos mundos", 1ª parte, cap. XIII. 
- (2). "Mecanismos de la Mediumnidad", cap. IV. 
- (3). "La Génesis" cap. XIV ítem 14. 
- (4). "La Génesis" cap. XIV ítem 16. 
- (5). "Acción y Reacción" cap. IV. (6) - La Génesis cap. XIV ítem 15. 
- (7)."Evolución en dos mundos", 1ª parte, cap. XVII. 
- (8). "Acción y reacción", cap. XIX. - (9). "La Génesis", cap. XIV ítem 18. 
- (10). "Misioneros de la Luz", cap. XIX. 
- (11). "Evolución en dos mundos" 1ª parte, cap. II. Ed. portugués 
- (11b). Ídem. Trad. española 
- (12) "Evolución en dos mundos" 2ª parte, cap. XIV. 
- (13). "Los Mensajeros", Chico Xavier, cap. XL. 
- (14). "Misioneros de la Luz", Chico Xavier, cap. XVIII. 
- (15). "Entre la Tierra y el Cielo”, Chico Xavier, cita pág. 66.

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